The tyrant with the brown eyes [HopeGa]

Besos

Las manos de Hoseok acariciaban mi curvilínea espalda mientras nuestras bocas se unían en un beso profundo que solamente cuando el aire nos hacía falta nos separábamos por corto tiempo para volver a besarnos como si no hubiera un mañana. Sus manos se deslizaron con delicadeza hasta mi trasero donde dio un apretón que hizo que jadeara bajo separándonos dándole fin al beso para mirarnos a los ojos con la respiración aún entrecortada y con las pupilas dilatadas, sus manos dejaron mi trasero y las puso en mi rostro, una en mi mejilla izquierda acunándola con ternura mientras la otra quitaba un mechón de cabello sobre mi rostro y lo pasaba por detrás de mi oreja.

- Te amo demasiado Yoongi. - sonreí.

- Yo igual.

Ambos compartimos una dulce sonrisa donde no necesitábamos decir lo que queríamos para saber que haríamos a continuación.

Durante tal vez dos semanas no habíamos ido más allá de unos besos y tal vez no era porque no queríamos si no porque nos encontrábamos ocupados haciendo otras cosas, pero por ahora aquí estábamos de nuevo, con un llamativo silencio, con brillantes miradas conectadas, dedicándonos inocentes caricias en el cabello, por una vez más en mi vida decidí ser el que tomara la iniciativa comenzando a dejar lentos pero cortos besos sobre los lindos labios en forma de corazón que portaba Hoseok.

Me apegó a su cuerpo mientras con cuidado de no lastimarme me recostaba en la cómoda cama y pasaba la computadora a la pequeña mesa que se encontraba a un lado de esta, sus manos tomaron prisionera a mi cintura y sus labios a mi cuello haciéndome gemir y retorcerme del placer que solamente unos simples roces y besos suyos lograban hacer.

- Hoseok... - murmuré dejando escapar mis feromonas.

Dio una profunda respiración, conteniendo un gruñido en su garganta al recibir de esa manera mis feromonas así que él también comenzó a liberar las suyas logrando sacarme un ronroneo al poder percibir sus feromonas.

Hace apenas unos minutos habíamos terminado la llamada con mis padres donde por último mi padre amenazaba a Hoseok importándole poco que él fuera el presidente, él le había dicho que le quebraría las costillas y le cortaría las bolas si algo malo me llegaba a suceder o si me llegaba a lastimar el corazón aunque claramente Hoseok se intimidó solo un poco cuando mi madre le dijo lo mismo pero con palabras dulces "Si llegas a hacerle algún mal a mi pequeño bebé, realmente me llegarás a conocer cariño" Hoseok solamente soltó una risita rascándose la nuca mientras le decía que trabajaría demasiado para verme siempre feliz y jamás triste, pero su aroma se volvió un poco cítrico, claramente le había dado miedo y eso era una prueba más a que cualquiera le tenía miedo a mi madre.

Una vez se terminó todo apagué la computadora y abracé al hombre a mi lado mientras lágrimas bajaban de mis negros ojos y le reclamaba su lejanía por tantos días sumando el hecho de haberme dejado con antojo de fresas aquel día y aunque Jimin Hyung lo había aliviado no había sido cumplido por el padre de mi cachorro lo que hería demasiado a mi lobo. Sus disculpas parecían no hacerme callar así que comenzó besando mis mejillas, párpados, nariz y frente a pesar de que yo seguía negando y barboteando como niño pequeño hasta que por último besó mis labios. Había extrañado tanto sentir sus labios sobre los míos, nuestro beso era uno tranquilo, disfrutando de nuestros labios y el acto hasta que su lengua se adentró a mi cavidad bucal y todo se descontroló.

No había otro sonido que se escuchara más que los chasquidos de nuestros besos y profundas respiraciones. Su lengua se paseaba por la longitud de mi cuello, en unos pocos segundos el pijama que tenía puesta de él fue arrancada; la playera fue rota de lado a lado haciendo que como resultado los botones de color marrón saltaran por todo el suelo haciendo ruido bajo asimismo el pantalón junto con mi bóxer fueron halados y sacados por mis tobillos para que fuera lanzado hacia cualquier lado de la habitación en tanto yo solamente me dispuse a soltar exclamaciones de sorpresa viendo como él se volvía a posicionar sobre mí.