El líder

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- hoy no vas - fueron las palabras que me dió Mike , cuando todos se retiraron a comer y él me pidió unos segundos para hablar. Lo seguí hasta el porche, alcé las cejas al ver que salimos fuera de la casa.

Algo que me pareció excesivo . Seguro para poner metros a los oídos curiosos de los dos invitados.

-¿Cómo así que no voy ?- pregunté de mala gana.

- no sirves si eres lento y estás cansado. Ayer hiciste muy buen trabajo y logramos cercar todo. Y te agradezco por eso pero considerando el tipo de trabajo y además tu lesión es mejor que hoy descanses - fueron las palabras calmadas del alfa .

Bufé molesto.

- bien , ¿Al menos puedo ir a desayunar ? O¿ también me tengo que quedar encerrado? -

Mike suspiró poniendo sus dedos sobre el puente de la nariz en un gesto cansado.

- solo te pido descansar , no tienes que encerrarte - me dijo girandose para irse.

- Mike - lo llamé suavemente.

El lobo giro alzando una ceja en pregunta.

Me acerqué a él. El alfa de alguna forma me empezaba a caer bien. Era gracioso molestarlo y podía notar que de verdad era una buena persona, más de lo que debería ser para su cargo.

- no soy el único cansado - susurré frente a él , el parecía querer hablar , así que continúe antes - puede que seas un lobo , pero también tienes un cuerpo humano, no tienes que dejar todo , solo ven más temprano a casa -

Le dije separándome de su cercanía y regalandole una pequeña sonrisa. Después de todo , el tonto se lo merecía .

Entré de nuevo a la casa , directamente al comedor , en silencio ví a todos comiendo , las únicas que sostenían una conversación eran Elena y Tany. Los demás , Steven, Tyler y los hermanos comían en silencio. Mike no volvió a entrar.

-¡Peter dejé tu desayuno en el horno para que no se te enfriara! - me dijo Elena con una sonrisa.

- gracias - respondí , tomando mi plato. ¡Olía delicioso! Amaba a esta mujer. Qué sazón .

Me senté sintiendo las miradas de Tyler y del nuevo en mí. Solo alcé una ceja en pregunta. Ambos bajaron sus cabezas.

Otro par de idiotas curiosos.

Al terminar todos se levantaron y se fueron con los lobos. Esta vez fue Joe quién se llevó al nuevo.

Menos mal porque su miradita encima de mí ya me tenía de los cojones. Qué molesto.

Me quedé en la cocina hablando y ayudando a Elena con el almuerzo.  Al parecer todos los lobos ya estaban enterados de mi "día libre obligado "

Para mí que hacían una reunión matutina en la mesa al mejor estilo de la mafia italiana planeando las maldades del día.

¡No había otra explicación para que estuvieran tan bien coordinados día a día ! Y que además uno nunca los viera discutir o hablar. Debía reconocerles que tenían una buena estrategia.

Con Elena el tiempo era agradable y más aún cuando era ella quien me contaba las anécdotas de los tres pequeños hermanos cuando eran unos cachorros que ni orinar solos podían. ¡Mike se chupaba el dedo pulgar ! Y lo hizo hasta los doce años.

No sé qué tan conveniente era que Elena contará eso a los " invitados " pero podía jurar que la mujer me había cogido confianza y que esto no se lo decía a todo el mundo.

De hecho estábamos susurrando y riéndonos de ellos. ¡Era genial!

Me dolía todo el abdomen de reírme .

Relatos de la manada oeste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora