Misión Nocturna

4.1K 566 4
                                    

Lian pasó un rato junto a Zhao escuchandolo mientras tocaba el guzheng, el tiempo pasó tan rápido que no notó cuando la tarde comenzaba a caer y finalmente su tío y Wong la empezaron a buscar.

- Segunda Señorita Chu, el Ministro y el Joven Chu la están buscando- dijo Eunuco Ru después de reverenciar a Lian y Zhao.

Lian se puso de pie e hizo una reverencia.

- Me retiro Su Alteza-

- No olvides que el trato es que vengas todos los días- sentenció Zhao, Lian no pudo evitar sonreír.

- No lo olvido Su Alteza- Zhao sonrió con la respuesta de Lian, su sonrisa era amplia y brillante, dulce e inocente.

Lian salió de la residencia Roble de Armonía para encontrarse con su familia.

- Lian, Primer Príncipe dijo que te había requerido Segundo Príncipe, ¿estás bien?- preguntó Wong tan pronto vio a su hermana.

- Wong, ¿qué pregunta es esa?, no seas irrespetuoso con el Segundo Príncipe.- regañó el Ministro.

- Su Alteza quería saludar y aprovechó para invitarme a acompañarlo en su retiro, explícitamente solicitó que lo acompañe durante los siguientes días de su retiro, por su puesto, con la aprobación del Ministro- dijo Lian.

- Si es solicitud del Segundo Príncipe no puedo negarme pero no puedes venir sola, necesitas venir con un acompañante- sentenció el Ministro algo nervioso.

- Le pediré a Xian que venga conmigo- indicó Lian, Xian podía aprovechar esas visitas para recuperar el rumbo con Tao.

- ¡¿Cómo que estuviste toda la tarde con el Segundo Príncipe?!- preguntó Xian aterrada mientras servía té en la habitación de Lian.

- Solo ellos solos, nadie podía entrar más que el Eunuco ese- se quejó Qing'er.

- ¡¿Solos?!- repitió Xian.

- Sólo oramos...- mintió Lian.- ... el Segundo Príncipe es muy especial cuando se trata de su retiro.- explicó dándole un sorbo a su té, Xian miró a su prima intrigada.

- Parece que con esta visita nuestra querida Lian es más cercana con el Segundo Príncipe.- se burló Xian.

-¡Shush!, que ahora que iré a palacio te elegí a ti como acompañante para que tengas tiempo con el Primer Príncipe, y no digas que no pienso en tí- señaló Lian con voz infantil.

Ambas chicas rieron, después de terminar su té, Xian volvió a su habitación y Lian caminó un poco por el jardín, un rostro familiar estaba admirando las peonias.

- General Liu- llamó Lian, el chico salió de sus pensamientos y miró a la pequeña chica que se le acercaba con amable sonrisa, no sabía si era por la costumbre de verla más seguido o si realmente Lian se veía menos desubicada.

- Lian- saludó Xen.

- ¿Está en servicio?- cuestionó Lian al notar que Xen estaba usando su vestimenta de General.

- Tengo una misión un poco más tarde, pero antes quise aprovechar y asegurarme de que aún no asesina a las peonias.- se burló Xen, Lian frunció los labios en un puchero fingido.

- Pues ya ve que están bien, estoy mejorando mi jardinería.- dijo Lian orgullosa, Xen esbozó una pequeña sonrisa.

- Eso es bueno, ¿qué tal su visita al palacio?- preguntó Xen, Lian desvió la mirada incómoda, Xen sintió una punzada en el pecho.

- Creo que desobedecí al General- confesó Lian.

- ¿Qué ocurrió?- insistió Xen tratando de ocultar su preocupación.

- Su Alteza me solicitó visitarlo en su retiro y no pude negarme.-

- ¿En su retiro?- interrogó Xen, ni siquiera él podía hablar con Zhao en esa época del año, tan sólo recibía instrucciones a través de un mensajero, Lian asintió.

- También ordenó que lo visite todos los días hasta que termine- concluyó Lian, Xen maldijo a Zhao, estaba definitivamente decidido a convertir a Lian en su concubina.

- No puedes desobedecer sus órdenes- recordó Xen sintiéndose inevitablemente empático con la situación de Lian.

La chica negó con la cabeza.

- Lian...- llamó Xen tomando a Lian de los brazos, la chica lo miró con los ojos abiertos de sorpresa. -... debes tener cuidado, no te metas en ningún problema estando en el Palacio, no hagas nada peligroso- requirió Xen con voz frustrada, Lian pudo notar a lo que Xen se refería, él era uno de los mejores aliados de Zhao, conocía su peor cara, no podía advertirle abiertamente pero sin duda sus palabras le decían que se alejara lo más que pudiera, Lian sonrió con dulzura.

- En ese caso permítame retribuírle un poco su amabilidad, usted también tenga cuidado y no haga nada peligroso- respondió Lian, Xen quedó sin aliento por unos segundos, la mirada inocente de Lian parecía ser directa con lo que le intentaba decir, era casi como si Lian supiera lo que él hacía en las sombras.

Xen borró su mueca de contrariedad y la cambió por una pequeña sonrisa.

- Lo haré, gracias por tu preocupación.- se despidió Xen soltando a Lian y haciendo una reverencia se alejó, aún tenía una misión que cumplir.

Con la noche como cómplice, Xen patrulló la ciudad en dirección a su verdadera misión.

Había un funcionario que llevaba las cuentas de lo que entraba por medio del comercio con los Mongoles, aquel funcionario tenía información de los últimos intercambios ilícitos de Zhao, y el funcionario se negaba a entregar los datos, por lo que tendría que sufrir un desafortunado accidente.

Xen llegó a la casa del funcionario, lo encontró durmiendo junto a su esposa, desenvainó una cuchilla gastada, parecería un asesinato por robo.

Alzó la cuchilla decidido a cortar la garganta del funcionario.

"...no haga nada peligroso..."

Las palabras de Lian sonaron en su mente, su mano se petrificó en el aire, nunca había dudado en matar, ¿por qué lo hacía ahora?

Su duda dio oportunidad a que la esposa despertara y soltara un grito de terror, uno de los acompañantes de Xen cortó la garganta de la mujer para callarla, el funcionario había despertado y aterrado empezó a gritar y rogar por su vida, antes de que el hombre pudiera levantarse Xen bajó la mano y enterró la cuchilla en el cuerpo del funcionario en repetidas ocasiones hasta que el hombre dejó de respirar.

Su mirada se nubló con la sangre que salpicaba en su cara y la adrenalina, cuando cayó en cuenta, el funcionario ya no vivía, otro de sus compañeros lo llamó fuera de la residencia.

Xen se apresuró a salir.

- Tomen las cosas de valor, desordenen la casa- ordenó Xen a sus asesinos antes de girarse y ver la razón por la que lo habían llamado.

Eran dos jóvenes abrazados, una chica mayor, de unos 15 años y un niño menor, de aproximadamente 12 años, estaban aterrados, llorando de rodillas frente a él.

La respiración de Xen se detuvo, su mirada seguía nublada, por un momento la cara de la chica se convirtió en la cara de Lian y la del pequeño en Wong, las manos de Xen temblaban.

- ¿Qué hacemos con ellos, Señor?- cuestionó el asesino, Xen no podía despegar la vista de la falsa Lian, cómo sus lágrimas rodaban por sus rosadas mejillas y como sus ojos asombrados estaban aterrados.

- Sin testigos- sentenció Xen con dificultad, el asesino no lo dudó y en un parpadeo, su cuchilla terminó con la vida de ambos hermanos frente a Xen.

El General miró la sangre en el suelo y luego sus manos también llenas de sangre, le había dicho a Lian que se cuidara, que no se pusiera en peligro, pero una visión involuntaria golpeó su corazón.

Lian muriendo con la misma frialdad y él con su sangre en las manos.

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora