Relatos de la manada oeste.

Epitafio

Hacía días que no recibía sol , había estado encerrado en una habitación que Dave organizó para mí. Pese a que tenía todas las comodidades, me sentía ansioso y estresado. Toda una vida llena de largos encierros crea cierto...repelus.

Por ello cuando el doctor salió a hacer sus diligencias. Salí corriendo de la casa , sin una dirección fija. Solo con la intención de tener aire fresco y un poco de sol.

Estos últimos días me había sentido mal físicamente , cansado y algo mareado. Pero nada en comparación a la angustia que estaba sintiendo por estar lejos de aquella hacienda. Parecía que había estado en un sueño donde los hermanos Jeferson eran los protagonistas.

Ahora que lo veía en perspectiva , podía sonreír al recordar las idioteces que ocurrieron en esos pocos días. Todo parecía mentira,¡ y cuánto quisiera que lo fuera! , al menos el ataque de aquella criatura.

Los síntomas aunque eran molestos y me habían mantenido en observación no habían empeorado. Y eso era algo bueno. Por ahora.

Por otro lado , cada vez que recordaba la huida de la casa Jeferson , las palabras de los hermanos de Mike y el propio Mike ,hacia que quisiera lanzarme del próximo puente que encontrara.

Soy . Una . mierda de persona.

Suspiré . Huir así no fue una de mis mejores decisiones, pero ¿Cuando he hecho una bien ? ¡Nunca !

Comencé a caminar hacia un lugar que recordaba hacia mucho no pisaba . El lugar donde todo comenzó y va a terminar. Metí las manos en mis bolsillos delanteros y sintiendo los rayos del sol acariciando mi rostro me dirigí hacia el curioso lugar.

Luego de un par de cuadras y el cruce de la avenida, seguí de largo hasta estar sobre el portón del cementerio local. Atravesé los mausoleos familiares y me dirigí a la zona de las tumbas enterradas , las más sencillas y las donadas por el estado y algunas otras por la iglesia.

Las tumbas de los olvidados , de los desafortunados y desdichados.

Entre la hierba crecida y casi irreconocible estaba una losa de cemento con mi nombre incrustado. Supongo que después de que alek y Santiago descubrieron que estaba vivo no habían vuelto a organizar mi lecho eterno , y por ello estaba tan abandonado, pues ellos siempre habían tenido el miserable lugar decente.

Suspiré sentándome sobre la hierba , retirando la maleza de la losa. Lo que sea que había estado sobre ella ya no se entendía. De milagro aún se veía mi nombre.

¡Que ironía!

Miré al cielo pensando en todas las cosas que había hecho a lo largo de los años y lo poco que valía a la hora de ver el lugar donde quedaría olvidada mi existencia. Era algo contradictorio y extraño.

Me sentía tranquilo pero a la vez muy abrumado viendo mi nombre ahí. Tal vez antes no me había sentido así , porque aunque alek y Santiago sí pensaban que estaba muerto , yo sabía que esto era solo un farol. Pero ahora , la verdad estaba sobre mi rostro , a escasos milímetros. Estaba al borde de la muerte , estaba apunto de tener que dejar aquí sobre esta tierra mi cuerpo sin derecho a nada más.

Y de nuevo mis pensamientos se fueron hacia el alfa Jeferson. Todo en aquella hacienda es tan diferente.

Estar allá se siente cálido.

Recordar lo bien que se siente tener el cuerpo de Mike abrazandome era algo que había deseado secretamente de alguien pero que por tantas situaciones nunca tuve la real oportunidad.

Bueno al menos tenía un recuerdo. De poco tiempo , pero lo tenía.

Me quedé un rato más mientras pensaba y recordaba , dejando el tiempo volar , estaba distraído y algo nostálgico cuando me sobresalté al sentir una mano en mi hombro. Al girar la vista ,ví como el hombre frente a mi quedó en cuclillas observándome con una sonrisa.