#25: Regreso

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    Enzo no estaba en la casa, después de anoche quería hablar con él.  La única que estaba era Ava, no sabía cómo mirarla a la cara después de anoche.  Desgraciadamente tenía que hacerlo, por lo que baje las escaleras.  Estaba preparando el desayuno.

-Buenos días, siéntate ya está casi listo.-dijo mirando sobre su hombro.

-Buenos días, solo voy a beber un poco de café.-pedi.

-¿Segura? ¿Está todo bien? -pregunto girandose completamente.

-Si, solo no tengo apetito.-dije.

-Bueno, te puedes preparar algo más tarde.-dijo no muy segura.

    Desde que me estoy quedando aquí nunca niego una comida preparada por ella.  No dormí nada la noche anterior pensando. Tal vez deba darle una oportunidad.  Hablo un poco con Ava hasta que es hora de que salga con unas amigas.  Me quedo sola en la casa y decido relajarme en la tina.  Coloco un poco de música lenta para relajarme al máximo. 

    Me levanto por el ruido de una puerta.  Salgo de la tina y me coloco la ropa que traje para arreglarme, después de secarme.  Me encuentro a Enzo en el pasillo y se hace un incómodo silencio. 

-Enzo, sobre ...-comienzo.

-No importa, no te voy a volver a molestar.-dijo y bajo las escaleras.

-Necesitamos hablar.-pido.

-Ya no es necesario.-dice mientras sigue caminando.

-Pero me equivoqué.-digo agarrando su mano cuando lo logró alcanzar.

    Estamos frente a la puerta principal, nuestras manos tocandose recordándome la noche anterior.  No sé, porque me estoy negando a esto.  Si con una sola mirada suya me pongo nerviosa, no eh querido aceptar que tengo sentimientos por él. 

-El único que se equivocó aquí fui yo.-dijo soltándose de mi agarre y saliendo.

    Sus palabras me paralizan en la sala y escucho como su auto se aleja. 

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    Eso fue lo único que supe de él antes de enterarme por Ava que se había mudado para abrir otro restaurante.  Había dejado a Finn a cargo.  Ya habían pasado más de dos años, mi estudio había mejorado y habíamos participado en varios concursos.  Teníamos nuevos integrantes y todo estaba de maravilla.  Aún seguía viendo a Ava de vez en cuando y a mis amigos también.  En este momento estoy con Zander en una cafetería que me va a acompañar a comprar algunas cosas para el estudio. 

    Cómo nos ha ido tan bien eh solicitado para ampliar y comprar el segundo piso para así dar más clases después que contraté a más profesores.  Así que eh estado mirando y voy a cambiar algunas cosas primero.  Zander no es un handy man total, pero se defiende bastante y sabe lo necesario para poder ayudarme. 

    Solo necesito que me confirmen, pero según el dueño del edificio no hay más nadie interesado desde que cerró el negocio anterior, por lo que es casi seguro.  De todos modos si no me autorizan voy a remodelar un poco el estudio. 

-Este color, es perfecto.-dije mientras le enseñaba una muestra del mismo.

-Si, me gusta para las paredes.-dijo.

-Vicky, ¿cómo estás? -cuestiono Stephan de pie en nuestra mesa.

-Hey, bien y ¿Tú? -cuestione abrazándolo.

    Nos habíamos hecho bastante cercanos desde que Enzo se fue.  Stephan visitaba mucho a Ava y nos encontrábamos allá.  No sé si sabe que lo que pasó, ya que nunca a mencionado el tema.  Aunque de igual manera puede ser para no incomodarme, pero lo sabe. 

-Cansado, pero esa es la vida de un doctor.-menciona encogiéndose de hombros.

    Hablamos un poco más y después fija su vista en las muestra en la mesa.  Mueve su mirada de Zander a mí por varios segundos antes de volver a hablar. 

-¿La parejita buscando colores para su nido de amor? -dijo Stephan.

    Antes de que pueda responder su insinuación, a su lado se sitúa Enzo.  Puedo ver como sus rostro cambió en reconocimiento y luego su mirada pasa a Zander.  Se queda mirándolo fijamente y luego vuelve a mi.

-Victoria.-murmura en forma de saludo.

-Enzo, ¿Qué tal? -digo tratando de aligerar el ambiente.

    Al pronunciar su nombre Zander me mira y por su rostro sabe quién es.  Le había contado a mis amigos todo lo que había pasado, Zander odiaba a Enzo por hacerme sufrir.  A pesar de que todo había sido mi culpa, no quería entenderlo.  Para el Enzo era el malo de la película y punto.  Después que me enteré que se había ido, todas mis inseguridades volvieron.  A pesar de que sabía que era mi culpa de que algo entre nosotros no pasará, me hizo recordar el rechazó.  Cuando supe que se había ido, pensé que no era suficientemente buena para él y muchos pensamientos iguales a ese. 

    Con la ayuda de mis amigos pude entender.  Entendí que era suficiente para él o para cualquier persona.  Era hermosa, era fuerte y una mujer independiente.  No necesitaba la aprobación de nadie, ni un hombre para sentirme bien.  Es cierto que me gustaría tener una familia en algún momento, pero con o sin un hombre podía alcanzar lo que me propusiera y era alguien.

-Bien.-dijo.

    Me miro y luego a Zander.  Para después mirar la mesa. ¿Por qué todos miraban la mesa?

-Chicos, él es Zander mi mejor amigo.-lo presente.

-¿No es tu novio? -pregunto Stephan.

-No, como dijo soy su amigo.  Estoy ayudando con su estudio.-informo Zander.

-Oh, ¿es para la ampliación? -pregunto Stephan.

-Bueno, primero quiero arreglar algunas cosas.  Por ahora se va a dar.-conte.

-Qué bueno, te lo mereces.  Voy a tener que darme una vuelta.  Antes que seas muy famosa y no me vuelvas a hablar.-dijo riendo.

-No seas ridiculo.-dije empujándolo.

-Stephan.-dijo Enzo.

-Bueno, nos tenemos que ir, pero estamos en contacto.-mencionó abrazándome.

-Te escribo para la hora del sábado.-mencione.

-Perfecto, un gusto Zander.-dijo.

-Adiós.-dije y se fueron.

    Enzo básicamente no hablo para nada.  Solo estuvo ahí de pie con la mirada perdida, no me volvió a mirar desde el saludo. 

-Es un imbécil.-dijo Zander tan pronto salieron de la cafetería.

-La última vez que nos vimos no fue la mejor.-dije encogiendome de hombros.

-¿Y? Se trata de ser un caballero y no ignorar que estabas.  Stephan sería mejor.-dijo.

-No, sabes cómo me sigo sintiendo.  Me dolió, pero tengo fuertes sentimientos por él.  Dudo que vayan a cambiar pronto.  Ahora regreso.-acepte.

-¿Estarías con él? -cuestiono.

    Me quedé callada y lo pensé.  Él no era una mala persona, era buena con su familia y sus amistades.  Era una persona responsable y respetuosa.  Simplemente tuvimos un desacuerdo, que sufrí por el si pero, a pesar de eso sentía lo mismo.

-No me contestes.  Tu cara de enamorada lo dice todo.  Solo quiero que sepas que si vuelves a sufrir lo mató.-dijo seriamente.

Gusto Perfecto (AV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora