V E I N T I O C H O

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—Wow

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—Wow...– Momo cubrió su boca con una de sus manos – ésto es increíble.

—¿No has podido llamarle? – Mina le miró curiosa – digo, quizás recuerdes su número de teléfono y puedan rastrear tu llamada.

—Es un detective de alto rango, más no un hacker – BonHwa suspiró – dudo que pueda hacerlo él mismo.

Ya habían transcurrido casi cuatro semanas desde que llegó a Japón, su vida se concretaba en transportar droga de bodega en bodega, estar encerrada en aquella gran casa, propiedad de JiHwan, y salir los fines de semana al estudio de Momo y Mina. Sorpresivamente HyunJin abogó por ella ante su jefe para que pudiera reunirse con ambas chicas, diciéndole que no estaba haciendo nada extraño ni ningún intento por escapar del país. Ésta ocasión, BonHwa decidió abrirse con ellas y contarles toda la verdad, que no era Sakai Yua sino Bae BonHwa, que no era japonesa de nacimiento y que su país natal era Corea del Sur, les contó su vida entera y el infierno que estaba viviendo y que vivió durante su infancia y adolescencia.

Sin olvidar a aquel rubio que hacía latir su corazón desenfrenadamente a pesar de todo lo que había ocurrido en el pasado.

—Tengo un amigo en la policía de Tokio – Mina miró a ambas – puedo llamarlo y pedirle un poco de ayuda.

—No, eso es arriesgarse demasiado, Yua... – intervino Momo riendo apenada al equivocarse de nombre – lo siento. Me refiero a que BonHwa podría correr peligro si esa gente se entera.

—Si HyunJin sabe que hice eso, no me dejará venir aquí nunca más – BonHwa bebió un poco del americano a su lado – sé que Jimin está moviendo todo para buscarme, y eso me aterra.

—¿No debería ponerte feliz?

—Hay muchos detalles que me brinqué, Mina, pero sé que en cuanto Jimin pise Tokio estará firmando su sentencia de muerte.

A la vez estaba deseosa de que pudiera ver de nuevo a Jimin, sin embargo, se sentía tranquila por no verlo, el hechizo de Kyrell estaba a punto de finalizar, pues si no se cumplía lo que le había pedido, iba a esfumarse por completo sus deseos de asesinarlo. Su teléfono comenzó a vibrar, indicándole que HyunJin ya estaba afuera del edificio esperándole, suspiró y se levantó de donde estaba sentada para ir a buscar su bolso.

—Piénsalo bien, Bon – Mina se acercó a ella – ¿No quieres hacer ninguna llamada?

—Tal vez no a Jimin, pero a otra persona – Momo notó como su nueva amiga las miraba dudosa – vamos, nada ocurrirá.

BonHwa chasqueó su boca y contestó su teléfono, tratando de evitar tener problemas con aquel chico.

¿No piensas venir? Tenemos un encargo del jefe, no puedo estar mucho tiempo aquí.

—Estoy recogiendo algunas cosas, bajaré en cinco minutos.

Estoy siendo muy considerado contigo, así que ni un minuto más.

Orbit » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora