Conspiración y muerte

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Era una mañana en la que el ambiente se sentía especialmente tenso, desde muy temprano Lian y Xen se preparaban para visitar a Zhao a la espera de la respuesta de Tolui.

Mientras se encaminaban a la salida de la mansión, Lian pudo notar cierta ausencia.

-Xiǎo Dí- llamó Lian mirando a su alrededor con extrañeza.

Xen se acercó también mirando a su alrededor sin saber qué era lo que Lian buscaba.

- ¿Has visto a Xian, o escuchado de ella?- cuestionó Lian, Xen reflexionó un momento y cayó en cuenta.

- No desde que Chang Fu confirmó su identidad.- admitió Xen.

- A esta hora Xian debería estar en su caminata matutina, anoche tampoco la ví en ningún lado- recordó Lian.

- No te preocupes por eso, aún si huye, la orden de Zhao ya está firmada, tan pronto Tolui se entere de la verdad, los soldados saldrán a buscarla.- aseguró Xen con voz firme retomando su camino, Lian suspiró y se convenció de que la situación no era tan grave, era sólo un detalle, ambos se apresuraron a llegar al Palacio.

No contaban con que aquel detalle era sólo el inicio, Chu Xian no estaba en la mansión Chu desde la tarde anterior, había salido con la excusa de que compraría dulces en el mercado, pero en realidad, unos soldados de Tolui la esperaban y discretamente la escoltaron hasta el escondite del Khan.

- Xian- la llamó el joven Khan con alivio, Xian corrió a sus brazos con falso anhelo, se había aprovechado del afecto de Tolui para utilizarlo en su venganza, ahora, por ella, Tolui estaba en guerra con el Imperio.

Xian se escondió en el pecho del chico.

- Su Majestad, no sabe lo aterrada que estaba, gracias por sacarme de ahí, me obligarían a casarme con ese tirano- dijo Xian con voz dulce.

Tolui acarició la cabeza de Xian.

- Ahora estás a salvo- murmuró el Khan con genuino alivio.

Xian le sonrió con inocencia, Tolui la dirigió a una habitación donde le había preparado una cama y ropa limpia, el chico se dispuso a darle privacidad, pero los planes de Xian eran distintos, la chica lo tomó de la manga y su mirada era sugestiva, sabía que Tolui era débil frente a ella y no se resistiría.

Como hipnotizado por la mirada de Xian, Tolui se acercó y se dejó llevar, Xian lo envolvió en un abrazo de deseo y lo incitó a la pasión.

Para Tolui esa había sido la muestra de su eterno y verdadero amor, para Xian, solo era un medio, una manera de garantizar la devoción de su mejor pieza, un injusto crímen más en la lista de Chu Xian, la heroína.

Xian y Tolui pasaron la noche juntos, Tolui profesando su amor eterno y Xian sonriendo mientras en sus adentros tan sólo deseaba que el sujeto se callara.

En el Palacio, Lian y Xen habían llegado directo a la sala de reuniones de Zhao quien miraba al suelo derrotado, con la carta en las manos.

Lian notó la decepción en el rostro de Zhao y se acercó.

- ¿Qué ocurre?- preguntó mientras buscaba la mirada del Emperador.

- Dijo que no- imformó Zhao con voz ronca, Lian frunció el ceño y tomó la carta de la mano de Zhao.

- "No hay nada que hablar, nos veremos más pronto de lo que crees", ¿qué significa eso?- cuestionó Lian.

- Que la guerra sigue en pie y tendremos que defendernos- dijo Xen con frustración.

Los tres quedaron en silencio, pensativos.

- Entonces, si así ha de ser, dejemos en orden los asuntos internos antes de entrar en guerra.- dijo Lian decidida encaminandose a la salida del salón.

- ¿A dónde vas?- preguntó Zhao.

- A dejar la cuentas claras con Baimei, que entregue a Lun Feng'en.- sentenció Lian saliendo de la habitación.

Xen y Zhao intercambiaron miradas, de inmediato Xen corrió detrás de Lian.

- A'li, detente- llamó Xen.

Lian se giró hacia el General.

- Este movimiento no es prudente- dijo Xen.

- Tal vez, tal vez no, pero estoy cansada de que sigamos pasivos, si Tolui no viene por las pruebas, enviaremos las pruebas a él, Baimei entregará a Lun Feng'en, y lo enviaremos a Tolui con el amuleto del fénix y nuestro informe, si es necesario yo misma entregaré la verdad al estúpido niño Khan- afirmó Lian determinante.

Xen no tuvo un contraargumento, ante su silencio, Lian dio media vuelta y siguió su camino hacia el ala de la Emperatriz Madre, Xen la siguió.

- ¡Segunda Señorita Chu!, no puede entrar- una de las sirvientas de la Emperatriz trató de detener a Lian, pero la chica no se detuvo, los guardias del ala desenvainaron sus espadas para detenerla, pero detrás de ella estaba el General Liu.

- ¡Apartense!- exclamó imponente con una mano en el mango de su espada, los guardias obedecieron de inmediato con una reverencia, intercambiando miradas confundidas entre ellos.

- ¿Qué ocurre aquí?- cuestionó Baimei al ver entrar a Lian seguida de Xen y sus sirvientas detrás de ellos con gesto preocupado.

- Es suficiente Baimei, sabemos lo que hizo y quién le ayudó, confiese y la sentencia puede ser menos severa.- impuso Lian firmemente, Baimei la miró ofendida.

- ¡Si serás la pequeña zorra de aquel buitre!, ¿crees que porque Zhao es Emperador puedes venir a pavonearte?, ¡YO SOY LA EMPERATRIZ MADRE, zorra descarada!- rugió Baimei.

- ¡SILENCIO!- exclamó Xen.

- Hablando de descarados, el gusano Liu, debiste irte con tu prima, ahora morirás como la promiscua de tu madre- amenazó Baimei.

Xen sintió un vacío en el pecho, Beimei sabía la verdad de la desaparición de su madre.

Baimei notó la sorpresa y curiosidad en el rostro del General.

- Sí, Liu Wen está muerta porque yo lo pedí, si esa prostituta hubiese aceptado su destino yo no hubiera tenido que encadenarme a aquel gusano impotente que ni siquiera me quería a mí, quería a mi hermana, tarde o temprano me arrojaría al hoyo en el olvido y la hubiera convertido a ella en Emperatriz si no hubiera hecho algo al respecto, quien lo diría, que el imbécil hijo de Yanmei resultaría un dolor de cabeza, ¡y peor!, que se uniría al hijo de la prostituta Liu y esta... zorra don nadie...- confesó Baimei, Lian y Xen no esperaban ese nivel de confesión, estaban abrumados con los años de conspiración y muerte que aquella mujer había orquestado, Baimei se sentó en su mesa de té con gesto indiferente.-... adelante, hagan su numerito de héroes, ya es tarde, la miserable vida de Li Zhao está por terminar, y la de ustedes también.- sentenció Baimei con una media sonrisa.

Lian frunció el ceño.

- ¿Dónde está Lun Feng'en?- preguntó Lian, Baimei rió.

- Donde tiene que estar- respondió Baimei.

Lian abrió la boca para contestar pero el sonido de una trompeta lejana los interrumpió.

- ¿Qué es eso?- preguntó Lian, Xen palideció.

- Alarma de ataque... Tolui- afirmó el General

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora