Los grilletes raspaban mis muñecas sin piedad, y la humedad hacía el respirar una tarea difícil.
Estaba en un sótano tal vez el de una casa ya que solo había una ventana pequeña por la que entraba una tenue luz.
El ocaso.
Estaba pronto a anochecer. Y yo no sabía cuánto tiempo había estado aquí, no podía decir a ciencia cierta cuando llegué , cuando desperté o porqué estaba aquí .
-¡Ayuda!- grité a pulmón otra vez
¿Cuántas veces he gritado?
- mauricio- giré mi cabeza rápidamente.
-¿Quién está ahí?- pregunté
Había escuchado mi nombre perfectamente.
-¿Hola? - pregunté de nuevo.
Jale los grilletes otra vez con fuerza. Las cadenas estaban ancladas a la pared por lo que solo podía moverme un metro alrededor , tal vez metro y medio .
Volví a gruñir fuertemente mientras halaba con toda la fuerza de mi lobo.
La piel de mi muñeca se rompió y la sangre broto de inmediato.-¡Ahhh!¿Quién diablos me escucha?-
- corre mauricio- escuché el susurro esta vez muy claro a mi derecha.
No había nadie . Absolutamente nadie allí conmigo. Sentiría un corazón, un olor. Dentro de lo que mi lobo podía captar ,no había nadie más en lo que suponía era una casa o lo que había encima de mi.
- ¡HUYE MAURICIO!- el susto me hizo brincar en mi lugar y mi corazón se disparó. No estaba loco . Esa voz era muy clara , el eco de su grito resonó entre las paredes.
-¡¿Quién eres?!- grité de nuevo.
El miedo empezaba a embargarme todos los sentidos . No estaba loco ,
Gruñi bajo en amenaza mirando para todas partes .
-¡Sal maldita sea!-
Lo único que recibí fue silencio... silencio y un toque en mi hombro. Me quedé estático en mi lugar con el sudor corriendo de mi frente y la sangre de mis muñecas que no sanaban.
Empecé a girar lentamente la cabeza a un lado.
No sabía porque , pero tenía que ver que era lo que me había tocado. Tenía que saber quién estaban detrás de todo este maldito juego.
Una gota de sudor pasó por mi cuello. Tragué en seco. Sintiendo un nudo y un terror clavado en mi pecho.
Una vez que giré , una masa oscura se me tiró encima. Sentí unas garras ser clavadas en mi abdomen y el dolor desgarrador de mi carne al ser arrancada. Justo antes de no volver a sentir nada.
(...)
-¡Fuego !- grité a pulmón.
- ¡Jhon ! , ¡Nicholas!, ¡El granero se incendia!- volví a gritar pero nadie salía de la casa. Era imposible que ninguno de mis hermanos o mis primos me escuchara.
-¡Oh no!- exclamé cuando el techo del granero principal voló en una explosión.
No podía hacer nada , el fuego era demasiado para solo apagarlo con cargas de agua , necesitaba llamar a emergencias. Pero por algún motivo no tenía mi móvil conmigo.
Y por alguna otra razón no podía moverme del lugar donde estaba , mis piernas estaban clavadas y no respondían a mis órdenes.
-¡Mike! ...¡Mike!- mi corazón se saltó un latido cuando escuché a Peter llamarme de urgencia.
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Relatos de la manada oeste.
WerewolfLos alfas siempre son vistos como los líderes intocables que solo saben hacer una cosa : ordenar. Y eso es algo que Mike Jeferson odia. Él necesita estar entre sus betas en la lucha, con sus hermanas y hermanos , ir con los capataces a criar sus c...