two ways (Draco Malfoy)

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Cuando Aria despertó se vistió lo más rápido posible para ir a desayunar, tenía mucha hambre así que entró en las cocinas y tomó lo que más le apetecía.

Al salir de allí con toda la comida, se dirigió a la parte trasera de la casa para comer tranquila y poder ver el amanecer, una de las cosas favorita de la chica.

Sin embargo cuando estaba dispuesta a sentarse notó como alguien se encontraba detrás suyo.
-Ari...- empezó a decir Draco mirándola con cara inocente.

La chica frunció el ceño.
-No pongas esa cara, no quiero estar contigo ahora.- dijo intentando molestarlo a lo que el platinado abrió los ojos.- Déjame tranquila.

-Y si no quiero y decido sentarme a tu lado para ver el amanecer?- dijo sentándose al lado de la chica.- Que harás?

-Ignorarte.- respondió ella mirando al cielo haciendo que Draco bufará algo molesto y frustrado.
-Vamos, no me ignores, si? En el fondo soy tu mejor amigo....- dijo apoyando su cabeza en el hombro de la chica.

Estuvo así unos segundos hasta que se dio cuenta de que ella no iba a hablarle. Sin embargo no se apartó, solo la miró de reojo y vio su perfil.

Draco se dio cuenta de que la chica en realidad era muy bonita, pero en que pensaba ahora?

-Aria...- soltó pues la chica seguía sin prestarle atención.
-Shh. Ya viene.- dijo emocionada la chica apartándolo de golpe.

Draco algo confuso miró de nuevo a la chica y se dio cuenta de que en realidad... el amanecer le hacía feliz. Por qué? Ni él lo sabía pero ver el rostro de ella merecía la pena.

Sonrió al verla tan contenta y no dijo nada, solo se quedó a su lado mirando el cielo, y de vez en cuando mirándola a ella de reojo.

-Es hermoso.- admitió Draco a lo que Aria lo miró con una sonrisa.
-Si que lo es...- dijo ella riendo.- En Beauxbatons, Sandy y yo nos levantamos siempre temprano para ver el amanecer.- dijo encogiéndose de hombros.

-Oh, quién es Sandy?- preguntó el platinado ahora intrigado.- Parece que ya no me necesitarás más como mejor amigo. Lo entiendo, Beauxbatons debe ser genial...

Draco se levantó algo indignado y empezó a caminar hacia la casa donde seguramente todos estarían durmiendo aún, sin embargo sintió como lo abrazaban por detrás.
-No podría reemplazarte, tonto.- le susurró la chica.

-Ahora soy tonto?- preguntó con una sonrisa el chico.- Veamos quien es el tonto aquí.- dijo separándose de ella y empezando a correr.- Atrápame si puedes!

Aria no dudó en empezar a correr, persiguiendo al platinado que se metía en el bosque que hacía cerca de ahí.

Los dos chicos reían mientras intentaban Draco intentaba no ser pillado por Aria.

El platinado seguía corriendo, sin embargo ahora sin mirar atrás, solo quería correr lo más rápido posible para no ser alcanzado. Se sentía tan bien... podría estar así toda la vida, lástima que Aria no fuera a Hogwarts.

Por que tenía que ser todo tan complicado?

Eso hasta que se dio cuenta de que los gritos de la chica ya no se escuchaban. Donde se había metido ahora?

El chico paró por completo sintiéndose un poco nervioso pues no tenía ni idea de donde estaba y tampoco sabía del paradero de la chica.
-Aria? Ari...no es gracioso.- dijo mientras intentaba recordar el camino de vuelta a casa.

Fue cuando escuchó unas pisadas, después hojas secas y por ultimo sonidos extraños.
-Si es una de tus estúpidas bromas... no es gracioso, te lo advierto.- dijo ahora preocupado.

De repente, una piedra te dio en la espalda, haciéndolo sobresaltar.
-Draco ven!- le dijo la chica subida a un árbol.- Rápido o te puede ver!

Quién le podía ver?

Y de nuevo, ese ruido haciéndolo sobresaltar del susto provocando que el platinado subiera sin pensar al árbol.

-Que es? Que es eso?- preguntó asustado a lo que la chica empezó a mirar a todos lados.- Aria?

-Shh, te puede oír.- dijo ella llevando su mano a la boca de este.- Probablemente... sea solo un gusarajo... creo.- dijo en un susurro no muy convencida.

De repente la criatura apareció ante los ojos de los dos niños, haciendo que Aria se empezara a asustar al igual que Draco quien no dudó en abrazar a la chica del miedo.

-Draco...- dijo la chica con temblor en la voz.- Es... es un quintaped, que hacemos!?- dijo cerrando los ojos pues esas bestias tenían preferencia por la carne humana.

La criatura parecía haber olido la colonia que desprendían los chicos pues no se iba de ahí.
-Draco...- dijo la chica muy asustada.

El platinado también tenía mucho miedo sin embargo había prometido hacerse cargo de ella y protegerla de todo.
-Cuando te diga ya, saltarás del árbol y correrás, entendido?- le preguntó a lo que ella solo lo miró negando con la cabeza. Que quería hacer ahora?

Tomó la piedra que le había tirado Aria antes y la lanzó lo más lejos posible haciendo que el animal fuera en busca de ello, dejándoles vía libre.

En ese momento el platinado empujó a la chica hacia el suelo y le tomó la mano para empezar a correr en dirección a la casa.
-Dijiste que me dirías ya!- le gritó la chica mientras corrían a lo que el platinado solo respondió con un "ups".- Como aprovechas las oportunidades para empujarme...

Los chicos llegaron dentro de la casa y siguieron corriendo hasta llegar a la habitación de Draco donde este cerró la puerta de golpe. Quién sabía, la criatura podría seguir allí.

Ninguno de los dos decía nada sin embargo casi morían. Que se supone que harían ahora?
-Te encuentras bien?- preguntó finalmente el chico a lo que ella se sentó en la cama cansada.

-Que listo...no se me habría ocurrido.- dijo refiriéndose a la piedra y la distracción ignorando la pregunta provocando que Draco sonriera orgulloso.

-Todo por salvarte.- respondió sentándose a su lado y en ese momento Narcisa abrió la puerta algo extrañada.

-Chicos...os encontráis bien? Por qué gritabais?- preguntó a lo que Draco y Aria se miraron.

-Había una araña en mi cuarto.- dijo la chica con una sonrisa inocente.- Lo siento Cissy... no volverá a ocurrir.
-Oh, no es problema cielo, ahora a desayunar.- les pidió rodando los ojos.

Draco miró a Aria quién le guiñó el ojo para empezar a dirigirse de nuevo al comedor y desayunar por segunda vez al día.