The tyrant with the brown eyes [HopeGa]

Jodido

El hombre abrió sus ojos y con total sorpresa volteó su cara. Miré a Taehyung y este sólo miraba al sujeto que nos había visto.

El mayordomo salió corriendo y yo lo imité, tengo el corazón en la boca, no puedo respirar, quiero llorar ante el susto y el miedo que me da de que el mayordomo vaya y se lo cuente a Hoseok enseguida.

- Espere, por favor, no es lo que piensa. - corrí hasta él y me metí en su camino evitando que pasara. Este me miró a los ojos y negó.

- Lo que yo piense no importa joven. - lo miré con detenimiento.

- Claro que sí, no se lo diga a Hoseok, no quiero que se arruine lo que tenemos. - hablé asustado, este me miró con desdén.

- No creo que sea yo el que se lo deba de decir, eso no me incumbe. - habló con dureza, pero también con educación.

- Escúcheme, no es lo que piensa, quiero explicarle lo que pasa. - lo tomé de los hombros y luego lo removí.

- Eso no me interesa con todo el respeto del mundo. - intentó quitar mis manos de sus hombros, pero volví y los puse donde anteriormente estaban.

- Es que me importa lo que usted piensa de mí. Además, necesito un consejo -junté mis cejas expresando el pesar que siento sobre mis hombros, esto no es bueno para mí.

Este me miró y suspiró pensativo, se rascó la frente y asintió no muy convencido

- Vamos. - murmuró de mala gana y agarró mis brazos y los puso en su lugar, para luego voltearse y caminar hasta la cocina. Miré hacia atrás en busca de que no había nada ni nadie que nos siguiera.

La cocina era un espacio acogedor y caliente. Los sazones se olían a una distancia impresionante y el olor a pollo me hacía agua la boca.

- Siéntate y cuéntame que te pasa, aunque ya creo saberlo. - alzó sus hombros y lo miré por unos segundos.

Suspiro y miro la meseta de granito que tengo en frente.

- Resulta que antes de venir aquí, tenía un novio llamado Taehyung, con el cual nunca terminé. Pero bueno, ahora amo a Hoseok y me eh dado cuenta que es mi destino. – una pequeña sonrisa surcó mis labios, pero esta desapareció cuando volví a recordar el tema. – aquel Alfa volvió por mí. Pero no quiero que Hoseok se entere, usted que lo conoce más, se pondrá furioso si sabe esto, ¿verdad? - pregunté mirándolo a los ojos buscando algo de tranquilidad en ellos, pero solo me miró con esos ojos color chocolate llenos de consternación que me daban a entender que él podía pensar lo mismo que yo, o tal vez peor.

- Conociendo el temperamento de Hoseok, está jodido joven y disculpe la palabra. - se excusó. - será mejor que lo eche de aquí lo antes posible antes de que Hoseok se dé cuenta, o si no se ha dado cuenta ya. - abrí los ojos y de mis labios salió un suspiro frío. – sabe lo que es capaz de hacer un Alfa cuando descubre que otro Alfa esta rondando a su Omega.

- Eso no puede ser - murmuré ante la mención de que posiblemente Hoseok ya supiera de esto. - además, le he pedido un millón de veces que se vaya, pero dice que aún me ama y que luchará por mí. - hablé consternado sin una salida.

- Hay algo más por lo que ese joven Alfa aún no se va ¿cierto? – mi vista viajó hacia mis manos y asentí lentamente.

- Cuando fue el aniversario de mis padres fuimos a la isla Jeju con los ahorros que tenía junto con los de él. - comencé mi relato. - en una noche ahí él preparó una pequeña cena y compró un poco de soju para acompañar y bajo las estrellas en aquella playa en la que estábamos prometimos casarnos una vez yo terminara mis estudios y él ya tuviera un trabajo estable. – mi voz se volvió más pequeña a medida que pasaba el tiempo. – su lado lobo me reconoció como su Omega y yo... en ese tiempo igual le acepté, pero ahora con Hoseok no siento lo mismo hacia él, ya no le amo.