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La chica que estaba pidiéndome el saludo es la novia de Dahyun.

-Tengo que ir a clase- dije, salí corriendo de ahí hacia mi siguiente clase. La verdad es que me sentía un poco incómoda en aquella situación y no quiero pensar en el por qué.

Entré al salón, tomé asiento a un lado de Nayeon quien me miraba con una expresión de molestia, debe estarlo porque no estuve en la clase anterior, no planeo disculparme. La clase terminó y antes de poder levantarme de mi asiento Nayeon me detuvo.

-¿Dónde estabas? ¿Tan perdido tenías lo que sea que hayas estado buscando?- tenía sus brazos cruzados, estaba delante de mí esperando una explicación.

-No es tu problema- respondí con simpleza, salí del salón y sabía que Nayeon estaba yendo detrás de mí cuando la escuché gruñir. Llegamos al patio y vimos a Mina sentada en una mesa que ahí se ubicaban, nos miró para luego hacer señas queriendo hacerse presente, fuimos hasta ella y nos sentamos.

-¡Mina, Sana no entró a una clase! ¿Puedes creerlo? Pff- Nayeon me acusó y me dió la espalda.

-No es para tanto, deja de exagerar- dije a Nayeon imitando su acción, girando mi rostro para no verla.

-Sana, Nayeon no exagera, ¿es el primer día y faltaste a clases? ¿Por qué?- Hablaba Mina con seriedad.

-No es asunto de ustedes-

-¡Claro que lo es! Estamos cuidando de ti- giré mis ojos ante el comentario de Nayeon. Ahora las tres nos estábamos mirando.

-No tienen que hacerlo-

-Sí, somos tus mejores amigas-

-Además a Tzuyu no le gustaba que faltes a clases- estaba cansada. Me levanté del lugar y golpeé la mesa, provocando que Mina y Nayeon se asustaran.

-¡No las entiendo!- grité.
-Me dicen que supere a Tzuyu, que debería seguir pero ustedes se la pasan recordándome su nombre y todo lo que ella quería de mí. Estoy harta porque sé que jamás podré mostrarle lo que quiero.-

-Sana, nosotras...- no las seguí escuchando y me fui de ahí. Quería estar en un lugar a solas y me dediqué a caminar por todo el lugar.

Llegué a una zona detrás de la escuela, no había nadie y parece ser que no sabían de la existencia de este lugar. Atrás de la escuela, muy escondido había una pequeña fuente estilo victoriano, era una mujer semidesnuda sosteniendo una rosa con espinas y en sus pies tenía atadas cadenas, se veía desgastada pero eso le daba un toque único, además había un enorme árbol de cerezo que daba una sombra inmensa, estaba rodeado por muchas flores, eran muy preciosas, no pude evitar pensar en Tzuyu.

A ella no le gustaban las flores, me dí cuenta porque cuando cumplimos un mes le regalé un ramo de mis flores favoritas, margaritas, al día siguiente fui a su casa y encontré el ramo en el mismo lugar en el que lo dejó el día anterior, sobre la barra que hay en su cocina, ni siquiera las metió en agua. Me pidió disculpas y yo se las otorgue, no a todos le gusta lo mismo que a mí.
Me senté en la banca que se encontraba en frente de la fuente. Es extraño, por primera vez tuve un recuerdo de ella que no es dulce, es un recuerdo amargo, quizás me estaba dejando llevar por el enojo que estaba sintiendo.

Recosté mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos, solo se escuchaba el sonar del viento, era tan tranquilizador, podría quedarme dormida.

-¡Buenos días!- di un salto después de escuchar como alguien se sentó a mi lado y me saludo. Debía imaginarme quién sería.
-Quizás deba decirte buenas noches- decía Dahyun mientras abría su almuerzo, eran frutas en trozos. Recordé que no pude almorzar por lo que sucedió con las chicas, aunque el apetito no me está afectando demasiado.

Pasado o FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora