Dos Omegas distintos

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Restregué mi ojo derecho mientras bostezaba, estiré mi cuerpo y escuché el crujir de mis huesos. Mi nariz percibió un aroma fresco de chocolate amargo y menta, el aroma estaba en cada rincón del avión y arrugué mi nariz al saber que no era el aroma de Hoseok, pero de alguna forma me hacía sentir protegido.

Mi vista se enfocó en alguien grande y musculoso dormido frente a mí, en el asiento del avión y supe rápidamente que estaba sumamente dormido. Jungkook tenía una mano fuera del asiento junto con la cabeza, casi cayéndose, lo que me hizo reír y esto al parecer lo despertó, pues empezó a removerse y a desperezarse, bostezando y restregando sus dedos en sus ojos.

Este me miró y luego sonrió con ganas.

- Buenas tardes, Yoonie. - sonrió, pero mi sonrisa se esfumó al escuchar el apodo. - descuida, lo he escuchado decir de Hoseok. - yo solo sonreí sin mostrar los dientes. – ya no te diré así si no quieres, digo, no es como que tengamos una relación de amistad muy buena como para que yo inicie llamándote por un apodo. Tal vez te hice sentir incómodo. – llevó una mano a su boca y se inclinó a mí. – lo lamento.

- Está bien si me llamas así. – musité intentando sonreír. – me tomó desprevenido. - miró por la ventanilla y suspiró lentamente.

- ¿Estás seguro? – asentí ante su pregunta y sonrió.

- ¿Hacia dónde estamos yendo? – dije acercando mi rostro a una de las pequeñas ventanas que tenía el avión observando en momentos grandes praderas y en otras pequeñas ciudades.

- Alemania. – respondió mientras se acomodaba en su asiento.

- Miré en internet que es muy lindo. – asintió.

- Realmente lo es, su estilo de arquitectura es demasiado... como decirlo... su estilo de arquitectura muestra los principales estilos europeos. – sus ojos se encontraron con los míos y suspiré.

- Lamento que hayas tenido que venir conmigo. – negó mientras hacía un ademán con su mano.

- Hoseok me pidió el favor y no podría negarlo, no cuando me dijo que estás en espera. - lo miré y alcé mis hombros en modo de no saber que decir mientras tenía una sonrisa en mi rostro. - pero me alegra mucho, por fin seré tío.

- Realmente nos sorprendimos demasiado con la noticia de mi estado, más yo. – dije recordando como había reaccionado ante la noticia.

- Me alegra que seas tú de quien se enamoró, porque sé que eres un buen Omega. Eres simplemente el complemento de ese Alfa idiota.

Mis mejillas las comencé a sentir calientes por sus comentarios y negué mientras mi sonrisa crecía.

- Jamás creí que esto podría pasar.

- Creo que nadie lo pudo imaginar. – se levantó de su asiento y caminó hacia el otro lado desapareciendo por unos cuantos minutos.

En lo que el Alfa volvía encendí el celular que me había dado Hoseok viendo como me llegaban muchos mensajes de él preguntándome como me encontraba y si no tenía ningún indicio de antojos o algo relacionado con el pequeño frijolito; como le había apodado al bebé que llevaba en mi vientre y sacándome una sonrisa al escuchar tremendo apodo. Le comencé a responder de como iba todo y que no tenía ningún antojo además de que había tomado una pequeña siesta.

- Volví. – escuché y asentí mientras tomaba una bolsita de gomitas que el Alfa me tendía y dejaba de lado mi celular. - Hoseok y Jimin me dijeron que las gomitas de mandarinas y manzanas se habían vuelto tus favoritas. – asentí mientras metía unas cuantas gomitas a la boca.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now