Presas de Cortesía

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Lian se acercó a Xen con toda intención de pegarse a él cual garrapata para evitar que asesinara al Khan.

- Xiǎo Dí, ¿qué haces?- dijo Lian en voz baja, Xen se sobresaltó.

- Afilo mi espada, uno nunca sabe cuando necesitará una hoja útil- sonrió Xen, Lian suspiró, eso pudo haber sonado heróico si no fuera porque sabía que la utilizaría en el Khan.

- Xiǎo Dí nunca haría algo que me pusiera triste, ¿o sí?- preguntó Lian sentándose a su lado, Xen frunció el ceño.

- ¿De qué hablas A'li?- preguntó Xen con seriedad, el simple hecho de que el gesto de Xen fuese una seria mueca alteraba el corazón de Lian, tanto él como Zhao sabían que su plan la lastimaría a ella.

Lian se perdió en sus pensamientos, Xen la observó, sentía la culpa carcomiéndolo por dentro, nunca antes se había sentido tan mal en una misión, pero desde el asesinato del funcionario y su familia, no podía dejar de pensar en Lian y Wong en cada fechoría.

Xen abrió la boca para hablar, pero un joven soldado se acercó.

- General Liu, Su Majestad el Emperador solicita su presencia frente a su tienda- indicó el chico, Xen asintió y se puso de pie.

Lian lo siguió, definitivamente no lo dejaría solo, Xen se giró hacia ella.

- ¿A dónde vas?- cuestionó el General.

- Contigo- Lian se encogió de hombros.

- El Emperador me citó a mí, no a tí.- señaló Xen, Lian solo sonrió.

- Si el Emperador me pide que me marche lo haré, aún así, mi tienda está en la misma dirección.-

Xen no pudo argumentar en contra de ella, caminaron en silencio por la mayor parte del camino.

- No te metas en problemas, ¿de acuerdo?- dijo Xen, Lian esbozó una amplia sonrisa.

- A'li ya no se mete en problemas, mucho menos si Xiǎo Dí está con ella- rió con travesura.

- Entre tú y Mei me sacarán canas verdes- reprochó Xen.

- No olvides a Wong- señaló Lian, Xen soltó un resoplido.

- Imposible olvidarlo, volví a la mansión Chu para eliminar problemas y terminé adoptando dos más- concluyó Xen refiriendose a ella y Wong.

Llegaron al punto de reunión, el Emperador, el Khan, Tolui y Tao ya los esperaban.

- El famoso General Liu Xen- saludó el Khan con alegría traviesa, sin duda él y Tolui tenían la misma personalidad.

- Saludos Gran Khan- reverenció Xen, Lian también reverenció con perfecta postura, sonrió orgullosa de lo mucho que había mejorado en su nueva vida.

- ¿Quién es esta hermosa Señorita?- preguntó el Khan, Tao sonrió ampliamente.

- Hermana Menor Chu Lian- presentó Tao emocionado, sus ojos brillaban con una idea formulándose en la mente.

- ¿Chu Lian?, ¿Cómo Chu Xian?- preguntó Tolui, definitivamente ya había tenido su primera conversación con Xian, todo avanzaba tal cual la novela, con la excepción de la presencia de Lian.

- Mi querida prima, Su Alteza- respondió Lian con voz dulce.

Tao se giró al Emperador con ojos traviesos, el Emperador ya sabía que algo extraño saldría de la boca de su hijo mayor.

- Padre, ya que iremos a cazar, podemos invitar a la Hermana Menor Lian, no existe mejor arquera que ella- alardeó Tao, el Khan y Tolui lo miraron curiosos.

- ¿Arquera?- cuestionó Tolui.

- No podemos obligar a la Señorita Chu, si ella gusta acompañarnos- ofreció el Emperador a Lian, la chica miró con el rabillo del ojo a Xen, "problemas" podía ver en su mirada, con maldad sonrió.

- Sería un placer- aceptó Lian, Xen suspiró, los soldados no tardaron en acercar caballos y equipo de arco y flechas, los Mongoles parecían interesados en probar las habilidades de la chica, Tao y el Emperador estaban confiados, el único al borde de un colapso nervioso era Xen, lo primero que le pedía a Lian y lo primero que la chica hacía, meterse en problemas y llamar la atención, si Lian fallaba hoy, sería el hazmerreír de los mongoles.

Preocupado ayudó a Lian a subir a su caballo, la chica tomó las riendas torpemente, Xen la miraba con mayor tensión cada vez, no solo corría el riesgo de ser objeto de burla sino que su misma vida estaba en riesgo, Lian ignoró la evidente preocupación en los ojos del General y se concentró en aquella vez que subió a un caballo en la playa en su vida pasada, o cuando aprendió a andar en bicicleta, no podía fallar, y no lo haría, estaba decidida, cualquier oportunidad de asegurar su vida y la de sus amigos la tomaría, aunque no pareciera relevante, tal vez, mostrando sus habilidades, se ganaría el favor de los mongoles y evitaría la muerte del Khan.

Cabalgaron despacio buscando presas.

- Voto por que la Señorita Chu tome la primera presa como cortesía de ambos Imperios, una presa simbólica de compasión- dijo Tolui, Lian se sintió ofendida en cierta manera, Tolui la estaba subestimando, no había duda.

El resto de hombres asintieron, principalmente para no discutir sobre las habilidades de Lian en las que tanto confiaban el Emperador y Tao.

Mientras avanzaban, unas aves salieron de entre los árboles, el objetivo estaba en movimiento, la posición era incómoda y los espectadores esperaban que fallara, Lian acomodó su arco, ahora más que nunca necesitaba su buena suerte y su talento recién descubierto.

Las aves se alejaban, Tolui ya se reía en voz baja, daba por hecho que las presas estaban demasiado lejos para la chica, más ampliamente sonrió con burla al ver que Lian tomaba dos flechas y las acomodaba.

"Ahora o nunca, habría humillación... pero no para ella" pensó Lian antes de soltar las flechas.

La distancia, la cantidad de flechas lanzadas, el viento, no parecía prometedor, incluso Tao y el Emperador dudaban.

Uno...

Dos...

Dos pájaros cayeron desde lo alto, los cinco hombres abrieron los ojos como platos, dos flechas lanzadas, dos pájaros cayendo.

Chu Lian, la mejor arquera.

Nadie hizo ningún comentario, esperaron al sirviente que volvió corriendo con las presas en mano, las flechas eran claramente las de Lian, no había duda, ambas aves habían sido alcanzadas por el arco de la chica.

- Dos presas de cortesía, una para el Khan, otra para el Emperador- dijo Lian en respuesta a Tolui claramente orgullosa, el Príncipe Mongol la miró con genuino interés y admiración.

- Una Princesa Mongol nacida en Chang'an- afirmó el Khan, El Emperador, Tao y Xen comprendieron el trasfondo de aquellas palabras, el Khan Temuyín reconocía a Lian como hija suya, Temuyín no tenía hijas propias, ahora Lian lo sería, eso también había ocurrido en la novela pero no para Lian... si no para Xian.

La Villana del Loto DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora