De historias y vidas.

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Efectivamente morí a manos de max, pues el condenado me alcanzó, tomó un puñado de mierda de vaca y me lo lanzó. Al final del día llegué al rancho de don Antonio oliendo y viéndome como un completo desastre. Tuve que bañarme unas tres veces hasta que la piel estuvo roja para quitarme el fastidio que me provocó verme.

Max se burlo lo suficiente como para calmar su alma asesina y concederme el perdón. Para la hora de la cena ya éramos de nuevo los mejores amigos del mundo.

No falta aclarar que por mucha insistencia de max sobre el conocimiento de mi escondite, nunca se lo dije. Pues según él, me busco por todos los rincones de la casa siendo incluso imprudente. Pero mi boca estuvo siempre cerrada, aunque con una sonrisa que hizo que max dijera:

¡Lo descubriré!

Tal vez en algún momento tenga que decirle que no solo fue un escondite y con eso tenga que dar más explicaciones que simplemente el estar "saliendo" con Damián. Había un aspecto importante de mi vida con referencia a los cambiaformas lobo que tenía que enfrentar y explicar.

Pero por ahora basta con solo dar un paso y luego otro, lentamente pero sin pausa. Sabía que Damián era un cambiaforma y sabía también las consecuencias de eso. Pero por mucho que lo supiera no había nada que me hiciera querer cambiar de opinión.

Aquella noche tuve algunos problemas para dormir, ya que mi mente solo podía recordar lo bien que se sentía Damián cerca de mí. Estaba emocionado, no lo negaba y eso me dejó una media hora pensando, en algún momento de la noche caí en los brazos de Morfeo, hasta que el gallo canto y odie a maldita mente todos.

La hacienda y la vida en el oeste es genial, pero sería aún más genial si me dejaran dormir al menos hasta las ocho de la mañana. No pedía mucho. Solo unas horas más de sueño.

Pero no , esta vez no me salve de los trabajos por realizar en la hacienda, aunque don Antonio era extremadamente amable y servicial y todo lo que decía estaba enfocado en la enseñanza, yo aún seguía siendo algo malo para hacer trabajos de obra. Mi enfoque habían sido siempre los negocios y tenía una mente ágil que siempre me ayudó a escoger las mejores propuestas. Económicamente hablando.

Por ello casi al medio día , con el cabello de mi frente recogido en una pequeña e incómoda coleta, el sudor corriendo y el ceño fruncido, podía decir que no era ya un ser humano. Me tiré al césped respirando pesadamente.

- vamos zack tampoco es tan horrible- me animo max llegando a mi lado.

- bajo este sol todo es horrible- le dije.

- arriba, ya casi terminamos y nos iremos a almorzar- mi estómago respondió por mi. Miré las vacas más allá del horizonte.

- a veces me siento mal cuando las veo y sé su destino, pero no soy capaz de decir que no , cuando un jugoso y caliente bistec es puesto frente a mi , soy débil max - me queje abrazando con fuerza a mi mejor amigo.

- me ahogo- se quejó max intentando quitarme de su lado.

- te aguantas - le dije con una sonrisa- ¿En qué iba ?...¡Ah si! Y entonces me imagino un rico filete , con unas papas al vapor envueltas en una deliciosa salsa , una botella de vino tinto , seco preferiblemente, tal vez un Cabernet Sauvignon -

-¡Muero!- respondió max bajo mi potente abrazo.

Lo solté viendo como su cabello quedó despeinado y me miraba con intención asesina, nuevamente.

- creo que tal vez puedo cumplir tu deseo- y esa frase en esa voz me dejaron por primera vez paralizado.

Cuando giré , pude ver que Damián efectivamente estaba ahí y no era un producto de mi imaginación. Y por todas las cosas bonitas que hay en el mundo, que el hombre se veía de una manera fantástica. Traía un vaquero, zapatillas y una camiseta de botones del color de mi vino imaginado. Sencillo, práctico, perfecto, que lo hacía ver divinamente.

- ¿Y ahora además de médico, eres el genio de la lámpara?- respondí solo un segundo después de que me diera un golpe mental para salir de mi escrutinio.

¡Estúpido!

- max podrías prestarme a tu hermano, quiero llevarlo a un lugar en el pueblo - le dijo Damián a maxi.

Solo alcé una ceja.

- ¿Y crees que sí él dice que no o si , le haré caso ?- le pregunté al doctor
- Aquí el mayor soy yo- aclaré.

Max me miró con el ceño fruncido.

Alcé mis manos de inmediato.

- solo por confirmar Damián- preguntó max - ¿Enserio vas a salir con zack ?, ¿De verdad?- preguntó con más asombro del que yo sentía.

-¡Oye! Me ofendes - le recrimine a mi hermano - ni que fuera tan horrible estar conmigo¿O si?- le pregunté con lo que creía sería una mueca adorable. Que no creo que en verdad me funcione.

- por supuesto, para eso estoy aquí - respondió Damián de inmediato a Max.

Eso fue como activar un interruptor. Max paso de fruncir el ceño a una sonrisa enorme. Casi como el entendimiento le hubiera llegado al cerebro de milagro.

- ¡No se preocupen yo los cubro con don Antonio!- dijo de inmediato casi lanzando me a los brazos de Damián.

- ¡¿Es que yo no tengo opinión acaso?!- pregunté

- No- respondió max , la risa de Damián fue toda la respuesta que dió el hombre.

- vayan antes de que don Antonio aparezca - me dijo mi hermano guiñándome un ojo.

-¡¿Porque actúas así ?! , ¿Que diablos te estás imaginando?!- le grité.

Max se hizo el sordo, cuando lo ví tomando sus cosas para huir.

Suspiré.

- te quedo debiendo una maxi , nos vemos luego - me despedí a lo lejos con resignación.

Esta vez sí me concentré en Damián a mi lado. Pues max salió corriendo como una cabra loca. Casi podía escuchar su mente gritar : ¡Carl te tengo un chisme!

-¿ Me llevaras luciendo así ?- le pregunté. Damián sonrió.

- no veo nada mal zack- respondió.

-¿Te has revisado los ojos?- le pregunté.

- aunque no lo creas lo he hecho , además de ser un lobo puedo decir que tengo una excelente visión, y todo lo que veo delante de mi...está perfecto- sus palabras fueron amables y realmente no podía encontrar una segunda intención o incluso un halago implícito , pues su voz es siempre tan serena y sincera que puede decir cualquier grosería y sonaría lindo.

También sé que no debería, jamás sentirme ruborizado por algo así, sé que no debería. ¡Pero maldita sea! Que me estaba llenando de color en el rostro. No era nada especial lo que estaba diciendo Damián, pero así lo sentía.

- ¡nahhh no te creo!- fue todo lo que dije para tratar de no perder la poca dignidad por la vergüenza.

¡Estúpido!

- es la verdad, pero si aún así te incómoda déjame decirte que estamos en un pueblo productor y agrícola , dónde la mayoría de los terrenos están ocupados por capataces, dueños de haciendas , jornaleros y en general hombres y mujeres dedicados al trabajo duro, así que un poco de desorden y sudor no es nada raro- me dijo Damián.

-¿Dónde aprendiste a convencer?- pregunté, al verlo mirarme algo divertido, así que fue mi turno de sonreír en grande con mayor confianza.

- Felicidades doctor Damián ,tienes mejor verbo que yo- le dije comenzando a caminar a su lado.

Relatos de la manada oeste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora