Stay Away

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-¿Ahora?-

-Sí, ahora ¿No estás lista?-

-En realidad no, pero tú eres la profesora así que...-

-Perfecto. Vamos por mi bicicleta y después iremos al parque-

Dahyun y yo fuimos por mi bicicleta, luego nos subimos ambas para ir al parque, un parque cerca de la escuela que regularmente estaba vacío porque no habían juegos para niños, eran más espacios verdes con un pequeño recorrido alrededor. Era muy lindo.
Llegamos y bajamos de la bicicleta.

-¿Cuál es el siguiente paso?- Dahyun hablaba con temor, al parecer la bicicleta no parecía ser de su agrado.

-El siguiente paso es que te subas- ella me hizo caso y montó la bicicleta. Yo soy más alta que ella pero no lo suficiente como para que no alcanzara los pedales de mi bici.
-Ahora vas a pedalear despacito, como lo hago yo, sé que me miras hacerlo, debes saber.-

-Sana, prométeme que no me soltarás, tienes que sostenerme, hazlo ¡SANA, HAZLO!- Dahyun estaba gritando y tenía sus ojos cerrados, era gracioso.

-Tranquila, tranquila. Te tengo.- puse un brazo alrededor de su cintura y la tomé con fuerza, mi otra mano tomaba el manubrio.
-Debí haberte traído rueditas. Abre tus ojitos.-

-Está bien, bien, bien- respiraba con pesadez.

-Pon un pie en el suelo y el otro en el pedal, yo te ayudaré a avanzar y cuando nos movamos subes tu pie al otro pedal ¿Bien?-

-¡No me sueltes!-

-No lo haré. Confía.-

Ella hizo lo que le pedí y comenzamos a movernos, todo iba bien hasta que me dí cuenta que no tenía sus ojitos abiertos. Me detuve.

-Dahyun, se supone que tienes que ver tu camino- ella abrió sus ojitos y me miró con un puchero. Ganas de abrazarla no me faltaban.

-Esta vez lo haré bien-

-Vamos de nuevo- dije y lo intentamos otra vez.

Me aseguré de que ella viera su camino. Avanzamos un poco más que antes. Parecía que ya lo dominaba, normal para una prodigio.

-Parece que lo tienes, ahora te soltaré lentamente y continuarás el camino-

-¡NO! ¡NO! NO ME SUELTES- Dahyun se alteró y comenzó a mover el manubrio en todas las direcciónes, ahora sí estábamos fuera de control.

Caímos las dos. Ella prácticamente saltó de la bicicleta a mi dirección, haciendo que cayera encima de mí.
Estaba debajo de ella y veía su rostro demasiado cerca, más cerca que aquella vez en el acuario.
Nos quedamos así en silencio un momento.

-Tienes unos ojos preciosos- Dahyun susurró y podía sentir su aliento chocar contra mis labios. Ella detallaba mi rostro sin disimular y yo hacía lo mismo con ella.

Sus ojos, su nariz, sus cejas, sus labios... Todo estaba tan cerca, todo se veía brillante.

Pérdida en el momento sentí cuando sus labios tocaron los míos. Ella estaba besándome. Me quedé inmóvil por un momento y después correspondí el beso.
Sus labios se movían a la perfección junto a los míos, eran delicados y finos, suaves y acogedores. Estaban haciéndome alucinar, se sentía mágico.
Y la magia desapareció cuando en mi mente apareció la imagen de Tzuyu y yo besándonos.

Abrí mis ojos y empujé a Dahyun para poder pararme rápidamente.

-Sana...- Dahyun intentaba acercarse a mí y yo retrocedía. No puedo hacer esto.

Pasado o FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora