XX

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Danielle se encontraba en el gimnasio de la mansión Lombardi terminando su rutina de ejercicios matutinos, cuando escuchó un sonido proveniente del estudio de su padre. Había sido un golpe fuerte y seco.

—¿Amelia?

Se asomó por el corredor pero no obtuvo respuesta. La mujer debía estar en el jardín o limpiando las habitaciones, así mismo era imposible que se tratara de Grecia ya que había salido de viaje con Gastón esa mañana.

Se acercó al estudio, abrió la puerta y encontró una de las katanas tirada en el suelo. Danielle la miró fijamente. Descubrió que la ventana estaba cerrada y no había modo de que el viento entrara y la tirara. La tomó del piso y la miró con detenimiento, aquella era la katana con la que Grecia le había hecho la cicatriz. Miró a su alrededor, sintiendo un terrible escalofrío. Cerró el estudio con llave, caminando hasta su habitación para darse una ducha y despejarse de aquel extraño suceso.

Revisó sus redes sociales. Emilia acababa de subir un estado. Un plato de comida acompañado de un jugo verde seguido de una serie de hashtags #Saludable #Adiósvicios. Sonrió, decidió mandarle una reacción y después de un rato era difícil poder sacarla de su mente. Pensarla se había vuelto una costumbre extraña, sobre todo después de esa íntima charla que habían tenido. Ahora sentía que conocía cada parte de ella. Era un sentimiento entrañable pero al mismo tiempo confuso, ¿hacía donde iba con todo eso?

Casi era fin de semana. El festival de la ciudad estaba en puerta pero tenía un par de días libres para disfrutar con ella. Era uno de los eventos más grandes en donde los turistas llegaban de todas partes para asistir a los eventos culturales y visitar los lugares de entretenimiento que ofrecía aquella metrópolis. Los clubs y bares estarían a reventar, así que tendría demasiado trabajo durante esas dos semanas.

Tomó su móvil y decidió enviarle un mensaje. Era su oportunidad para llevar a la rubia directo a su guarida, sin Grecia en casa podrían pasar un par de días bastante interesantes.

"¿Estás libre esta tarde?"

Comenzó a revisar su guardarropa. Buscó algo casual para esa noche. Curiosamente, salir con Emilia no requería de mucha elegancia. Ahora sabía que prefería las cosas sencillas y reservadas.

"Diciembre: ¿Qué tienes en mente, Lombardi?"

....

...

"Pensé que podrías venir a mi casa a nadar y tomar algo. ¿Qué dices?"

Emilia tardó un poco en argumentar su respuesta. Por un instante imaginó que quizá su introvertida compañera de aventuras se negaría. Pero en ese momento entró una llamada

—¿Vas a rechazarme y no pudiste hacerlo vía mensaje?

Escuchó su risa salir por la bocina.

—No es eso, simplemente quería cambiar un poco tu plan.

—Te escucho —continuó, acomodando su cabello de lado, sobre su torso aún desnudo.

—Bueno, es que estoy tratando de evitar el alcohol por un tiempo y en verdad me apetece ir al cine.

—¿Cine? Tengo una sala en casa, no es problema.

Escuchó como Emilia dejaba escapar el aire de sus pulmones.

Debí haberlo imaginado, pero no. Me refiero a ir al cine, como personas normales.

Danielle había dejado el manos libres y ahora estaba recostada en la cama, planteándose si en realidad tenía ánimos de ir a ese lugar. Su plan era tener un poco de privacidad con ella. Además, no era el acuerdo que tenían. Emilia estaba rompiendo todas las reglas de los fuckbuddys. Pero no iba a negar que encontraba encantadora su propuesta.

Adiós, DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora