La diosa luna no da segundas oportunidades, no obstante, decidió darle una nueva vida a Park Jimin para enmendar los errores del pasado.
Los papeles se han invertido ahora y Bae BonHwa ya no es la misma de antes, sin embargo, el destino era el mismo...
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Estaba por cumplirse la semana desde que Taehyung vió por última vez a Jimin, sus ánimos estaban por los suelos y no podía parar de llorar, no comprendía la actitud tan repentina de su amigo, como es que pudo comportase así con él después de haber vivido tantas cosas juntos. ChungHa estuvo en todo momento con él reconfortandole y dándole alientos para seguir adelante, sin embargo, aunque aparentara una sonrisa frente a ella, su corazón seguía igual de roto.
—Cariño, hoy ire a jugar bolos con RyuJin y SooBin, ¿Quieres venir?
—Iré a caminar un rato y quizás unas horas al gimnasio – sonrió – ve con mucho cuidado, ¿Si?
—Taehyung – ella tomó con delicadeza el mentón de su novio – no finjas estar feliz cuando realmente no lo estás. Si quieres llorar, llora, si quieres gritar, grita, eres un ser humano con sentimientos. No te reprimas por mi.
—Debería ser fuerte – un mohín se formó en sus labios – pero no puedo.
Cerró sus ojos comenzando a sollozar, ChungHa le abrazó intentando reconfortarlo, sin embargo, sentía el mismo sentimiento que cuando se peleó con Jimin en Kakaoti, los recuerdos eran tan vívidos que podía recordarlos con detalle y perfección.
—Jimin...– Taehyung le miró pero el alfa le ignoró por completo – por favor, escúchame.
—Creo que te dejé muy claro que no quería verte – espetó con firmeza – lárgate.
—L-Lo siento, yo no quería dañarte, ni siquiera a BonHwa.
—¡Pero lo hiciste, mandaste a la basura una vida entera de amistad por complacer a las personas de las que estoy huyendo! – Jimin sollozó de nuevo – jamás lo esperé de ti, lo esperé de cualquiera, pero yo aseguraba a ciegas que nunca me pondrías en peligro.
Taehyung no pudo resistir más la presión y tomó de los hombros al más bajo y lo azotó en la pared de la cual se había levantado.
—Mi familia y yo estábamos en peligro – habló Taehyung con los ojos llorosos – iban a matarme y probablemente los emboscarían en ese momento.
—¿Y con tan sólo una amenaza agachas la cabeza así de fácil? – Jimin le miró a los ojos, sin importarle que las lágrimas siguieran fluyendo – ¿Sabes cuántas palizas soporté por ti? ¿Acaso tienes una idea de cuántas veces mi madre me dejó castigado y encerrado sólo por defenderte? Por supuesto que no, te mentía para no meterte a ese círculo tan tóxico que había en mi familia, y créeme que a la primera amenaza jamás agaché la cabeza, porque tú eras mi familia y estaba dispuesto a dar la vida si era necesario para que tu estuvieras bien.
—Tenía miedo de lo que ocurriera después, por eso callé.
—Pudiste decírmelo y enfrentarlo juntos, como la gran familia que solíamos decir que teníamos, y sobretodo, sin la necesidad de ponernos en peligro a todos, Taehyung – Jimin quitó con brusquedad las manos del alfa de sus hombros – no vuelvas a dirigirme la palabra en toda tu vida, es más, olvídate que alguna vez me conociste y que creaste recuerdos conmigo.
