two ways (Draco Malfoy)

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ꕥꕥꕥ

Ron había sido envenenando la noche anterior, nadie sabía las causas sólo que el regalo que le habían hecho a Slughorn era para el director.

Aria se sentía mal, sentía que el pelirrojo no se merecía eso así que se tragó todo su orgullo y fue a enfermería esperando que no hubiera nadie.

Cuando llegó, la persona que estaba con él era nada más que Hermione quien miró algo extrañada.
-Como... se encuentra?- preguntó la chica ganándose una mala mirada de la castaña.

-Por qué te tendría que importar? Lo han envenenado.- dijo con algo de brusquedad.
-Estoy aquí por que aunque te parezca impresionante, Ron es mi amigo.- dijo haciendo que Hermione riera.

-Claro, una Slytherin, amigo de Ron? Sin que le importe la pureza de la sangre y los traidores?- preguntó a lo que Aria frunció el ceño.

-Que tiene que ver la pureza de la sangre con ser su amiga? Dije que era su amiga, no la tuya.- mencionó haciendo que la castaña rodara los ojos.

-Será mejor que te vayas.- dijo a lo que Aria bufó molesta.- No tendrías que haber venido.

-Hermione?- preguntó de repente Harry entrando.- Que haces aquí?- preguntó el azabache molesto mirando a Aria.
-Tranquilízate. Ya me iba.- dijo ella ignorando la pregunta y marchándose.

Harry sin embargo no entendía nada.
-No, no, espera!- le dijo siguiéndola.- Aria!

La chica lo seguía ignorando mientras seguía caminando sin rumbo alguno a su sala común, total, no tenía donde ir y no quería hablar con Harry.

El azabache seguía insistiendo hasta que la tomó del brazo.
-Espera, dime, que hacías en enfermería.- le dijo algo molesto.

-No te interesa, déjame.- le dijo ella intentándose soltar.- Potter suéltame.
-No! Se que habéis sido vosotros!- le gritó desesperado.- Vosotros sois el problema.

-Bien, ahora me podrías soltar?- dijo ella mirándolo.- Me incómodas.

Harry no la soltaba, necesitaba respuestas sobre todo lo que estaba ocurriendo.
-Dime, vamos, sabes que todo esto es culpa vuestra.- dijo ahora ignorando las quejas de la chica.

-Que es culpa nuestra!? No tengo idea de que me hablas!- se excusó ella enfrentándolo.
-No me mientas!- dijo acercándose a ella haciendo que esta retrocediera hasta acabar con su espalda en la pared.

-No te estoy mintiendo! Que quieres que haga para demostrarte que no tengo nada que ver con lo que le ha pasado a Ron!?- dijo ella manteniéndose firme.

-Ah no? Y que me dices de Katie? Tu estabas junto con Malfoy! Os vi salir después de ella de Hogsmeade. No se lo que tramáis pero os he descubierto.- dijo el azabache muy seguro.

-Qué? De que hablas!? No tenemos nada que ver con eso! Mientes!- le gritó.
-No! Sois vosotros los que mentís! Admítelo!- le dijo ahora sacudiéndola con brusquedad.- Admítelo joder!

-Aléjate de ella!- se escuchó el grito de Draco desde el final del pasillo.- Estás muerto.

Harry se alejó inmediatamente de Aria quien lo miraba con rabia.
-Entiende que no tenemos nada que ver con todo esto.- le dijo antes de que Harry empezara a irse pues Draco lo había empezado a perseguir.

-Draco...- dijo ella pero el platinado la ignoró y fue detrás del azabache quien seguía escapando.

-Donde estas Potter!? Vamos! Estoy seguro que querrás gritarme igual que a ella!- dijo Draco furioso.

Harry se metió en el lavabo de Myrtle quedándose sin salida posible.
-Malfoy, espera...- empezó a decir el azabache algo preocupado.

-Ahora suplicas... bien.- dijo Draco apuntándolo con su varita, lleno de rabia.

-No le he hecho nada. Solo estaba preguntándole cómo es que no tiene ni idea de lo que hiciste.- dijo el azabache ganándose una mirada confusa del platinado.

-Cállate.- dijo este.
-Así que es verdad, ella no tiene la culpa de nada... eres tú! Has sido tu todo el tiempo! Por qué!?- preguntó mientras intentaba buscar su varita.

Draco no dudó en lanzarle un hechizo que Harry esquivó a tiempo escondiéndose.

Ambos estaban en una batalla de la que no sabían cómo salir. Tanto el azabache como el platinado intentaban dañar al otro como fuera, sin embargo, Harry fue más rápido.

-Sectumsempra!- gritó dándole en todo el pecho al platinado quien cayó de golpe al suelo.

Draco estaba en el suelo, herido y sangrando, cuando Aria no pudo evitar gritar mientras iba a su lado.

Harry salió de su escondite aún en shock por lo que acababa de pasar en ese momento. Que acababa de hacer?

-Draco... no, no, por favor, aguanta... no te vayas si? Por favor...- decía ella mientras sacaba su varita.

Durante el verano la chica había pasado tiempo con Narcisa, con los mortífagos quienes le habían enseñado nuevos hechizos.

El platinado lloraba y intentaba respirar con claridad pero todos los cortes que el hechizo le estaba provocando era difícil.
-Vulnera Sanentur.- dijo esta mientras esperaba que funcionara. Debía funcionar, no podía llamar a alguien y esperar más tiempo.

Las heridas del platinado de un momento a otro empezaron a sanar, poco a poco, Draco estaba curado.

Aria suspiró de alivio y mientras se secaba las lágrimas notó que Harry aún no se había marchado.
-A que juegas!? Sabías acaso lo peligroso que era ese hechizo!?- le preguntó furiosa.

-Yo... no, no sabía...- empezó a decir mientras miraba como el platinado ya no tenía ninguna herida abierta.

-Lo podrías haber matado!- le gritó la chica.- Le podrías haber matado y solo dices que no sabías!?

Fue suerte para el azabache que en ese instante Snape apareciera con preocupación en el rostro. Miró a Harry quién no supo otra cosa que hacer que marcharse.

El profesor miró a Aria quien aún lloraba en silencio. Miró el desastre que había hecho y vio cómo la chica había sabido curar antes que el hubiera llegado.

Aria le había salvado la vida a Draco. El platinado sentía las manos de la chica entrelazadas con la suya y se maldeció por no haber podido ganar de nuevo a Harry.

-Señorita Monnier...- dijo Snape mientras colocaba su mano en el hombro de la chica.- Creo que deberíamos llevar al señor Malfoy a enfermería...

-Claro, lo siento.- dijo mientras se levantaba con algo de cansancio. El sentimiento que tenía en ese momento era inigualable.

Ni se imaginaba si le llegaba a pasar algo peor. Miró como Snape ayudaba a levantarse al platinado y no dijo nada.

Pensaba cambiarse de ropa e ir inmediatamente a comprobar que estaba bien. Necesitaba asegurarse de que todo estuviera bien.

Si es que había algo que lo estaba.