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Draco decidió entrar en el cuarto de la chica una vez tenía todas sus ideas claras. Al abrir la puerta y cerrar detrás de él vio algo realmente raro.

-Que haces?- preguntó este tratando de evitar sonreír al verla. Aria abrió los ojos, sin embargo se quedó donde estaba. En el suelo.
-Sabes... practico volteretas, me aburro demasiado.- dijo sin duda muy nerviosa.

-Practico las volteretas, te apuntas?- dijo la chica levantándose dolorosamente.- Por cierto, he ganado. Me has hablado primero. Soy mejor que tú.

-Ni en sueños.- le dijo con una sonrisa orgullosa.- Podría ganarte en lo que sea con los ojos cerrados.

-Draco?- preguntó ella mirándolo desde el suelo.- Te encuentras bien?- le preguntó ya que este solo sonreía.
-Mejor que nunca.- dijo mientras se estiraba a su lado.- Eres demasiado rara...

Aria frunció el ceño y se puso encima de él, inmovilizándolo.
-Rara eh? Esta rara es mejor que tu.- dijo con una sonrisa orgullosa.

-A veces te odio.- dijo intentando salir sin embargo ella se acercó a su oreja.
-Y yo te quiero, lo sabías?- le preguntó con una sonrisa tierna.

La chica rio para estirarse a su lado y mirarlo.
-Y yo te quiero, lo sabías?- preguntó a lo que Draco dejó todo el dolor de lado para observarla.
-En serio?- preguntó con una sonrisa sincera.

La chica le extendió su dedo meñique que el platinado correspondió.
-Lo prometo.- dijo para abrazarlo cariñosamente.

-En serio?- le preguntó este con una sonrisa a lo que ella asintió mientras le dejaba un pequeño beso en los labios.

-Lo prometo.- dijo mientras lo ayudaba a levantarse.- Que hacías aquí, por cierto...

Draco ahora vio sus manos, entraban juntas, entrelazadas y pensó que podía ser el paso... sería el indicado?

Iba a hablar pero Aria simplemente se separó de él algo nerviosa e incomoda.
-Va todo bien?- preguntó este algo confundido.

Ella asintió mirando a otro lado, mordiéndose la lengua sobre lo que había hablado con Bellatrix y solo el simple echo de pensar que Draco quería pedirle matrimonio....

Era demasiado pronto, era un mal momento, y simplemente arruinaría todo, no estaban listos.
-Si, sabes? Creo que nos están llamando... no escuchas nada?- preguntó ella intentando irse.

Draco frunció el ceño. La tomó cuidadosamente del brazo para acercarla a él.
-Recuerdas que soy tu mejor amigo, novio y se cuando mientes?- preguntó mientras la miraba directamente a los ojos.

Aria se mordió el labio para tratar de cambiar el tema. Ella no quería hablar de eso.
-Mi madre... mi madre me dijo el otro día, que quería escapar, conmigo, juntas.- dijo finalmente.

El platinado la miraba sin pronunciar palabra, acaso ella se iba a ir? No tenía sentido.
-Le he dicho que no, le he dicho que no te iba a dejar... ni a Cissy.- dijo ella finalmente.- Quiero estar contigo.

El corazón del chico cada vez latía con más rapidez, escuchar que ella quería estar junto a él era simplemente lo único que le faltaba por oír.
-Aria yo... quería decirte algo.- dijo finalmente.
-Draco...- dijo ella intentando interrumpirlo.

Sin embargo la puerta de la habitación de la chica se abrió dejando ver a Cassandra con una sonrisa.
-Jóvenes... os esperan en el comedor.- dijo contenta de haber interrumpido un momento íntimo.

-Qué?- preguntó Draco algo fastidiado.
-Bien.- dijo ella al mismo tiempo mientras se separaba del platinado para ir escaleras abajo.

-Que le has dicho?- preguntó el platinado directamente a la madre de esta quien estaba cruzada de brazos.
-Yo? Yo solo le he dado un pequeño empujón.- dijo mientras se daba la vuelta y también se dirigía hacia el comedor.

No entendía nada, decidió dejar de hablar con la mujer y seguir a la chica quien se estaba comportando demasiado extraño.

Cuando llegó al comedor, todos estaban sentados. Lo que le pareció raro fue ver que Aria se había sentada al lado de Bellatrix en vez de donde siempre.

La miró esperando alguna señal de su parte sin embargo Aria no lo miraba.
-Draco...- le dijo su madre invitándolo a sentarse a su lado, delante de la chica.

El platinado se mordió el labio para aguantar la rabia que le estaba provocando no obtener ni una respuesta de ella.

Cuando Voldemort empezó su discurso, dejó muy claro a quien quería en primera fila para luchar...

Luchar? El señor tenebroso tenía planeado una segunda guerra mágica si Harry Potter no se entregaba antes de eso. Estaba todo calculado y planeado, todo su ejército estaba listo.

Fue algo impactante para Aria escuchar que Draco debería ir a Hogwarts, a recuperar su varita de las manos del azabache, por parte de su padre cuando la reunión ya había concluido.

-Pero... no quiero ir.- dijo este contradiciéndolo a lo que Lucius lo tomó del cuello, y fue cuando empezó a susurrarle algo que no logró escuchar.

Draco la miró algo preocupado y accedió en ir a buscar la dichosa varita, sin embargo, antes de eso intentó acercarse a la chica.

-Vamos.- le interrumpió Cassandra tomando a su hija del brazo arrastrándola fuera de ahí.
-Qué? No! Suéltame!- decía está intentando resistirse pero sintió como una daga le clavaba la espalda.

-Aria, espera!- le decía el platinado sin embargo su padre lo volvió a tomar del brazo para pararlo de golpe.

-Ya sabes Draco, un error y estamos perdidos, ahora no me decepciones, no querrás que Aria salga herida, no es así?- le preguntó haciendo que este negara inmediatamente.

Miró en la dirección donde se encontraba la chica intentando luchar contra su voluntad y cruzaron miradas.

La chica negaba para que el no se diera sin embargo Draco se fue, desapareciendo de su vista.
-Vamos, debemos irnos ahora.- le dijo su madre presionando más el cuchillo haciéndola caminar hacia donde ella quería.

Quería que Aria desapareciera al igual que ella misma, era un plan loco sin embargo ella lo estaba.

Aún así, a la chica le quedaba una única esperanza, más bien un dúo de esperanza. Solo esperaba que la hubieran visto.

two ways (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora