#50: Final

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- ¿Es preciosa, cierto? -pregunto sin dejar de mirarla.

-Es perfecta. -contesta tomando su pequeña mano.

Hace algunas horas di a luz. Nos encontrábamos en la casa sentados viendo una película aprovechando nuestro día solos, cuando comencé a tener fuertes contracciones. Al principio pensamos que era normal teniendo en cuenta lo cerca que estaba la fecha de parto, pero cuando se hicieron más fuertes y seguidas salimos de la casa. Por el camino Enzo llamó a sus padres para dejarles saber que tendrían que quedarse con Reese hasta nuevo aviso porque estábamos de camino al hospital. Tan pronto llegamos me hicieron pasar a la sala de partos mientras llamaban a mi doctora. No tardaron mucho en confirmar que nuestra hija estaría naciendo pronto.

El parto fue igual que todo lo que ya había oído. Hubo dolor, algunos gritos y lágrimas, pero también hubo alivio cuando escuche su llanto. Fue un poco difícil tener que seguir pujando cuando ya no sentía las mismas energías que cuando empecé. Definitivamente fue un alivio saber que Enzo estaba a mi lado y que no me iba a dejar. Después de varias horas con dolores y con incomodidad; nació. Tan pronto nació nuestra hija le pedí que estuviera pendiente de ella y de la guardería en la que la pondrían. Debo admitir que mi mayor miedo era que tan pronto viniera al mundo no llorara. Sabía que de todas las pruebas que me habían estado haciendo a lo largo del embarazo indican que era saludable y seguro a pesar de ser un milagro e inesperado. De todos modos, eso no evitó que tuviera esos pensamientos mientras más se acercaba el día. Fue un alivio inmenso escuchar su llanto y que pocos minutos después una enfermera me la colocara en el pecho.

Ambas habíamos salido sin ningún tipo de peligro y nos encontrábamos en un cuarto privado esperando a ser dadas de alta para poder irnos a nuestra casa. Es increíble lo surrealista que todo esto llegaba a parecer pocas horas después. Nos había enamorado tan pronto la tuvimos cerca, el hecho de que fuera nuestra hija después de todo lo que habíamos pasado aún parecía surrealista. Ambos estábamos más que emocionados de tenerla aquí con nosotros y ansiosos porque todos la conocieran. Especialmente Reese, sé que va a ser el mejor hermano mayor del mundo. No podía dejar de mirarla, desde que habíamos adoptado a Reese y estaba con nosotros en la casa me sentí mamá, así que esta sensación no es sobre eso. Es sobre cómo a pesar de todo lo que nos habían dicho nunca nos dimos por vencidos y ahora tenemos un nuevo miembro en la familia que fue muy querida desde que supimos de su existencia. Ahora seremos una familia de cuatro, desde el principio del embarazo Enzo y yo nos sentamos a tener una conversación sobre el futuro. Mayormente sobre este bebé siendo nuestro último y así habíamos acordado. En ese momento no sabíamos si lo íbamos a perder como el resto, pero estábamos de acuerdo que no queríamos volver a pasar por otro aborto. Cuando más adelante el embarazo fue declarado uno seguro nuevamente le mencioné que me operaria tan pronto fuera posible.

Amamos a los niños y siempre quisimos ser padres, pero después de todo lo que habíamos pasado a veces es mejor no tentar a la suerte. Así que con nuestra pequeña completamos nuestra familia y no podíamos estar más felices.

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-Es el momento más tierno que he visto. -dice Ava volviendo a ver el video que Enzo tomó de Reese viendo por primera vez a su hermana.

-Si que lo fue. -acepto.

-Desde entonces quiere estar a su alrededor todo el tiempo. -cuenta Enzo sentándose a mi lado en el sofá.

Ya nos encontramos en nuestra casa y han pasado varias semanas desde que Thea nació, ese fue el nombre que escogimos. Cuando Reese nos vio llegar con un pequeño bulto entre mis brazos comenzó a saltar de la emoción para verla, luego de indicarle lo delicado y suave que tenía que ser me senté en el sofá permitiéndole verla. Él simplemente toco su cabeza y le acerco su dedo para que tomara, cuando lo hizo beso su frente y sonrió anunciando que ella era su hermana. Desde ese momento no ha querido apartarse de ella, ha llegado al punto de querer dormir en su cuarto por lo que tuvimos que mover su cuna al nuestro para poder estar pendientes de ambos.

Nuestra familia y amigos han venido a vernos, pero nos han dado espacio para acostumbrarnos a esta nueva rutina y para que descansemos. Solo nos visitan algunos minutos o pocas horas y en esos momentos son de ayuda con lo que necesitemos. Enzo ha tenido que ir unas pocas veces al restaurante muy a su pesar, Fin está encargado, pero ha habido algunas cosas de las cuales él no puede encargarse. Yo tendré varios meses libre de tener que ir al estudio, los papeles que tenga que firmar o verificar me los enviaran por correo y ya. Me siento muy feliz y agradecida por la vida que tengo. No siempre fue así, pero por eso hay un dicho que dice que ¨todo pasa por algo¨. No he vuelto a saber de mis padres, pero no los necesito teniendo a todas estas maravillosas personas a mi alrededor. Ellos son los que se pierden de sus nietos y de todos mis logros, además para que los quiero cerca si nunca sabrán valorarme.

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-Te amo. -le digo besándolo.

-Te amo con locura. - Enzo me responde haciéndome sonreír.

Es tarde en la noche, Reese y Thea ambos se han quedado dormidos recientemente y nosotros estamos cansados. Definitivamente lo más complicado de tener un recién nacido es lo mucho que se despierta durante las noches y su falta de conocimiento del tiempo en general. Enzo me ha ayudado en todo desde el día uno y sé que será así el resto de nuestras vidas. Ahora solo nos queda contribuir en las vidas de nuestros hijos para que sean las mejores personas del mundo. Reese y Thea Nichols serán un gran dúo.

Gusto Perfecto (AV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora