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V E I N T I C U A T R O

Taehyung bajó por las escaleras hasta las oficinas de la estación, sus manos sudaban y se sentía arrepentido de haber insultado de tal manera a la ahora rubia, aún podía recordar esa escena como si fuese ayer y se avergonzaba muchísimo.

Taehyung refutaba el favor que su superior le había pedido, un simple americano había causado molestia e irritación en el castaño, así que buscaba en su mente una manera de molestar y perjudicar a esa persona. Caminaba con prisa chocando con la mayoría que pasaba junto de él, todos le miraban mal por no disculparse y mostrar modales.

—Taehyungie, ¿Estás enojado? – ChungHa sonrió – Dios, te ves tan adorable.

—Seguramente Min lo mandó por un café – agregó RyuJin – ¿Verdad?

—Maldición, cállense – Taehyung suspiró – tengo un caso que resolver y me manda a hacer ésto.

—Relájate, será algo fácil – ChungHa se acercó a él dejando algunas palmadas amistosas en su espalda – Jimin es un excelente oficial y contigo todo se mejora.

—¡Dices eso porque un fajo de wones te facilitan el trabajo aquí! – gritó molesto – ¡Eres una abogada corrupta, todos los abogados son corruptos!

La chica se quedó estupefacta ante las palabras y la actitud de Taehyung, nunca esperó que el chico que le gustaba le tratara de esa manera, teniendo en cuenta que era un hombre extremadamente amable, cariñoso y caballeroso con todos, no un patán.

—¿Eso es verdad, abogada Kim? – el señor Cho se hallaba cruzado de brazos detrás de ella.

—Claro que no, señor – negó con rapidez – es totalmente falso.

—El oficial Kim lo dijo y es uno de los mejores aquí, no tengo porque dudar de su palabra – suspiró – empaque sus cosas de ésta área, irá a las oficinas de abajo.

—Señor, pero...– Cho avanzó un paso más hacia la pelinegra.

—Es una orden, abogada Kim.

El mayor miró a todos en la oficina y se fue sin decir algo más, ChungHa no podía despegar la vista del suelo, apretaba los puños con fuerza y temblaba debido a su enojo. Taehyung sintió como su molestia había sido reemplazado por pena y vergüenza, intentó acercarse a ella pero simplemente se alejó.

—Arruinaste el trabajo de mi juventud, ¡Sólo por tus malditos berrinches! – las lágrimas de impotencia descendían sobre las mejillas de la chica – ¡Lárgate, Taehyung!

—ChungHa...– ella golpeó el pecho del castaño.

—¡No te quiero ver, vete!

Caminó a paso lento hasta tocar la puerta de su oficina con suavidad, un suave adelante se escuchó por dentro y con pena abrió la puerta, aquel traje negro que llevaba puesto resaltaba su piel blanca, su clavícula sobresalía de su blusa y aquellos labios carnosos y brillosos color carmín que combinaban con su sedoso cabello rubio hicieron que Taehyung se sintiera nervioso ante la presencia de la mujer que le gustaba. Carraspeó con un poco de fuerza para poder llamar su atención, ella despegó la vista de su computadora, suspiró y se cruzó de brazos ante la figura de Taehyung frente a ella.