D O C E

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—BonHwa, nosotros tuvimos una vida pasada muy lejos de aquí – Jimin tomó las manos de BonHwa y comenzó a acariciarlas – éramos otras personas, con otros cargos y otras personalidades

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—BonHwa, nosotros tuvimos una vida pasada muy lejos de aquí – Jimin tomó las manos de BonHwa y comenzó a acariciarlas – éramos otras personas, con otros cargos y otras personalidades.

—Quiere decir que...– ella le miró – ¿Ya nos conocíamos?

Jimin asintió con lentitud.

—Eras una espléndida reina, eras bondadosa, amorosa y entregada a tu pueblo – Jimin abandonó la sonrisa de su rostro – todo se volvió tan complicado que la gente mala te acechaba y buscó la manera de hacerte daño de cualquier forma y a cualquier costo.

—Espera un momento – ella lo detuvo levantándose unos segundos – ¿Yo era una reina?

—Te puedo asegurar que la mejor de todas.

Jimin detuvo su hablar cuando vió que cerró sus ojos frunciendo su ceño, supuso que comenzaba a recordar algún escenario, y así fue.

—¿Qué es lo que desean? – todos aquellos hombres rieron ante las palabras de BonHwa.

—¡Lárgate niña, queremos ver al rey de aquí!

Yo soy Bae BonHwa, reina de Hilgrand – aquella voz de Omega que utilizó para apaciguar a los alfas se lo debía a su clan. Por generaciones, los omegas Bae de sangre pura poseían ciertas características a diferencia de un omega común, muchas eran desconocidas, pero entre las más importantes estaba la voz de Omega.

Todos en el lugar comenzaron a temblar a excepción de unos cuantos.

—Créeme niña, una Omega no debe gobernar éste gran reino – el Alfa acomodó su armadura con superioridad – necesitas desposarte para ser digna de esa corona que portas.

—¿Qué es lo que buscan? ¿Las minas de plata? ¿Tierras fértiles? – ella cruzó sus brazos enarcando una de sus cejas – acaso, ¿Buscas ésto?

BonHwa señaló su corona con burla, la cual retiró de su cabello y arrojó a los pies del hombre.

—¿Me estás entregando tu reino así de fácil?

—Te estoy entregando una corona que puede valer miles de monedas – sin temor, se acercó al alfa y encarándolo sacó una pequeña daga de su vestido para colocarla en el cuello del contrario – puedes llevarle ésto a tu rey y decirle que deje en santa paz a mi pueblo y mis tierras. Tómalo como un regalo de mi reino para Northon, ¿Quedó claro?

—Jamás olvides éste nombre – el hombre se alejó de ella – Choi JiHwan te destruirá a ti y a este reino.

Ella abrió sus ojos y de inmediato tomó las manos de Jimin.

—¿Quién es Choi JiHwan? – Jimin suspiró.

—Vamos por partes, ¿Sí? – ella asintió algo dudosa – antes nosotros teníamos otro rango, habíamos alfas, como yo, betas como SeokJin y Namjoon y omegas, como RyuJin y tú.

Orbit » PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora