Relatos de la manada oeste.

Fiebre II

Las dos de la mañana llegaron rápido , ajusté el saco de tela fina que llevaba encima de una camiseta negra de buen corte y salí con paso suave de la casa. Sabía que Rubén no acercaría el auto a la propiedad, él sabía que podrían oir nos sí estaba cerca , así que era obvio que yo debía salir lo más lejos posible para efectuar nuestra pequeña fuga de manera satisfactoria.

Sabía que los lobos no estaban haciendo guardia. Pues yo mismo ví como se fueron a sus habitaciones a descansar. Incluso Mike.

Pues ví cuando Benjamín salió corriendo de la casa en lágrimas y sollozos y detrás un preocupado y culpable Mike siguiéndolo. Ví al hombre subir a su habitación después con la cabeza gacha.

A veces pensaba que estos lobos tenían reales problemas con sus sentidos. Sé que me movía lento y astutamente, pero era como sí ellos no estuvieran acostumbrados a tener el peligro cerca y por eso no estaban alertas. ¡No me sentían! ¿Cómo era posible?, O tal vez solo me ignoraban.

No sé.

Tal vez de verdad nunca habían estado cerca del peligro y esto era algo que ellos aún no reconocían. Bien por mi a decir verdad. Esto me daba un margen en el que podía moverme sin que me vieran y con el que hoy podría escaparme con éxito.

Salí de la propiedad después de caminar por diez minutos aproximadamente cuando divisé una camioneta vieja pasar lentamente sobre la carretera de tierra y pararse frente a mi.

-¡Oh por dios !- exclamó Rubén-¡ este es el Peter que conocí!, Señor - dijo abriendo la puerta.

Sus palabras me hicieron sonreír . Me subí al auto.

-¿Porqué la ropa ?, ¿No se supone que vamos a robar y tú te vienes como todo el jefe de la mafia ?- me preguntó sin dejar su sonrisa.

Alcé una ceja.

- el que tú te veas como un ladrón de quinta a toda hora no significa que yo ande igual. De esta forma , si nos coge la policía digo que tú me secuestraste. Además esta es la ropa que siempre uso. La ropa que tengo en la granja es para el trabajo. De hecho la compré en una tienda de segunda para que se viera más creíble. ¡Aunque de verdad me gustan las leñadoras! ...pero igual traje algo de mi ropa típica. Y este look es de mis favoritos , fue uno hecho a la medida y personalmente supervisado y cocido por las mejores manos en la moda de este país-

- tenías un traje similar el día que te ví entrar al casino. ¡Solo te hace falta el arma! No puedo creer mi suerte, trabajar con el bastardo más bastardo en todo el sur. Ahora, aquí a kilómetros de esas tierras hombro a hombro -

Sonreí de nuevo.

- mejor cállate y maneja , ponle el pie a esto que mi abuela maneja más rápido que tú -le dije .

-¿Tienes abuela ?- me preguntó.

- no, y sí la tuviera, seguramente debe estar muerta , así que su maldito cadáver podrido unde el pedal del acelerador con mejor gracia que tú -

Rubén en ves de molestarse soltó una carcajada.

- ¡tío que me imaginé un zombie conduciendo!-

Solo rodé los ojos.

Rubén siguió con sus bromas del zombie hasta que llegamos al pueblo. Esta mierda quedaba lejos ¿Cómo hacia Tany para viajar tanto todos los días ? Con razón no tenía trasero de andar todo el día sentada.

Su consultorio médico estaba a una cuadra de la calle comercial. Me lo imaginaba un poco más grande.

Rubén traía la llave , así que no fue difícil quitar los cerrojos.