Pasado o Futuro

Hard feelings/ Loveless

-Sana, tenemos que hablar...- Tzuyu dijo después de el silencio interminable que se había formado.

-No. Sana no puede hablar contigo ahora, lo harán más tarde cuando ella esté bien. Ahora no lo harán. Sana, vámonos...- Dahyun estaba molesta, tomaba mi mano con fuerza.

-No, Dahyun. Me quedaré aquí, tengo que hablar con ella.- dije con mi mirada puesta en Tzuyu, pero esta fue ocultada por la presencia de Dahyun.

-Sana, no tienes que hacer esto ahora... Vamos y tranquilízate... Luego lo arreglas...-

- Dahyun, cálmate, ella estará bien, confía en ella. Vamos, yo te acompañaré a casa.- Momo se acercó a Dahyun intentando alejarla de mí.

Tomé las manos de Dahyun y las besé.

-Tengo que hacer esto ahora. No te preocupes por mí ¿Bien? Tranquila, iré a verte en cuanto pueda.- Ella me abrazó con fuerza. Un abrazo que no esperaba.

-Está bien... Recuerda que te amo...- susurró en mi oído.

-Yo también lo hago.- respondí cerca de su rostro.

Dahyun tomó la mano de Momo y las ví alejarse. Ahora Tzuyu y yo quedamos solas.

-¿Quieres que hablemos aquí? Podemos ir a...-

No la dejé terminar. Todo este tiempo el único sentimiento que estuvo conmigo fue la ira. Ahora que ella está aquí ha despertado mil recuerdos, mil emociones, pero la ira... Hizo que mi mano fuera directo a su mejilla proporcionándole una bofetada.

-¡Sana! ¡¿Qué te pasa?!- Tzuyu gritó mientras sobaba su mejilla para apaciguar el dolor.

-¡¿Qué te pasa a ti?! TRES AÑOS Y EN ¿DÓNDE ESTABAS? ¿POR QUÉ AHORA?- dije para después empujarla. No podía detenerme.
-¡Qué demonios, tzuyu! ¡Estás viva! Lo estás... tú de verdad estás aquí... Conmigo...- caí llorando pero antes de tocar el suelo, tzuyu me sostuvo.

Nos abrazamos con fuerza. Todavía no podía creer que estaba en sus brazos de nuevo. La extrañé y a pesar de que estoy molesta, no puedo evitar sentir alivio al saber que está bien, que sobrevivió.

-Estoy aquí... Sana, cálmate. Estoy aquí...- mi llanto era imparable y ella intentaba controlarlo con sus palabras mientras acariciaba mi cabello. Jamás había sostenido a alguien con la misma fuerza con la que la tengo a ella. No quiero que desaparezca, no de nuevo.

Mi llanto había parado, mis ojos dolían y con dificultad podía abrirlos. Cuando lo hice me llevé una gran sorpresa.

Miraba a todas las direcciónes, tocaba el sitio en dónde estaba recostada...
No estoy en mi casa.

Madre mía... Tenía miedo. Hasta hace un momento recordaba estar con Tzuyu... Ella ¿Dónde está? ¿Dónde estoy? Mi cabeza iba a explotar.

La puerta se abrió de pronto dándome un gran susto.

-Qué bueno que despiertas. Hice algo de comer, debes tener hambre ¿Quieres acompañarme?- Tzuyu entró con una sonrisa y ropa más cómoda. Vestía pantalones algo grandes y una blusa de manga larga con botones que se ajustaba perfectamente a su cuerpo.

-Sí tengo hambre.- le dije. Me levanté de la cama y tomé su mano para que vayamos al comedor.

Nos soltamos en cuanto llegamos a la cocina. Ella me indicó sentarme en el pequeño comedor pero elegante mientras ella servía un poco de comida en dos platos. Tan pronto como terminó de servirlos, me dejó uno para mí y el otro para ella que se sentó adelante.

-No soy muy buena en la cocina, de hecho nunca cocino, pero hoy quise hacerlo, así que busqué una receta sencilla. Provecho.- Ella tenía una gran sonrisa. Con delicadeza tomó un cubierto de tantos que tenía a un lado y comenzó a comer, poco a poco.