#7: Me quiero enamorar de verdad

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Después de estar un rato pescando con papá en el lago nos fuimos para la casa. Se había quedado en mi mente la conversación que tuvimos sobre lo preocupada que mamá se encontraba por mi vida. Entiendo su punto, pero sé que estoy haciendo lo correcto, para mí, para mis futuros hijos, para mi pareja y para ellos. No quiero ayudar a traer un niño a la tierra si no quiero a su madre. Me gustaría que mi hijo tenga lo que yo tuve y hasta el día de hoy tengo. Dos padres que se aman además de apoyarse y demostrar su amor sin importar la edad ni quien este a su alrededor. Pienso que no estoy pidiendo algo que sea imposible, no estoy diciendo que si en alguna ocasión dejo embarazada alguna chica por alguna aventura o por una relación con poco tiempo voy a dejarla en la calle. La voy a apoyar, pero no sería la misma interacción o la misma muestra de amor entre nosotros los adultos. De igual manera siempre eh estado abierto a la posibilidad de adopción y todos esos otros medios que nos harían felices.

Durante ese día no hicimos mucho además de yo cocinarles a mis padres y ayudarlos con cualquier arreglo o cosa necesaria en la casa que mi papá no había podido hacer. Tan pronto terminamos de cenar, mi mamá lavo todo los platos y cubiertos sucios para irse a dormir. Mi papá rápido se despidió y la siguió escaleras arriba. Mañana temprano me iba a ir, se supone que me fuera en la tarde, pero nuevamente me engañaron e hicieron imposible irme. Aún tenía tiempo de irme y no llegaba tan oscuro a mi casa, pero sé que cuando conduzco de noche de regreso mamá se pone ansiosa y se preocupa lo que ocasiona que ambos lo hagan.

Decidí hacer lo mismo que ellos y me fui a mi antigua habitación. Era donde normalmente me quedaba cuando venía de visita. Mi mamá no había quitado nada de como yo la había decorado cuando era un adolescente. Solamente cambiaba las sabanas de la cama para lavarlas y colocara unas nuevas en caso de que decidiera ir de sorpresa o ellos me lograran convencer de ir. Esto tampoco era una tare difícil que digamos, me gustaba compartir con ellos y no quería que se sintieran solos a pesar de que se tenían el uno al otro. Cuando salí de la ducho luego de bañarme me acosté en la cama.

Mi mente rápidamente fue a ese momento en mi juventud donde creí haberme enamorado locamente por una chica que en ese momento ni volteaba a ver. No puedo decir que a mis veinticinco años no me había enamorada además de esa vez, pero nunca nada ni nadie me hizo sentir como me sentía cuando la veía. Victoria era una chica alucinante, ella no era solo físico su mente era una cosa que admiraba. Ella se destacaba por su forma de ser con el resto, ella no buscaba nada a cambio cuando alguien necesitaba de su ayuda, ella solo actuaba. Puedo recordar el primer día que la vi entrar por esos pasillos como si fuera pasado en la ultima hora. Estábamos de regreso de las vacaciones de verano y como costumbre todo el mundo se reunía para presumir o simplemente contar que habían hecho sin importar que hubieras salido en todas las redes sociales.

Yo estaba con mi grupo de amigos y sus novias, en ese momento no estaba con alguien lo cual era un poco raro en mí. Estábamos hablando como uno de ellos se había secuestrado a su novia por un fin de semana y habían ido a una playa donde todos sabíamos que era bastante desierta. Las puertas verdes de la entrada principal que conectaba con el pasillo principal donde estaban los casilleros y todos esperábamos para la charla que daba anualmente la directora cuando ella entro con un precioso vestido color amarillo llamando la atención por el contraste que hacia con su tono de piel y el color de su cabello.

Muchos de los chicos comenzaron a gritarle piropos lo cual ella ignoraba todos se estaban fijando en su cuerpo que estaba marcado por el vestido, mientras yo me fijaba en lo incomoda que se veía y lo fuera de lugar que se sentía. Sus ojos de un momento se encontraron con los míos y sentí como mi cuerpo era sacudido por una extraña sensación de familiaridad y de atracción como si estuviéramos en la clase de ciencia hablando sobre imanes y lo difícil que son de juntar si son los dos positivos o negativos. No pude apartar la mirada a pesar de que ella ya lo había hecho para entrar a la oficina de la directora que se encontraba detrás de mí. Sin razón alguna me acerque casi corriendo para abrir la puerta y dejarla entrar. Su mirada volvió a mi para agradecerme y tan pronto pronuncio las palabras me tuvo por completo. Su tono de voz había sido tan tranquilizador y tan suave que me había echo imaginar como seria que pronunciara unas palabras que nunca me intereso que alguna mujer además de mi madre me dijera.

Durante ese día la estuve observando cómo un total psicópata y más aún cuando supe que iba a tener la mayoría de mis cursos con ella. No sabia como acercarme y cada vez que pensaba como algo o alguien me recordaba mi reputación y me hacia replantearme mi idea. En todo ese día nunca me acerque y solo observe de lejos. Ninguna persona se dio cuenta de mi nueva distracción ya que todos estaban envueltos en sus historias. A la hora de salida como de costumbre nos reunimos en las escaleras al frente de las puertas de la escuela. Solo recuerdo que en ese momento no estaba prestando atención de nada y solo asentía si escuchaba mi nombre o sentía todas las miradas puestas en mí. Ella salió llamando mi atención como todo el día había echo sin intención y conciencia alguna. De un momento a otro una voz femenina grito.

-Victoria! –

Cuando voltee para mirar la chica que había gritado, Victoria se giro y Victoria era esa chica del vestido amarillo. Esa chica que había estado en mis pensamientos todo el día, algo que nunca me había pasado.

-Yo quiero esa Victoria. - pensé.

No me acuerdo haberme quedado dormido solo se que mi mamá había entrado a la habitación informándome que recién se levantaba y me iba a preparar el desayuno antes de que me fuera para mi apartamento nuevamente.

Gusto Perfecto (AV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora