Roble de Armonía

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Lian siguió al sirviente hasta una residencia llamada "Roble de Armonía", un eunuco esperaba frente a las puertas con porte elegante , Lian lo recordaba, era el Eunuco Ru, el más fiel de los sirvientes de Zhao, el más inteligente y el único de la facción de villanos que sobrevivió al final, nunca Tao pudo encontrar pruebas contra Ru, nada lo pudo incriminar como cómplice de Zhao, la única debilidad de Ru fue su lealtad a Zhao, hasta los últimos minutos, del último capítulo, Ru se suicidó en la paz de su residencia, no tenía necesidad de hacerlo pero fue parte del guión que decidiera morir.

- Segunda Señorita Chu- saludó Ru en una reverencia. - Su Alteza la espera- indicó mientras abría un poco la puerta para dejar pasar a Lian.

Pero tan pronto Qing'er intentó seguirla, Eunuco Ru la detuvo con serenidad.

- Su Alteza sólo requiere a la Segunda Señorita- dijo en una amable sonrisa, Qing'er miró con terror a Lian, ambas sabían que esa no era una buena señal.

Lian se armó de valor y con una mirada le aseguró a Qing'er que estarían bien.

El interior de la residencia se sentía cálida pero estaba completamente vacía, no había ni un solo sirviente dentro, Lian caminó lentamente admirando los cuadros y los jarrones de porcelana, había muchas pinturas, todas muy hermosas, se detuvo frente a una de unos peces nadando en un estanque, era muy relajante, el agua parecía estar en movimiento, Lian quedó inmersa frente a la imagen.

- Esa la hice en el "retiro" de hace dos años- la voz de Zhao sonó a sus espaldas, se escuchaba exhausto, débil, Lian se giró y se encontró con Zhao pálido en ropas ligeras y cabello suelto.

El Príncipe se sostenía de las paredes pero aún débil mantenía su porte arrogante, Lian no se acercó.

- Sabes, nadie puede venir a visitarme en mis retiros anuales, ni siquiera los sirvientes, Eunuco Ru es el único que puede entrar, se encarga personalmente de mis alimentos en estos días y es quien presenta los síntomas a los médicos para un tratamiento sin dar señal de para quién son, usted, Segunda Señorita Gato, debe considerarse afortunada, es la única persona que sabe algo de mi condición- reveló Zhao, Lian sintió una punzada en el pecho.

Por pura maldad del destino ahora conocía un punto débil de Zhao, si lo pensaba con cuidado, Zhao podría estar pensando que Lian daría esa información a sus enemigos para eliminarlo en sus días más vulnerables, con la poca confianza de Zhao, Lian podía asegurar que la asesinaría en ese momento.

Zhao parecía que diría algo más, pero comenzó a toser, su tos sonaba peor que en aquel día en el jardín, tanto que incluso perdió fuerza en las piernas y se sujetó de la pared para no caer, Lian lo dudó un momento pero casi de inmediato se acercó para ayudarlo a ponerse de pie.

Lo ayudó a encaminarse de regreso a su cama, su piel y ropa olían a alcanfor, le recordó al llamado bálsamo del tigre que en ocasiones su madre compraba cuando su padre se resfriaba, una sonrisa involuntaria se dibujó en el rostro de la chica al pensar en su madre buscando en internet remedios naturales para cada enfermedad pues estaba en contra de los fármacos.

Lian se hincó a lado de la cama de Zhao, el Príncipe se sentó y se cubrió con su cobija esperando a que Lian dijera algo, pero la chica permanecía mirando al suelo.

- ¿Qué es lo que su Alteza planea hacer con lo que sé?- preguntó Lian al fin sin despegar su mirada del suelo, Zhao soltó un resoplido como una risa.

- ¿Qué es lo que usted planea hacer con lo que sabe?- cuestionó Zhao.

- Nada Su Alteza, le juro que no diré nada, por favor créame dijo Lian nerviosa.

- ¿Sabes lo inconveniente que sería para mí si esta información se filtra?- preguntó Zhao.

- Lo sé Su Alteza, juro que no diré nada- insistió Lian casi implorando, podía ya sentir la hoja de la espada de Zhao en su cuello, el chico por su parte miraba a Lian conflictuado por el terror que la chica mostraba.

- No puedo arriesgarme a que alguien se marche de aquí sabiendo lo que tú sabes- continuó Zhao, Lian podía sentir como sus brazos temblaban, pensó en sus opciones, justo ahora estaba acorralada, no había cometido ningún crimen y aún así su vida pendía de un hilo, tal vez, ceder un poco le daría un respiro ahora.

- Su Alteza, ¿qué puedo hacer para que usted confíe en mi palabra?- preguntó Lian temiendo la respuesta, ¿sería información de algo o alguien?,  ¿sería ser carnada en algún atentado?, la chica tan solo esperaba su sentencia.

- Cásate conmigo, sé mi concubina, puedo darte el título de Segunda Esposa- solicitó Zhao con diversión en su débil voz.

Lian no podía creer lo que estaba escuchando, nuevamente el sujeto le pedía ser su esposa, no era lo que esperaba pero no era bueno tampoco, ser la esposa de Zhao significaba ser sacrificada junto con él en el momento que Tao tomara el trono o bien ser sacrificada por su propio esposo en el momento que él lo determinara.

- Si es lo que Su Alteza desea, su sierva lo obedecerá- dijo Lian con frialdad en su voz, Zhao suspiró, otra vez la chica estaba siendo distante con él, no recordaba haberla ofendido como para ganarse ese trato frío, era evidente que la idea no le agradaba a Lian, bien podía dejar la situación como estaba y obligarla a casarse con él.

- O también...- comenzó Zhao de mala gana. -... puedes acercarme mi guzheng y bailar para mí, en lugar de ser mi esposa- dijo el príncipe señalando el instrumento recargado en la pared, Lian sorprendida obedeció, no estaba segura de qué pasaba por la mente de Zhao pero si realmente esa era otra opción, definitivamente era menos mortal.

Lian le cedió el guzheng a Zhao que lo acomodó sobre sus piernas y de inmediato los largos dedos de Zhao comenzaron a acariciar las cuerdas tocando una hermosa melodía, Lian quedó absorta en el instrumento nunca había visto ese instrumento fuera de la pantalla de televisión y mucho menos a alguien tocándolo tan maravillosamente, Zhao se detuvo y miró a Lian.

- Se supone que bailes mientras toco, ese es el trato- recordó Zhao, Lian se sobresaltó y apretó los labios.

La chica se puso de pie y esperó a que el Príncipe volviera a tocar, tan pronto escuchó la música, Lian intentó imitar los agraciados bailes de la televisión asiática, incluso intentó imitar el baile de Xian, por supuesto, sin éxito, después de unos pasos temblorosos, el fastidio de Lian incluso la hizo olvidar un momento dónde estaba y sus pasos de baile se volvieron el infalible paso moderno, solo balanceándose de lado a lado chasqueando los dedos, incluso dio una vuelta con los ojos cerrados meneando la cadera.

Zhao la miró con gesto confundido y divertido.

- ¿Qué hace?, parece un mono epiléptico- se burló Zhao dejando de tocar el guzheng, Lian lo miró con la cara roja.

- Lamento no ser una agraciada bailarina como le gusta a Su Alteza- repuso Lian utilizando la adrenalina de su baile como valor para volver a ser confrontativa con Zhao, Zhao rió con toda la fuerza que tenía, no pudo evitar relacionar el comentario de Lian con Xian, por un momento creyó que Lian podría estar celosa de Xian, tal vez por eso le molestaba la idea de ser su concubina.

- Creo que cambiaremos el trato de nuevo, ese terrible baile no me hace confiar más en usted, mejor, el trato será que venga todos los días a hacerme compañía hasta que me recupere por completo- dijo Zhao con mejor ánimo, Lian tuvo el valor de mirar y analizar la cara de Zhao, algo en su intuición le decía que el Segundo Príncipe no estaba buscando herirla, al menos no por ahora, la chica no pudo evitar sonreír.

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora