La diosa luna no da segundas oportunidades, no obstante, decidió darle una nueva vida a Park Jimin para enmendar los errores del pasado.
Los papeles se han invertido ahora y Bae BonHwa ya no es la misma de antes, sin embargo, el destino era el mismo...
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Los tres días que Cho había ordenado para Jimin en prisión terminaron en medio de discusiones y malas intenciones por parte de sus superiores. Tacharlo de traicionero, corrupto y vendido ante toda la estación fue lo de menos, lo que más le dolió fue que lo echaran con sus cosas de manera brusca, como si hubiera cometido algo malo, él sólo quería justicia ante un grupo que tenía comprado medio país y miles de funcionarios a sus pies.
Pudo toparse a la salida con Taehyung y sus padres a un lado, fingió una sonrisa ante ellos intentando ocultar sus verdaderos sentimientos, no obstante, SoRa no dudó ni dos segundos y al ver a su hijo algo lastimado corrió hasta él para abrazarlo y acariciar con delicadeza su cabello.
—Cariño, ¿Estás bien? – apretó más su cuerpo – ¿Estás herido? ¿Necesitas un médico?
—Estoy bien mamá – suspiró viendo a Taehyung – estoy bien.
—Taehyung nos ha dicho lo que ocurrió – Yeon se cruzó de brazos – lamento lo que sucedió con tu trabajo y con BonHwa.
—Esa chica debe estar muy asustada – SoRa se separó de su hijo – espero profundamente que esté sana y salva.
—Y pensar que eres la misma mujer que quería asesinarla...– susurró el rubio a modo de que nadie lo escuchara – que vueltas da la vida.
—Deberíamos ir a comer algo – Taehyung atrajo la atención de la familia – dicen que cuando salen de la cárcel deber comer un caldo o un poco de carne.
—Es verdad – Yeon sonrió – que muchacho tan culto.
—Mi abuela me educó así – el chico hizo una reverencia ante el cumplido de su mayor – todo se lo debo a ella.
—De acuerdo, dejemos la charla para después – SoRa acomodó su brazo a lado del de Jimin – necesitamos comer para poder pensar.
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—Entonces, ¿Tu jefe siempre intervenía en tus operativos?
—Supongo que sí, les avisaba que iríamos hasta donde estaban y ellos tenían tiempo para huir tranquilamente – Jimin tomó con sus palillos un trozo de carne – ¿Por qué jamás lo sospeché?
