V E I N T I U N O

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—Aquí puede dejarme, por favor

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—Aquí puede dejarme, por favor.

BonHwa salió del taxi en el que se había subido desde la cafetería hasta llegar al lugar que Taehyung le había indicado. Su corazón latía al máximo al escuchar cerca de ella algunos disparos, acomodó su chaqueta y se escabulló de manera que ninguna bala rozara con su cuerpo. Tomó su teléfono y marcó el número de Taehyung, miró a lo lejos que el chico se apartó un poco del lugar para contestar.

¿En dónde estás?

—Dos cuadras atrás del enfrentamiento – ella suspiró – ¿Qué procede?

Dejé cerca de la camioneta un brazalete, trae un micrófono integrado y una pequeña cámara – Taehyung quitó el teléfono de su oído para disparar – lo colocarás en tu muñeca antes de ir con ellos, por ahí seguiremos tu rastro para detenerlos.

—Taehyung, yo...– su cuerpo se quedó estático al ver la silueta de Kyrell frente a ella.

—Cariño, ¿Qué haces aquí? – sonrió con malicia – ¿Acaso tienes algo que ver con el oficial Kim?

—No, sólo pasaba por aquí – se enderezó con lentitud – ¿Qué es lo que quieres?

¿BonHwa? – Taehyung giró su vista y pudo ver a una mujer de cabellera blanca frente a ella, BonHwa parecía nerviosa ante la presencia de la mujer.

—No estás traicionandome, ¿Verdad? – Kyrell tomó la mandíbula de BonHwa con rudeza – ¿Verdad, BonHwa?

—N-No...– susurró nerviosa – todo está bien.

—Bien – la soltó sonriendo – quiero que me lo demuestres, ahora.

BonHwa temía de lo que Kyrell le ordenara hacer, así que trató de no centrar su mente en sus palabras.

—¿Cómo quieres que te lo demuestre?

—Mata a Taehyung – BonHwa se quedó en blanco – ahora.

—No...– susurró negando y tratando de no hacer lo que le pidió la mujer – no puedo hacerlo.

—Es una orden, BonHwa.

Las lágrimas en sus ojos no tardaron en salir gracias a la impotencia, sus manos se aferraban a los postes de luz que había en la calle tratando de no llegar hasta el chico, sin embargo, dentro de su desesperación tuvo una idea, poco antes de llegar al chico tomó su teléfono y lo colocó en su oído.

—¿Sigues ahí, Taehyung?

Aquí estoy, BonHwa – frunció el ceño – ¿Quién esa mujer y por qué te da órdenes?

—No puedo decírtelo – sollozó tratando de alentar su caminar – déjame inconsciente y colócame el brazalete, luego entrégame a esa gente y prometo comunicarme contigo.

Pero...– ella gritó con desespero, deteniendo a Taehyung.

—¡Sólo házlo, maldición! – sollozó – es por tu bien.

Orbit » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora