Mei caminó fastidiada hacia el salón principal seguida por sus sirvientas y Lian curiosa.
- Juro que si el sapo ocupa más de 10 minutos de mi tiempo le pediré a Xen que lo despelleje y lo mande de regreso al Palacio.- dijo Mei a Lian con su gesto altivo, ¿sapo?, sin duda Mei tenía un don para poner apodos despectivos.
- Tal vez solo venga a asegurarse de que estés bien- comentó Lian, Mei chasqueó los dientes.
- Chu Lian, eres tonta como una rata de campo, ese sapo y el zorro de su hermano Imperial no son de los que "solo" hacen algo, siempre buscan algún beneficio propio, así que, alejate de ellos- sugirió Mei en tono de hermana mayor, por un momento Mei sonó igual a Xen, Lian no pudo evitar reirse, primero por el instinto sobreprotector Liu que desprendían esos primos y en segundo por la imagen incrustada en su mente de Tao como sapo y Zhao como zorro.
Ambas chicas entraron al salón, Tao ya esperaba frente al ministro y su esposa acompañado por varios sirvientes con diversos obsequios claramente costosos, tan pronto las chicas entraron, el Príncipe se giró a verlas con el porte más seductor y mágico que pudo.
- Señorita Mei, me alegra verla en buen estado- saludó Tao de inmediato, el rostro de Yue se iluminó de inmediato al ver al Príncipe tan atento con su hija, Yue apreció la escena como una victoria, finalmente Mei había ganado por sobre Xian y Lian, y mejor aún, Lian estaba presenciando eso, su derrota en su cara, tan emocionada estaba que no notó la expresión de Mei.
- Efectivamente, estoy bien... Su Alteza- saludó Mei desganada, Yue y el Ministro arquearon las cejas al escuchar el fastidio en la voz de Mei.
- Permítame decirle que se ve radiante el día de hoy- continuó Tao ignorando a Lian y la actitud de Mei.
- Le permito decir tal obviedad- soltó Mei, Yue se puso roja del enojo, ¿cómo podía ser irreverente?, Lian ahogó su carcajada, sabía que Mei estaba trabajando en cortar lazos con Tao, pero nunca esperó que fuera tan drástica.
Tao confundido mantuvo su sonrisa, ¿qué habia pasado?, Mei usualmente hubiera sonreído y saltaría de alegría alrededor de sus regalos y de él, pero el día de hoy Mei parecía intolerante con él.
- Le he traído obsequios, sé que nada de lo que traje se compara con su belleza pero espero sean del agrado de la Primera Señorita- dijo Tao, Mei echó una ojeada a los sirvientes sin moverse de su lugar, Yue lanzaba miradas iracundas a su hija quien ni siquiera se inmutó.
- Agradezco su atención Su Alteza... llévenlos a mi habitación... ¿tiene algo más que decir?, no quiero hacerle perder el tiempo, tengo entendido que deben prepararse para su viaje mañana- cortó Mei tan discreta como pudo.
Tao enmudeció, vio como los sirvientes se llevaban sus regalos sin que la chica los viera siquiera, algo no estaba bien, pero mantuvo su sonrisa.
- Tiene usted razón, ansío verla de nuevo a mi regreso... Princesa Mei- se despidió Tao con gesto cálido, Lian lo observó, esa era la mirada del Tao de la novela... para Xian, ¿por que miraba así a Mei con tanta facilidad?, definitivamente, Mei tenía razon, Tao era un sapo, saltaba de hoja en hoja sin importarle nada, primero Mei, luego Xian, luego ella y luego de regreso a Mei.
Yue suspiró, "Princesa Mei" Tao recordaba los sentimientos por Mei, pero por otro lado, la Primera Hija tenía un gesto neutro, ni una palabra que salía de esa boca imperial le llegaba al corazón, ya era muy tarde, la falta de lealtad de Tao era demasiado clara para Mei ahora, la gran y talentosa Chu Mei no sería una más para el Principe Sapo.
- Lo espero mañana Señor Ministro, a usted y Wong- se despidió Tao.
- No olvide a Xian y Lian, ellas irán conmigo también- recordó el Ministro, Tao miró a Lian con una ceja arqueada.
- ¿Hermana Menor también?- cuestionó Tao.
- Asistiré como compañía de mi querido hermano.- aclaró Lian.
- ¿Qué hay de la Primera Señorita?- preguntó Tao.
- No iré- respondió cortante, Tao apretó los lavios y asintió.
Con una reverencia el Príncipe se despidió, todos quedaron en silencio hasta que tuvieron la certeza de que el Primer Príncipe se había marchado.
- ¡Mei!, ¿qué fue eso?- cuestionó Yue en un rugido.
- Lo siento madre, me siento un poco mal... Lian llévame a mi habitación- dijo Mei para zafarse de las quejas de Yue, Lian lo entendió y escondiendo su sonrisa acompañó a Mei de regreso a su habitación llena de los obsequios de Tao.
Mei suspiró y tomó una caja de joyas y las observó.
- Mira esto, tomó el mercado entero y lo vació en baúles...- irritada se acercó a las sedas multicolores. -... ni siquiera estaba seguro de qué colores escoger, es repugnante, bien pudo darle lo mismo a cualquier otra- se quejó Mei.
Lian también se paseó por la habitación mirando las joyas, las sedas, los adornos e inciensos.
- Toma lo que quieras, es más, llevatelo todo- indicó Mei sentándose frente a su espejo a arreglarse el cabello, Lian rió divertida.
- No me llevaré tus obsequios-
- ¡Toma algo, rata!- exclamó Mei con fastidio, Lian no podía evitar reír, Mei estaba siendo tan Mei, con una versión alterna, odiosa, altanera pero en cierto modo, amable.
Lian paseó la mirada por las cosas y al final tomó una pulsera de jade azul y la alzó para que Mei viera que sí había tomado algo, Mei se puso de pie y observó el resto de las joyas, tomó unos aretes que hacían juego, un collar y también una horquilla.
- Esa cosa fea queda con esto- dijo la chica llevando a Lian frente a su espejo para ponerle el resto de los accesorios, Lian tomó otra horquilla de entre los obsequios.
- Tu también deberías usarlos, el Príncipe se sentirá triste si la "Princesa Mei" no los usa- dijo Lian divertida poniéndole la horquilla a Mei.
Mei por primera vez parecía sonreír con sinceridad, nunca lo había pensado, pero a final de cuentas Mei era como ella, una adolescente atrapada en una sociedad que la obliga a sobrevivir a cualquier costo, ella tambien estaba destinada a morir joven, no era justo, cada vez estaban más cerca de su trágico final, si Mei decidía escapar, definitivamente era lo mejor.
Tao volvió al Palacio aún desconcertado con la actitud de Mei, sin pensarlo mucho visitó a Zhao quien estaba arreglando los últimos detalles de su viaje junto a Xen.
- Hermano, que bueno que llegaste, necesitamos tu opinión sobre la formación de los acompañantes de Padre Imperial, ven- solicitó Zhao, Tao se acercó y observó la lista.
- Te falta considerar a las Señoritas Chu- señaló Tao, Xen y Zhao lo miraron conflictuado.
- ¿Qué Señoritas Chu?- cuestionó Zhao.
- Xian... y Lian- informó Tao dispreso, tanto que no notó el gesto sombrío de Zhao.
- ¿Disculpa?- balbuceó el Segundo Príncipe con creciente ira.
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La Villana del Loto Dorado
RomanceChu Lian fue una mujer malvada y calculadora que murió por un amor no correspondido, pero yo no seré esa Chu Lian, yo no seré la Villana del Loto Dorado, no moriré otra vez... [Es original, no traducción haha]