- Liu, Lian, les presento, él es Chang Fu.- Zhao fue directo al punto.
El hombre parecía atemorizado, y no era para menos, le acababan de informar que el Emperador estaba muerto, que Zhao era ahora Emperador y estaban en una tensa situación con los mongoles a causa de unas ordenes falsas que él y su escuadrón habían seguido.
- ¿Chang Fu?, ¿uno de los soldados desaparecidos?- recordó Xen.
Chang Yu asintió.
- Así es General, es mi hermano, único sobreviviente del escuadrón de Kang Bo.- indicó Yu.
- ¿Único?- cuestionó Lian.
- Lun Feng'en presuntamente envenenó al resto con comida, posiblemente para eliminar posibles testigos.- resumió Zhao.
- Yo no comí ese día.- señaló Fu tartamudeando.
- Gracias al cielo- suspiró Lian.
- Fu puede reconocer a la Señorita que les dio las indicaciones de dónde estaba la tienda del Khan.- aseguró Yu, Xen y Lian miraron a Fu con asombro.
- ¿Es eso cierto?- preguntó Xen.
Fu asintió.
- Estaba oscuro, pero sí creo poder reconocerla.- dijo el soldado.
Lian miró a Xen.
- Llévalo a casa, que nadie los vea, asegurate de que sea a Xian a quien reconozca, yo me quedaré a redactar el informe, entre más pronto lo tengamos, más rápido podremos aclarar las cosas con Tolui.- ordenó Lian, los cinco hombres enmudecieron, nunca antes habían recibido ordenes de una mujer, no era natural, un Príncipe, un Ministro, un Soldado, un General y hasta el mismísimo Emperador, recibiendo órdenes de una pequeña e insignificante mujer, era inaudito, Fu miró a su hermano, Xen se mordió la lemgua para no reírse y miró a Zhao, tan elegante y poderoso con su atuendo de Monarca.
- ¿Qué?- preguntó Zhao arqueando las cejas. -... Ya escuchaste Liu, haz lo que se te ordenó.- señaló Zhao, Xen pudo notar la burla en su voz, Fu no cabía en su incredulidad, realmente obedecerían a la mujer.
Para cerrar, Liu se despidió con una reverencia y media sonrisa, desorientado, Fu hizo lo mismo, si los grandes respetaban a la mujer, entonces él también debía hacerlo.
Ya solos, Lian se volvió a los tres hombres restantes.
- ¿Qué hacemos ahora mi Señora?- cuestionó Zhao divertido.
Lian le devolvió la sonrisa antes de acercarse al escritorio para comenzar su redacción.
En la mansión Chu al fin había tranquilidad, el Ministro se había resignado a que no volvería a ver a Mei y que su despedida en la carta era real, se decidió a pasar el resto de la tarde en el altar de su esposa lamentándose la pérdida de sus dos mujeres.
Eso le permitió a Xian escabullirse al encuentro de un espía mongol, había recibido una carta de Tolui confesando su crímen de asesinato al Emperador y diciendole que estaba más cerca de lo que creía, las tropas en pausa que Zhao tenía ubicadas eran tan solo un señuelo, el verdadero ejército de Tolui ya estaba dentro del Imperio, y no se veían venir el ataque.
Xian sonrió, sin duda, quería estar ahí cuando los traidores cayeran, todos se lamentarían haberla excluido, haberle robado el amor de Tao, esa Chu Lian también pagaría.
Xian respondió la carta, y pidió a Tolui la recogiera en algún lugar, llenó sus palabras de dulzura para asegurarse de convencer a Tolui de llevarla el día del ataque.
Xian no se esperaba que mientras ella volvía de entregar su respuesta y caminaba por el jardín inmersa en su sentimiento de victoria, Xen y Chang Fu la observaban de lejos.
- Sí, es ella, estoy seguro, ella es la Señorita informante- dijo Fu con certeza.
De vuelta en el Palacio, en el ala de la Emperatriz, Baimei se paseaba de un lado a otro, ansiosa.
Feng'en llegó y tan solo la miró con frustración.
- Tranquila, Baimei, lo hecho hecho está, ¿no puedes pedirle a este Emperador lo mismo que habíamos pensado?- sugirió Feng'en.
Baimei se volvió a verlo con gesto irritado.
- ¿A Zhao?, ¡No!, ese malcriado preferiría verme muerta antes que cederme cualquier favor, no tardará en recluirme en algún templo.- se quejó Baimei.
- Entonces tendrá que morir, un breve reinado, muere y sin sucesores pasa el reino a Tao.- planeó Feng'en.
- El problema es que cambió su habitación y duerme con seguridad, Liu Xen y Tao lo protegen.- reflexionó Baimei.
Feng'en se acercó a Beimei y la tomó de la cintura.
- Ya encontraremos la forma, lo hemos hecho antes, lo haremos ahora.- aseguró el hombre, Baimei suspiró buscando alivio.
Algunas horas después, Tolui recibió la carta de Xian, la leyó e inundó su imaginación con la dulce voz de Xian, no podía con la rabia de pensar que esa hermosa mujer estaría atada a un asesino como Zhao, Xian nunca había sido clara en sus cartas pero siempre insinuó que Zhao era el único capaz de tal fechoría, había incluso mandado a investigar al Príncipe, y se habia encontrado con varios fraudes y un par de asesinatos de servidores públicos y mercaderes que afectaron sus negocios, parecía haberse detenido aproximadamente un año atrás, pero eso no lo excentaba de haber cambiado los fraudes por homicidio y traición.
Salvaría a Xian de ese villano, la haría su Reina y conquistaría el Imperio, a fin de cuentas, ningún miembro de la familia Imperial parecía digno de ser Monarca.
En cuando a Chu Lian, estaba decepcionado, tenía que confrontarla, su padre la había admirado, incluso la nombró su hija, Chu Lian era Princesa de Mongolia por título y en lugar de respetar el decreto de su padre había corrido directo a los brazos del asesino, ahora no podía dejar de pensar que la Lian que había conocido había sido un engaño, un acto para ganarse al Khan y asesinarlo, entre ella y el tal Liu Xen, perro asesino personal de Li Zhao.
Ante esas ideas Tolui ahogó su rabia y mandó la respuesta a Xian, por su puesto que la haría parte de su victoria y para ella serían las cabezas de los asesinos.
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La Villana del Loto Dorado
Storie d'amoreChu Lian fue una mujer malvada y calculadora que murió por un amor no correspondido, pero yo no seré esa Chu Lian, yo no seré la Villana del Loto Dorado, no moriré otra vez... [Es original, no traducción haha]