two ways (Draco Malfoy)

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Aria en todo momento se había quedado con el platinado en enfermería haciéndole compañía.
-No te aburres?- preguntó Draco de repente.

-Claro que me aburro, pero no voy a irme, sabes lo mal que lo he pasado?- preguntó ella sentada en una silla a su lado.

Draco la miró.
-Lo sé, siento que tengas que haber visto eso.- dijo algo avergonzado.- Te hizo daño?

Aria negó mientras dejaba de leer el libro que había traído. Miró al chico quien se notaba mal.
-He pasado por cosas peores.- dijo con una sonrisa tranquila.- Pero tengo una pregunta... y no te voy a forzar a que me lo expliques, por qué no soy nadie para pedirte respuestas...

Draco cerró sus ojos sabiendo lo que le iba a preguntar, estaba claro que algún día se enteraría pero no quería meterla a ella en ese trabajo.
-Pregunta.- dijo este a lo que ella tragó hondo.

-Es cierto lo que dijo Potter? Has tenido algo que ver con... Katie, Ron?- preguntó ella con algo de inseguridad.

-Aria... es complicado.- empezó a decir el platinado. Trató de buscar las palabras correctas para que no tuviera tanta importancia pero la verdad es que era grave.

-Draco, sabes que aunque hagas cosas estúpidas, que están mal o innecesarias... o aunque no tengas razón. Sabes que siempre te apoyaré, siempre juntos.- le dijo ella tomándole la mano.

-Es que esto es más grave de lo que piensas... yo, no se como afrontarlo.- dijo mientras se sentaba en la camilla.

La chica entendió que realmente lo estaba pasando mal. Decidió no insistir más y solo se acercó a él para abrazarlo.
-Esta bien. Estamos juntos en esto.- dijo ella a lo que Draco cerró sus ojos.

Como le gustaría volver a cuando eran pequeños y no importaba más que ellos dos. No habían problemas y todo estaba bien.
-Aria... debo irme.- dijo de repente.

-Irte? Draco... creo que deberías descansar un poco más.- le dijo ella separándose de el.
-No, necesito hacer algo importante.- dijo mientras se colocaba sus zapatos y su chaqueta.

Aria lo miraba intentando descifrar que era lo que ocultaba, sin embargo sabía que no era bueno.
-Bien, puedo acompañarte.- dijo ella a lo que el platinado se acercó a ella para juntar sus labios.

La besó como si fuera una despedida, más bien una disculpa por todo, dándole a entender que debía ir solo.
-Escúchame bien. Debes ir al armario, entendido? Ve al armario y espera a los demás.- dijo el chico.

-Prométeme que tendrás cuidado.- le dijo ella a lo que el chico le mostró una pequeña sonrisa.
-Eres adorable cuando te preocupas.- dijo mirándola.

-Lo digo enserio Draco.- dijo ella mientras veía como se marchaba.- Te quiero...

Sin embargo, el platinado nunca lo escuchó. Nunca le dijo esas palabras de vuelta cuando se fue a la torre de astronomía.

Sabía que Dumbledore se encontraba ahí así que debía darse prisa para al fin, poder matarlo.

Al subir, el hombre se encontraba hablando.
-Buenas noches Draco, que te trae aquí en esta bella noche de primavera?- le preguntó Dumbledore con la mayor tranquilidad.

El platinado lo apuntó con su varita.
-Con quien está? Lo escuché hablar.- dijo mientras se acercaba un poco pero mantenía la distancia.

-Suelo hablar solo, en voz alta. Me parece extraordinariamente útil.- dijo ahora mirando al suelo.- Alguna vez te has hablado a ti mismo Draco?

El chico no contestó. Estaba demasiado nervioso para hacerlo en ese momento. Solo pensaba en lo mucho que se odiaría por esto, en lo mucho que le costaría decirle a Aria que debía matar al director.

-Draco... tu no eres un asesino.- dijo de repente el hombre mirándolo con algo de tristeza.

-Como sabe lo que soy!?- preguntó este.- He hecho cosas horrendas...- empezó a decir.

Dumbledore lo miró fijamente.
-Como maldecir a Katie Bell esperando que me entregará un collar maldito? Cambiar una botella por una con veneno? Perdóname Draco... pero pienso que esas acciones fueron tan débiles que no las hiciste de corazón.- le interrumpió dejando más asustado al platinado de lo que ya estaba.

-El confía en mi, fui elegido.- dijo mostrando su brazo, y con el la marca tenebrosa.

Sin embargo, Dumbledore aún pensaba que el chico tenía solución.
-Al igual que ella.- dijo haciendo que Draco lo apuntara con más fuerza.- Oh si... ella es tu debilidad, no es así?

-No la meta a ella en esto.- dijo con temblor en la voz.- Y no es mi debilidad, no, no lo es.- dijo sin embargo su temblor lo delataba.
-Tienes miedo de perderla no es así? Como dije Draco... tienes mucho en tu interior, ella te hace más fuerte... pero a la vez eso te perjudica.- dijo Dumbledore.

-Qué?- preguntó este.- No, no intente manipularme! Se lo que pretende hacer y no! Ella y yo estamos bien ahora mismo.- dijo seguro de él.

-Y cuando se entere de que su novio ha matado al director? Déjame facilitártelo...- dijo mientras llevaba su mano a su varita.
-Expelliarmus!- gritó el platinado antes, desarmando al anciano.

Draco había tenido mucho valor de atacar a Dumbledore, ya no había vuelta atrás, menos cuando se escucharon voces, ruidos de abajo.
-Veo que no estás solo...hay otros? Como?- preguntó este con curiosidad.

-El armario evanescente en la sala de los menesteres...- dijo el platinado.
-Y ahí es donde entra ella, cierto?- preguntó entendiendo todo Dumbledore.

-Lo hemos reparado.- dijo Draco asintiendo.
-Supongo que tiene un gemelo...que forman un pasaje.- le mencionó el director.- Que ingeniosos, la verdad es que siempre supe su conexión Draco, ella realmente te importa.

Lo que el chico no sabía, era que Harry escuchaba todo escondido. Escuchaba cada palabra que estaban diciendo.
-Draco, hace años, conocí a un joven que tomó decisiones equivocadas... permíteme ayudarte.- le dijo finalmente el anciano.

-No quiero su ayuda! Es que no lo entiende!?- le gritó el platinado.- Debo hacer esto! Debo matarlo... o sino... me matara a mi.- dijo apuntándolo.

No hubo tiempo de más palabras. De repente, Bellatrix Lestrange junto con otros mortifafos seguidos de Aria aparecieron a tiempo.

Draco miró a la chica quien miraba al director.
-Vaya, vaya, que tenemos aquí...- dijo Bellatrix acercándose al chico.

Aria supo entonces la misión que se le había encomendado al platinado y sintió lástima de no poder ayudarlo.
-Bien hecho Draco... ahora... mátalo.- le susurró en la oreja.