Pequeño gato

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Lian se sentó frente al príncipe con incomodidad, no sólo tenía pendiente la tarea de la señora Dong, que si no la hacía seguramente la castigaría con la vara de bambú, sino que ahora tenía que hacerlo frente al villano principal y el culpable de todas las desgracias de Chu Lian original.

- ¿Quién eres tú y qué relación tienes con la familia del Ministro?- preguntó el Príncipe bruscamente, Lian vaciló un poco con el pincel en la mano, estaba meditando su respuesta.

- ¿Chu Lian?- respondió insegura, Zhao frunció el ceño.

- ¿Me está preguntando a mí?- contestó con voz amenazante, Lian se encogió en su lugar.

- Lian, mi nombre es Chu Lian, sobrina del Ministro Chu- repuso Lian casi en un grito, "Chu Lian" repitió para sus adentros Zhao.

- ¿Por qué no estuvo con nosotros en la cena, Chu Lian?- cuestionó Zhao, nuevamente Lian parecía insegura de lo que diría.

- Porque me caí- dijo la chica esperando que con eso Zhao se convenciera y se fuera, pero no fue así, al contrario, Zhao se recargó en la mesa, no parecía querer marcharse pronto.

- ¿Se cayó?- trató de indagar más.

- Me caí, me pegué en la cabeza y ahora tengo una clase de amnesia- explicó Lian con un leve puchero que Zhao interpretó como la frustración de la amnesia de la que hablaba pero en realidad era un puchero de queja por parte de Lian a tener que estar relacionandose con él, Zhao rió con burla.

- ¿Por eso hace reverencias tan feas?- preguntó aún sabiendo lo obvio de su pregunta, Lian frunció el ceño y miró a Zhao con molestia pero al Príncipe parecía no importarle y le seguía sonriendo.

Lian decidió no contestar, así como ahora reía, el Príncipe Zhao era capaz de matarla en un abrir y cerrar de ojos o bien de mandar a matar a toda su familia, así lo recordaba.

Zhao notó que Lian estaba molesta, y evitaba mirarlo, tal vez burlarse de su condición y sus pésimos modales no había sido tan divertido después de todo, buscó cambiar de tema y de inmediato notó las pinturas, la piedra y el pincel en la mano de Lian.

- ¡Ah!, ¿Está usted pintando?- preguntó Zhao nuevamente en obviedad pero ahora con diferente intención, Lian soltó un suspiro, el hombre simplemente no se iba.

- Eso intento... Su Alteza- respondió Lian, Zhao frunció los labios, ese hombre no entendía de indirectas o simplemente las ignoraba.

- ¿Está falta de inspiración?- preguntó Zhao al notar que la piedra seguía intacta, Lian soltó un pequeño gruñido seguido por un chasquido de dientes, se rendía, entre Zhao y la estúpida tarea la hacían sentir miserable.

- No sé como hacerlo, ¿está bien?, todos asumen que puedo hacerlo pero no, no sé pintar, menos en una estúpida piedra- se quejó Lian con visible enojo soltando el pincel sobre la mesa y cruzando los brazos sobre su pecho.

Zhao arqueó las cejas, nunca había visto a una mujer actuar y hablar de esa manera, Lian era una bestia salvaje, pero una bestia salvaje pequeña y linda...como un gato, sí, Lian era como un gato con actitud de tigre, Zhao sonrió orgulloso de su conclusión, Lian lo miró confundida, ¿por qué le sonreía?

- Por suerte para usted, resulta que soy extremadamente bueno en las artes- alardeó Zhao acomodando las cosas de pintura cerca de él, ante la mirada contrariada de Lian, Zhao tomó el pincel con una mano y con la otra sujetó la manga de su hanfu para evitar mancharla.

- ¿Qué hace?- preguntó Lian.

- Venga, siéntese aquí...- ordenó Zhao con una sonrisa pícara, Lian curiosa y olvidando con quién hablaba se acercó y se sentó a lado del Príncipe.- ...la pintura no se trata de talento, sino de sentimiento...- comenzó Zhao mientras hábilmente pintaba sobre la piedra, Lian lo observaba con atención, los movimientos precisos, sin ninguna falla cada pincelada formaba la figura exacta.

De vez en cuando Zhao echaba una miradilla hacia Lian, era adorable y delicada, pero lo que más le llamaba la atención era la mirada brillante, curiosa y siempre sorprendida, como si cada cosa que viera la estuviera viendo por primera vez.

Al final, pasado un rato, la pintura estaba terminada.

- ¿Qué le parece?, ¡es usted!- dijo Zhao orgulloso, Lian miró la piedra confundida.

- Es un gato- afirmó Lian, era una pintura de un pequeño gato pinto bajo un árbol de flores azules.

- Sí, es usted, usted es como un gato- comentó Zhao, Lian le dirigió una mirada conflictuada, no sabía si era alguna clase de ofensa, mucho menos si quien le decía eso tenía un gesto tan confuso, Zhao sonreía ampliamente, con algo de travesura e inocencia, pero sus ojos eran otra historia, eran sombríos incluso con un toque de maldad y frialdad.

Lian no sabía que responder y por suerte no tuvo que hacerlo, a lo lejos, el Príncipe Tao y la familia Chu se acercaron.

- ¡Hermano!- exclamó Tao genuinamente preocupado, la sonrisa de Zhao desapareció de inmediato al verlo.

- Hermano- dijo Zhao poniéndose de pie, seguido por Lian quien no prestó atención a la tensión entre los hermanos sino a la mirada aterrada de su tío que parecía que la castigaría de por vida.

- Te estuvimos buscando por toda la Mansión- indicó Tao.

- Pues me encontraron, afortunadamente con la agradable compañía de la señorita Chu Lian, a quien por cierto, no tuvimos el placer de conocerla más temprano, una desgracia, ¿no es así Ministro?- dijo Zhao nuevamente con su voz maliciosa a pesar de que Lian le gritaba con la mirada que no la involucrara, el Ministro nervioso hizo una reverencia.

- Una disculpa Sus Altezas, mi sobrina no ha estado bien de salud por ello no nos ha podido acompañar, pero en su próxima visita nuestra adorada Chu Lian se nos unirá- indicó el Ministro, Zhao sonrió con orgullo, a Tao no le agradaba la repentina afinidad de su hermano por la chica Chu, pero por ahora no podía indagar más.

- No se disculpe Ministro, mi hermano y yo ya debemos volver, apreciamos su hospitalidad, nos veremos pronto.- concluyó Tao, Zhao lo siguió no sin antes volverse a Lian y de nuevo cambiar su sonrisa orgullosa por la sonrisa traviesa.

- Nos vemos luego pequeña gatita- se despidió Zhao, la familia Chu quedó paralizada, Xian miró curiosa a Lian, por su parte Xen sintió que la sangre le hervía, no entendia muy bien por qué, y Mei, Mei comenzó a ver a Lian de forma distinta, primero el favor de Xian, luego el de su primo Xen y ahora el del segundo Príncipe, esa ratita estaba escalando muy rápido para ser solo una tonta.

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora