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Draco se dio la vuelta y se encontró con el rostro dormido de Aria.
-Que miras?- preguntó ella con los ojos cerrados.

-Lo bonita que eres.- dijo mientras le daba un beso y se levantaba de la cama.- Hoy es un nuevo día, que querrás hacer?

La chica bostezó antes de ver cómo Draco iba al cuarto de baño. Después de la fiesta decidieron ir a la casa para descansar un poco.

Se quedaron hablando por la noche y finalmente se durmieron juntos. Nada que no habían hecho ya.

Cuando el platinado salió vio como la chica miraba su armario.
-Ahora que?- preguntó mientras se acercaba a ella.- No me digas que me has robado mas camisetas.

-Como si fuera una sorpresa.- dijo ella mientras rodaba los ojos.- De todos modos tengo que cambiarme así que puedes ir a desayunar...

Draco levantaba la ceja mientras pensaba en que era una tontería que quisiera taparse cuando eran novios pero decidió respetar su privacidad y salió del cuarto para ir a desayunar.

-Buenos días mamá.- dijo el platinado mientras se servía lo que era un café.
-Buenos días cielo.- le respondió Narcisa algo nerviosa.

Draco frunció el ceño mientras miraba como su madre estaba preocupada.
-Pasa algo?- preguntó este mientras se acercaba a ella.

-Cielo, yo... lo siento mucho.- dijo mientras se sentaba demasiado devastada.- Debemos irnos inmediatamente a la mansión.

-Que? Por qué? Mamá...- dijo algo preocupado ahora.- Mamá, que está pasando?
-Yo... Draco ellos están allí y requieren nuestra presencia.- dijo Narcisa con tristeza.

El platinado frunció el ceño.
-Por papá cierto?- preguntó este temiéndose lo peor a lo que su madre asintió.- No puede ser.
-Lo siento mucho cariño.- dijo la mujer con tristeza.

Draco sabía que llevaría consecuencias y allí estaban, pero aún así, aún podía proteger a la chica.
-Aria puede quedarse aquí. No hace falta que vaya.- dijo muy seguro de si mismo.

El corazón de Narcisa se encogió cuando vio la preocupación de su hijo por la chica que quería.
-Cielo... Aria tiene que venir. Órdenes.- dijo su madre haciendo que el chico se sentara de golpe en la mesa.

-Por qué? Su madre... su madre no falló la misión, por que quieren que vaya?- preguntó el platinado.

-Para poder controlar a mi padre.- dijo la misma chica entrando y sentándose al lado de Draco.- Tranquilo si? Todo estará bien.
-Aria...- dijo mirándola.- Sabes que no.

Cuando llegaron a la mansión Malfoy, rápidamente Narcisa miró a su hijo.
-Debéis ir arriba, allí estaréis mejor...- empezó a decir pero fue en vano.

Una terroríficamente voz y un siseo aparecieron detrás de ellos.
-Narcisa Malfoy, que grata tu visita... pensaba que no llegaríais nunca...- dijo la voz del señor tenebroso.

Aria tragó hondo mientras se giraba con cuidado y miraba al que no debía ser nombrado. La piel se le erizó de golpe y sus músculos se debilitaron por segundos.

Voldemort miró a los chicos que se encontraban ahí, viendo la clara conexión que tenían.
-Joven Draco... un gusto verte al fin.- dijo con un tono... de amabilidad?- Y que tenemos por aquí... Aria Monnier.- dijo colocándose a su lado y empezando a caminar junto con ella hacia el comedor.

Narcisa tuvo que tomar de la mano a Draco para que no se entrometiera entre el señor tenebroso. Si no le contradecían, no pasaría nada.

Y de repente un grito se hizo en todo el comedor donde había una reunión de mortifagos, entre ellos los padres de Aria.

-Draco! Como está mi sobrino favorito!- gritó Bellatrix Lestrange saltando de alegría.

-Toma asiento querida.- dijo el señor tenebroso a Aria quien se sentó a su lado, demasiado nerviosa mirando a Draco en busca de ayuda.

Bellatrix miró a la chica y entrecerró sus ojos.
-Esta chica se parece mucho a ti, Cassandra.- dijo mirando a la madre de Aria quien asintió.

-Es mi hija, Bellatrix.- respondió algo nerviosa.
-Tu? Con quien? Con el idiota de Anthony? Ja! Lo debí imaginar...- dijo sentándose mientras rodaba sus ojos.

-Veo que estamos todos al fin, podemos comenzar con las nuevas noticias.- dijo Voldemort con una sonrisa maligna.

Aria no prestaba atención a lo que realmente decía, estaba tan nerviosa que no podía dejar de temblar. Esperaba que no se diese cuenta.

-Anthony, necesitaré la aprobación del ministerio, sabes que es sumamente importante y eres el único que puede hacer... eso.- dijo de repente Corban Yaxley.

Aria miró a su padre quien también estaba nervioso.
-Necesito más tiempo, no puedo simplemente hacerlo, tú lo sabes bien Walden.- le dijo al hombre que se encontraba ahí.

-Anthony, dijiste eso la semana pasada. Necesito autorización para poder convencer a los estúpidos de los gigantes y sabra que eso conlleva tiempo.- se excusó este.

Voldemort miró a la chica que escuchaba como su padre intentaba excusarse y salir intacto.
-Siento tu deseo, siento el odio y la rabia joven Aria...- dijo mirándola de reojo.

-Esta en lo correcto, señor.- respondió la chica dejando impresionado a los adultos que no se atrevían a hablar con él.

Draco miró a la chica esperando que no le pasara nada, su corazón no podía ir más nervioso en ese momento.

-Creo que será mejor pasar tu tarea a otro, que esté más comprometido, Anthony.- dijo el señor tenebroso al fin, dejando la sala en silencio.

-Pero, señor, puedo... puedo hacerlo solo necesito más tiempo.- trato de decir el hombre.
-Tiempo es lo que todos tenemos y no aprovechamos...- dijo este riendo.- Pero no te preocupes, creo que tengo otro trabajo para ti.

Anthony miró a su hija quien no decía nada.
-Nagini... la comida está servida.- dijo mirando a la serpiente que ahora siseaba por la mesa.

Todos miraron a otro lado para no ver como el hombre era engullido por el reptil sin embargo la chica observaba sin poder apartar la vista de ello.

Tenía sentimientos encontrados. Durante toda su vida su padre le había pegado y gritado por tonterías en las que ella no tenía culpa. En el fondo era su padre pero Aria pensó que estaría mucho mejor en el lugar donde iría ahora.

Bellatrix miraba a la chica con una sonrisa mientras ella solo miraba como su padre moría lenta y dolorosamente.

-Pero aún no hemos acabado, seguidores míos. Aún tengo un trabajo para los más jóvenes de la sala.- dijo Voldemort mirando a Draco para después pasar a Aria.

-Trabajo?- preguntó Bellatrix intrigada.
-Exacto Bella, los dos serán los elegidos, no habrá más tiempo que perder. Quiero que les hagan su iniciación cuanto antes.- dijo el señor tenebroso contento.

Y ahí estaba. Draco se maldecía una y otra vez, era imposible proteger a la chica de su destino.

two ways (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora