Inocencia Perfecta

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La misma noche en que Feng y Zhao conversaron, la Emperatriz mandó a llamar a Tao.

- Madre Imperial- saludó el Primer Príncipe curioso por la repentina llamada.

Baimei se encontraba sentada y majestuosa en su habitación bebiendo té.

- Siéntate- ordenó la Emperatriz,  Tao obedeció.

La sirvienta de la Emperatriz le ofreció té, mientras esperaba que Madre Imperial comenzara la conversación.

- Tao, a pesar de no ser mi hijo legítimo, reconozco tus virtudes, si yo hubiese podido concebir un varón hubiera deseado que fuera como tú- comenzó Baimei.

- Gracias Madre Imperial, me halaga- respondió Tao aún dudoso.

- Por ello, ansío verte a tí como Príncipe Heredero- soltó sin disimulo.

Tao casi se quemó la garganta con el té por la sorpresiva respuesta de la Emperatriz.

- Zhao no tiene las aptitudes para ser Emperador, lo único que tiene a su favor es la sangre de aquella concubina...- Tao dio un sorbo a su té para evitar mencionar que aquella concubina también compartía sangre con la Emperatriz.- ...por ahora lo único que puede asegurar que uno de ustedes sea el legítimo Heredero es que desposen a una Chu, a la mejor de las tres, la que proporcione mayores beneficios a la familia Imperial y al pueblo...- Tao esperó paciente la bomba de la Emperatriz. - ...Tao, ¿qué opinas de Chu Lian?- preguntó Baimei.

"Esa es la bomba"

"Chu Lian"

Pensó Tao, imágenes de Lian llegaron a su mente, era hermosa, dulce, con una fuerza fiera escondida, claro que le gustaba, pero también le había gustado Chu Xian cuando la conoció, y en realidad nunca le disgustó Chu Mei desde que la conoció, ese era el encanto de las Chu, Madre Imperial tuvo que haber visto algo en Lian para que la eligiera de entre las tres.

- Creo que es agradable-

La Emperatriz asintió.

- He planteado al Emperador que autorice tu matrimonio con Chu Lian lo antes posible- dijo la Emperatriz, Tao la miró sorprendido.

- ¿Qué ha dicho Padre Imperial?- no pudo evitar preguntar Tao.

- No ha dicho nada, pero si logras que Lian sea más allegada a tí en estos días, él sin duda emitirá el edicto Imperial- sugirió la Emperatriz.

Tao quedó pensativo un momento, la imagen del gesto conflictuado de Zhao y el recuerdo de aquella semana donde sólo Chu Lian era bienvenida al retiro del Segundo Hermano invadieron su mente con preocupación

- Zhao... él es cercano a Chu Lian- señaló Tao.

- Entonces tú debes volverte más cercano a ella a partir de este festival de las mil linternas, es tu oportunidad- sentenció Baimei, Tao asintió, tal vez lo que sentía por Lian sí era diferente y real.

El día había llegado, esa noche, el Festival de las Mil Linternas, esperado por muchos este año, los artesanos habían preparado linternas únicas, además, era el evento perfecto para que las parejas pidieran buenos augurios a su relación lanzando una linterna al cielo juntos, todos aquellos con un nombre en su corazón compartían el mismo plan, todos, incluyendo a los Príncipes y hasta al mismo General Liu cuya tarea verdadera era deshacerse de Lian en ese mismo evento, "un accidente" dijo Mei, pero a pesar de ello, parte de su corazón deseaba encontrar la linterna perfecta y olvidar su siniestra labor.

- Lian, Lian, no te separes de mí, si yo no estoy, busca a Xen, no vayas con ningún otro, mucho menos con esos Príncipes- exigió Wong infantil, Lian no pudo evitar reírse.

- Pero, ¿qué hará Hermano si llega un decreto real y me pide alejarme de tí?, o ¿si llega un monstruo alado de tres cabezas y me levanta por los cielos para nunca más volver?- jugó Lian con voz exagerada.

- Pues, pues... como futuro Primer Ministro anularé cualquier decreto que te aleje de casa- estipuló Wong con gesto molesto, ya habían llegado a la entrada de la mansión y no se percataron de que su infantil conversación podía ser escuchada por alguien más.

- Y yo como General, mandaré al ejército entero a cazar a aquel monstruo alado de tres cabezas- se burló Xen en voz baja detrás de ellos, ambos hermanos se giraron con sobresalto.

- ¡General Liu!- llamó Lian exaltada.

- ¿Lo ves Lian?, no puedes escapar de nosotros- aseguró Wong.

Los tres rieron mientras esperaron a Xian y Mei, sombrías, las hermanas Chu llegaron de sus respectivas alas de la mansión, tal actitud borró las divertidas sonrisas de Xen, Wong y Lian.

- Parece que la diversión ya comenzó desde antes de salir de casa- señaló Mei con una mirada asesina a Xen, el General bajó la mirada.

- ¿Hermana Mei se siente bien?- preguntó Lian, sabía que el gesto de Mei era por el odio que le tenía a ella y a Xian pero al menos al señalarlo podía obligarla a quitarlo, y efectivamente, Mei se vio obligada a sonreír con pesadez.

- Hermana Mei se sentirá mejor mas tarde- aseguró Mei, Xen fue el único que entendió el doble sentido de las palabras de su prima.

Los 5 subieron a sus carruajes para llegar a las calles del festival, toda mala energía se disolvió cuando presenciaron la luminosidad de las lámparas en las coloridas calles.

Nunca antes Lian había visto algo así, en el futuro, en el Occidente, en las ciudades, no había espacio para algo tan hermoso como ese festival.

Las chicas saltaron del carruaje y caminaron cada una a lo que les llamó la atención, los dos chicos se dividieron para seguir a sus propias señoritas, Xen fue detrás de Mei, y Wong tuvo que dividir esfuerzos para cuidar de Lian y Xian quien disimuladamente evitó cualquier contacto con Lian.

- ¿Qué ocurre con Xian?- preguntó Wong a Lian en voz baja.

- Desde nuestra visita al Palacio se comporta distante, ya no sé que hacer para que comprenda que no tengo nada con el Príncipe Tao- dijo Lian con fastidio viendo las linternas, Wong frunció los labios para seguir viendo a su alrededor, un suspiro de desagrado salió de su garganta que llamó la atenció de Lian.

- Ugh, hablando de, los Príncipes Cabezahueca vienen hacia acá- dijo Wong entre dientes, Lian se giró.

Los dos Príncipes, Zhao y Tao vestidos como civiles escoltado la pequeña figura de Feng los saludaron desde lejos.

No solo ellos notaron la llegada de los Príncipes, Mei y Xian aparecieron casi de la nada cerca de Lian para saludar a Tao con esperanzadora sonrisa.

- Sus Altezas- saludaron ambas con los ojos pegados a Tao, Tao les respondió el saludo pero su atención se centró en Lian.

- ¡Hermana Mayor!- saludó Feng corriendo a abrazar a Lian ante la mirada ofendida de Wong.

- ¡¿Hermana Mayor?!, ¡MI Hermana Mayor!- remarcó Wong, Feng lo miró con el celo fruncido.

- ¿Quién eres tú?, mi hermana mayor no tendría un hermano tan feo como tú- argumentó Feng, Wong chasqueó los dientes molesto, Lian sonreía, esos dos estaban destinados a estar juntos según la novela, sus discusiones infantiles no cambiaría nada, sólo remarcaba que ellos eran la pareja más inocente de la historia, un romance más allá de la guerra y las conspiraciones.

Lian tuvo una idea.

- ¿Qué tal si para que mi Hermana Menor y mi Hermano Menor se conozcan mejor, ambos van y miran las linternas juntos?- sugirió Lian, ambis chicos la miraron molestos.

- ¡No!- negó Wong rotundamente.

- ¡Nunca con ese zorro feo!- complementó Feng.

Los mayores rieron divertidos.

- Creo que Segundo Hermano y yo coincidimos con la Segunda Señorita Chu- afirmó Tao, Zhao asintió.

- Pero...- Wong miró a Lian preocupado, Lian sonrió para tranquilizarlo, Wong en un puchero asintió y se llevó a Feng, listo, había aportado al desarrollo de una relación perfecta, ahora solo debía dejar a Xian y Tao solos para que liberen su linterna y ella, bueno, ella podría intentar mejorar su relación con Mei.

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora