The Louvre

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Tzuyu POV:

-Sí, muchas gracias por ayudarme con eso, sí, no se preocupe por ello, usted siempre tendrá mi apoyo, de nada, de nada... Bien, gracias... Nos vemos.-

Por fin terminé de hablar con aquel hombre. Pensé que las personas del arte no aceptaban la avaricia, parece que ser director te cambia, puff.

-¡Vaya! ¿De verdad te irás?- Shuhua entró a mi oficina sin tocar, como siempre.

-Te dije que lo haría, hasta te invité a venir conmigo ¿Recuerdas?-

-¡Perdóname por sí pensar en que tenemos una gran empresa en nuestras manos! No hay que distraernos...-

-¡Shuhua, por favor! Te recuerdo que tú no asistes a las juntas mensuales y que llegas tarde casi todos los días.- le dije mientras la señalaba con mi lapicero.

-Pensaba que era suficiente con dar capital y ya, pero ya cambié.- mencionaba con orgullo.

-Lo único que cambiaste es que ahora llegas 30 minutos tarde y no una hora.- dije riendo y recibí una mirada nada agradable de su parte.

-Como sea, Tzuyu ¿Estás segura de lo que haces?- suspiré después de su pregunta. No sé si estaba segura.

Después de tres años volveré a ver a Sana. Los nervios y el miedo carcomen mi mente.
¿Seguirá amándome? Que pregunta más estúpida, es obvio que pudo haberme olvidado, pero algo me dice que no es así.
En estos tres años nunca deje de pensar en ella; soñaba todos los días con volver a sentir sus abrazos y escuchar su voz.

Después de aquel fatídico accidente de avión, mis padres y yo nos mudamos a Londres, todo bajo total secreto, esto porque no querían armar un escándalo noticiario respecto al accidente, además de que mis padres quedaron muy mal físicamente y para ellos la imagen lo es todo.
En Londres comencé mis estudios económicos, empresariales, administrativos, etc. Todo lo relacionado para ser digna heredera de un imperio, un imperio que rechacé porque con el tiempo descubrí que abandonamos todos los negocios con facilidad debido a que mi padre comenzó a tener malas jugadas, malos pasos y terribles enemigos en las empresas que teníamos en la ciudad donde vivía antes.

Como todo magnate, su dinero parecía no acabarse y no nos costó acomodarnos en Londres.

Por mi parte, yo estaba destrozada, yo sí morí aquel día en el accidente.
Quedamos gravemente heridos, cuando pude pronunciar palabras lo único que dije fue "Sana". Abrí mis ojos y quería verla a ella.
A pesar de no haber sufrido tantos daños físicos como mis padres, fui la última en despertar y estar conciente de todo a mi alrededor. Ya era tarde para regresar a ella. Suplique, lloré, grité incluso quise abandonar a mis padres para ir por Sana pero me fue imposible. Hubiera deseado que el accidente borrara su pésima personalidad, sus pocos valores, su vanidad, avaricia, soberbia pero solo los reforzó. Seguía teniendo prohibido ver a Sana, ahora por ningún motivo podría tener contacto con ella ni con alguien de aquella ciudad.
Mis teléfonos fueron destruidos en cuanto notaron que el nombre de Sana estaba en ellos. Ni siquiera tenía permitido hablar con Nayeon, Mina o Jeongyeon, todo me fue arrebatado.

Tres años que pude sobrevivir gracias a Shuhua. Ella estudió conmigo las mismas clases y carreras, ella venía de una familia poderosa y millonaria que ya residía en Londres. Desde que tengo memoria sobre las reuniones de "gente importante" que se hacían en mi casa, la única persona que tomaba mi mano era ella. Éramos dos chicas queriendo salir de aquel infierno y nunca pudimos lograrlo, pero nos acompañamos en el sufrimiento.

Mientras estudiaba, más demostraba mi tenacidad y asertividad con los negocios. Era la estudiante modelo, mis notas eran excepcionales, me esforzaba tanto por llenar las expectativas de mis padres para poder librarme de ellos y que me dejarán tranquila un momento. Lamentablemente descubrí que esto era lo que tenía que hacer después de recibir regaños y golpes en mi etapa "rebelde". Yo solo quería ver a Sana.

Pasado o FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora