The tyrant with the brown eyes [HopeGa]

Orgullo de Omega

Me había dormido con una mala cara, y ni siquiera quise cenar. Me estaba preguntado qué rayos me estaba pasando, ¿Qué carajos pasaba por mi mente?, ¿acaso estoy loco? Claro que, me he planteado diversas razones en mi cabeza, pero no he aceptado ninguna aún, y menos la de mi parte lobo, porqué casi todas ellas tienen que ver con amor y eso no es bueno para mi salud mental.

Me restregué un ojo y luego el otro. Mi humor no era bueno, mi cara estaba pasmada en una mueca de desagrado y ni siquiera sabía por qué, o al menos me hacía el loco para no reconocer la razón. Aunque también estaba el hecho de que mi humor por las mañanas era horrible.

Me senté en la cama y ojeo la habitación, era colorida y vivaz, muy diferente de la antigua, que era de colores opacos y con un aspecto sombrío. Había un estante con lo que parecía ser una colección de vinilos y un montón de libros, lo que me llamó la atención seriamente.

Había una televisión plasma pegada a la pared tan grande que me imaginaba que estaba en el cine. Una ventana con unas cortinas transparentes yacía quieta por la falta de aire a su alrededor. Había un espejo de cuerpo completo y dos puertas de madera clara.

Creo que una para el baño y la otra un closet. La cama era grande y tenía dos mesitas de noches a cada lado con dos lámparas y en una de ellas, había una pastilla con un vaso de agua a su lado. La miré con mala gana y la tomé entre mis dedos para ponerla en mi lengua y tragarla junto al agua. Una vez llegara ese idiota le diría que ya no anudara en mi interior, odiaba fuertemente los efectos secundarios de los supresores.

Dejé mi mente volar y conté las veces que tuve sexo con Hoseok ayer. Fueron tres veces, Madre Luna, no tenemos descanso. Me ruborice al recordar esas imágenes donde lo acariciaba y besaba sin pudor alguno, sin restricciones y sin tabúes. Donde lo devoraba y lo hacía mío sin piedad.

Suspiré mientras sentía como el agua fría pasaba por mi tráquea hasta llegar a mi estomago mientras dejaba el vaso en la mesita de noche y me levantaba para ir al baño y darme una respectiva ducha.

Me despejé de la ropa rápidamente y entré bajo la regadera, restregando mi cuerpo y lavando mi cabello. Después de terminar con mi respectivo baño me pasaba el peine por mi pelo y saqué el acondicionador después de dejarlo varios minutos actuar en mi cuero cabelludo.

Sabía perfectamente que era un Omega varón, pero eso no evitaba que me cuidara mi bello cabello.

Con una toalla limpia me sequé el pelo al salir y luego con una toalla grande me rodeó las caderas hasta las rodillas y salí de forma lenta, cerrando la puerta detrás mío. 

Caminé hacia la otra puerta y la abrí lentamente. Todo estaba oscuro y no veía nada hacia dentro, así que me aventuré a buscar el interruptor en las paredes; lo encontré, lo presioné y el cuarto se alumbró en un dorado por las luces de alto consumo puestas en los zócalos.

Contuve la respiración al ver toda la ropa de todos los estilos habidos y por haber. Jeans de todos los colores y de diferentes estilos y camisas, sacos de diferentes formas y modelos. Había lencería en una parte y ropa interior en otra. La habitación no parecía tener fin, maquillaje por un lado y zapatos por el otro.

Mi rostro se ruborizó al ver la lencería especial para Omegas varones y no supe cuando Hoseok había mandado a comprar eso, aunque estoy seguro que él la escogió.

Había estantes desde el techo hasta el suelo lleno de zapatos, botas, tenis, pantuflas y demás.

-esto no es justo. - me miré al espejo que había en la mesa de maquillaje que era bastante larga, llena de cosméticos y brochas de diferentes tamaños y bálsamos de tonalidades muy lindas. Suspiré y miré todo de nuevo, no era interesado, pero era pobre. Nunca había visto tantas cosas juntas y de tantas marcas famosas.