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El día después de todo transcurrió tranquilo para los chicos quiénes cenaban en el gran comedor.

Aria y Sandy decidieron ir con sus compañeras por petición de la directora sin embargo ellas no dijeron nada al respecto.

-Y esa cara?- le preguntó su amiga al verla tan... apática.

-Le envié una carta a mi madre, para ver como iba todo sin embargo ella aún no ha respondido.- dijo ella bufando.- Y el día del baile recibí esto.- dijo enseñándole una carta.

-Eso es bueno no? Que dice?- preguntó la chica intrigada pero Aria se encogió de hombros.- No la has abierto?- le preguntó a lo que ella negó.

-No he tenido mucho tiempo que digamos.- dijo ella mientras abría la carta con algo de pesadez.

-Draco, come algo quieres? Aria no es un plato de comida por cierto.- le dijo Blaise a lo que el platinado quien apoyaba su cabeza en su mano mientras admiraba a la chica se apartó de inmediato.

-No es gracioso, y no me la estoy comiendo con la mirada.- dijo mientras tomaba algo para servirse comida.

-Por cierto, que le pasa?- preguntó Theo.- No parece muy contenta por estar cenando...- dijo algo desinteresado a lo que Draco la volvió a mirar.

Ella leía una carta, una carta negra así que intuyó que era de su madre... siempre tan tétrica como siempre.

-No parece muy cómoda.- comentó Pansy mirando a Draco quién no decía nada.

De repente, la chica se levantó de golpe y se fue del gran comedor algo preocupada.
-Y allí va...- dijo Blaise al ver a Draco seguirla a través de las grandes puertas.

Aria caminaba sin rumbo y realmente no quería ir a ningún sitio, solo necesitaba tomar aire para aclarar sus ideas con la carta que acaba de recibir.

Subía y subía escaleras y a lo único que llegó fue a la misma torre de astronomía donde pasaba el aire fresco que ella necesitaba en ese momento.

-Desde cuando estás tan en forma?- le preguntó la voz exhausta de Draco mirándola.

-Desde que me hiciste correr por que nos perseguía un quintaped.- respondió ella riendo como podía.- Que haces aquí?

-Seguirte... por que?- preguntó yendo a su lado.- Ha pasado algo?- siguió diciendo al ver como ella apartaba la carta negra de golpe.

-No, bueno... si, pero da igual.- dijo ella restándole importancia. Miró el cielo y se sentó cerca de la ventana para poder observarlo mejor.

-No, no estás bien, dime, sabes que puedes confiar en mi, recuerdas?- le preguntó el platinado imitándola.- Que te ha dicho tu madre?

-Como sabes...- empezó a decir la chica pero recordó que siempre que era importante le enviaban una carta negra.- En serio, da igual.- dijo evitando el tema.

Draco bufó sin embargo no se iba a rendir. Miró la carta de reojo y en un movimiento rápido pasó su brazo por delante de ella para tomar la carta.

Sin embargo ella apartó la nota a tiempo y miró al platinado quién ahora estaba a menos de treinta centímetros de su cara.
-Muy listo, pero no más astuto que yo.- dijo con una sonrisa orgullosa.

Esa sonrisa... esa sonrisa a la que nunca había prestado atención.
-Por que no me quieres decir lo que te pasa?- le preguntó manteniendo esa misma distancia con intención de intimidarla y ponerla nerviosa.

-Por que no es nada importante, en serio...- dijo mirando a otro lado, dejando claro que estaba mintiendo.

-Mientes.- le susurró Draco a lo que ella negó algo nerviosa.- Mientes por que siempre miras a la izquierda además de que tu nariz se torna roja.- le dijo a lo que ella se sonrojó.

-Qué?- preguntó ella algo extrañada.

-Te conozco mejor de lo que crees...- dijo ahora con una sonrisa.- Y el hecho de que no quieras explicarme que te ocurre hace que sea más importante para mi.- dijo alejándose de golpe.

Aria no tenía palabras, realmente no las tenía pero cuando vio como Draco intentaba leerle la mente parpadeó unas veces para volver en si.

-No te servirá lo de la legeremancia conmigo, recuerdas que fui yo quién te enseñó la oclumancia, huroncito?- le dijo con la ceja levantada a lo que Draco solo pudo reír.

-Y te lo agradezco, pero en serio? Huroncito?- preguntó con una sonrisa.- He visto mejores...

La chica lo miró con ternura y se dio cuenta de que no podría ocultarle algo tan serio a él. Debía decirle la verdad.
-Draco.- dijo para llamar completamente su atención.- Mi madre me ha escrito.- dijo mirándolo.

-Si, eso ya lo sabía...- dijo este aún calmado.- Aria, que pasa?- preguntó esperando una respuesta de parte de ella.

-Ya tienen fecha.- dijo de repente.- Ya han encontrado un chico.- dijo manteniendo su contacto visual.- Me casaré en cuanto termine los estudios.

Draco apartó de inmediato la mirada. Sabían que llegaría el día en que eso pasaría y no lo podrían evitar. Estaban preparados para eso pero por que dolía tanto?

Después recordó que ella había tenido el valor de contárselo y decidió darle el apoyo que necesitaba en ese momento.

-Entonces...tendremos que disfrutar al máximo lo que pasemos de tiempo juntos.- dijo con una débil sonrisa.- Nada de eso impedirá que dejemos de ser... em... amigos, verdad?

Ella se acercó al chico y lo abrazó dejando todas las emociones en él. No quería por nada del mundo que se separaran por situaciones del futuro. No quería alejarse de él.

-Estaremos bien, si?- le dijo el platinado acariciándole el pelo con cuidado.
-Te quiero.- dijo ella de repente.- Nunca lo olvides.

-Nunca.- respondió Draco más hundido en sus pensamientos. Todo lo que estaba empezando a... surgir entre ellos, tenía que acabar y aunque doliera mucho...

Solo eran amigos.

two ways (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora