Crazy Over You

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Momo POV:

"Creo que iré con Sana, Momo. Te veré ahí."

Todo es espantoso y estúpido. ¿Cómo es posible? Después de todo lo que sufre sigue escogiendo a Sana, nunca es suficiente lo que hago. Incluso si Sana y Tzuyu se besaran, Dahyun seguiría eligiendo su "amor".

No estaba de humor para seguir en la escuela, viendo la cara de Sana sonriendo porque Dahyun vuelve a aceptarla a pesar de todo.

Fui al estacionamiento para subir a mi auto y marcharme a casa.
En el camino escuchando nuestras canciones que ahora solo generaban tristeza.

Llegué a casa, caminando por el gran jardín sin saludar a los empleados. Mi humor estaba espantoso.

-Buenos días, señorita Hirai- me recibió la ama de llaves abriéndome la puerta.

-¿Qué haces aquí?- entré tan deprisa que no me había fijado que mi padre estaba sentado en el gran sofá de la sala. Fui a la sala para verlo mejor.

-¿Tú qué haces aquí?- dije molesta.

-Deberías estar en la escuela. Qué demonios estás haciendo en casa.- él comenzaba a elevar su voz.
-¿Hiciste otra estupidez?-

-No te importa ¿Qué derecho tienes para cuestionarme ahora? ¿Se te olvidó algo aquí o qué?- solté con ironía.

¡Cuida tu vocabulario!- él se levantó acercándose apresurado y molesto hacia mí.
-No puedes faltarme al respeto, recuerda que soy tu padre.- me señaló con su dedo.

-¿Tú? A penas y reconozco tu rostro, no juegues. Si fueras mi padre tu comportamiento sería como el de uno.- lo reté con mi mirada recibiendo una bofetada por ello. Un golpe en mi mejilla que resonó por toda la casa.

-¡Basta! Recuerda que yo pago tu comida, tu techo, tus lujos y también recibo las consecuencias de tus malditas estupideces...- tenía mis ojos cerrados con fuerza. Solo tenía ganas de golpearlo.
-Lárgate de aquí.-

Sentí como su perfume dejo de invadir mi espacio señalando que se había ido regresando al gran sofá.
Lo miré con odio por última vez antes de subir a mi habitación.

Cerré la puerta con seguro y me tiré a la cama después de aventar mis cosas por la habitación.

Maldita sea. Me miré en el pequeño espejo que había en mi tocador viendo la marca roja y predominante que ahora estaba en mi mejilla izquierda.

Todo es un desastre, siempre lo ha sido. Crecí en este ambiente lleno de poder y lujos. Saliendo de casa era la niña rica hija de los Hirai, personas que emitían temor, respeto y más adjetivos que me tocaban también. No puedo negar que vivo bien, no tengo necesidades ¿Por qué las tendría? Soy Hirai Momo.
Mis padres jamás estaban en casa, siempre era yo y la ama de llaves o los empleados. Cuando necesitaba algo y ellos no estaban, le pedía a uno de los empleados que los llamarán y me regalaban lo que quisiera, me consentían quizás para remediar su ausencia.

El trabajo de mis padres no es algo de lo que me guste hablar, tampoco lo odio porque eso genera mucho dinero y respeto de los demás.
Hasta los diez años mi vida no parecía tan complicada; no tenía a mis padres pero siempre obtenía lo que quería.
Mi madre, a quien casi no veía, falleció. Le lloré a una persona que solo por regalos y una que otra carta decía amarme, claro, solo era una niña. Ella murió de una manera trágica y dolorosa según mi padre y que por eso mi vida debería convertirse en un infierno.
Cuando él estaba en casa siempre descargaba su irá en mí con gritos, golpes, me quitaba todo lo que me gustaba. A él no le gustaba el baile diciendo que era cosa de mujeres de la vida galante, faltandome el respeto muchas veces... Pero no le haría caso.
Lamentablemente mi padre y yo somos como dos gotas de agua, tenemos el mismo carácter de mierda y no perdemos contra nadie. El orgullo nos domina igual que ser una persona resaltante en todos lados. Solo le agradecería por algo: por su dinero, el resto de él es porquería.

Pasado o FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora