Único

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El taxista cuando vio la semejante escena del beso y los abrazos se fue como si nada y no cobró el dinero que le correspondía.

-no puedo quedarme mucho tiempo Taehyung.- lo miré, éste agarraba mi mano impaciente sin entender.

Oh Madre Luna, apiádate de mi en estos momentos, quiero quedarme con Taehyung, pero sé que será imposible hasta intentarlo sin que lo maten, mi tristeza era mucha en ese momento, Dios, estaba luchando por no echarme a llorar.

-pero acabas de regresar, no es justo que te vayas ahora.- lo miré y junté mis cejas dolido.- Dios Yoongi, no sabes lo feliz que estoy de verte sano y salvo.- me acarició el cabello y yo me acerqué a él juntando nuestras frentes y acaricié su cabello haciendo un puño con ellos disfrutando la situación de tenerlo frente a mi una vez más. Lástima que no por mucho tiempo .

-es peligroso.- me senté en sus piernas.- todo lo que sospechaba del presidente era verdad.-dije rápidamente.- los secuestros, los asesinatos, todo.

-siempre confié en ti.- peinó mi pelo.- sé que veías las cosas de otra manera, una manera que no todos entendían.-sonrió, pero esa sonrisa era rota.

De dolor.

-el presidente me rapto.- me empecé a sentir muy mal por lo que le iba a decir- y me entregué a él.- mi pecho dolía, no podía mentirle, no sabía cuando lo volvería a ver y si no lo vuelvo a ver , por lo menos que sepa la verdad. La verdad que me moría en ese mismo instante y sabía exactamente porque era. Lo amaba con toda mi alma y no podía imaginarme un futuro sin él, pero, si lo tenía que hacer para que estaba a salvo lo haría, aunque esto logre romperme el corazón en mil pedazos.

Abrió sus ojos marrones como dos bombillos y una lágrima rodó por su mejilla, estaba seguro que su orgullo de Alfa estaba más que lastimado.

-¿Eh? .- su voz se secó.

-no tenía opción y si no lo hacía me iba a tomar como sea.- bajé mi rostro.- lo siento, ya no soy un Omega digno de ti.- las lágrimas eran interminables, mi lobo chillaba y rasgaba mi pecho, no podía dejar de pensar en cómo eso podía afectarle en su corazón así como un orgullo de Alfa, pero lo más saludable era decírselo. Nos habíamos acostumbrado a contarnos hasta el mínimo de cosas y no pensaba romper la tradición, y menos con tremendos hechos.

-no es tu culpa.- me abrazo fuerte contra su pecho y por primera vez en en estos días me sentí seguro y tranquilo, su aroma me tranquilizaba en demasía, aunque sea por dos segundos, amaba su aroma y ahora ya no podré volver a respirarlo, las ganas de llorar aumentaron considerablemente.

Me aleje de él y lo miré a la cara.

-tengo que ir a esconderme.- me levanté y él copió mi acción, después de varios segundos de procesar mis rápidas palabras.

-¿Dónde irás? - preguntó.- te encontrarán.- lo miré y luego miré el suelo pensativo, para luego agarrar mi cabeza.

Estaba estresado por todo esto, ni siquiera me detuve a pensar todo eso, pues todo había sido muy rápido y no había podido pensar en todos los detalles, pero estoy afuera y eso era lo más importante ahora.

-No sé que hacer.- trate de calmarme pero era casi imposible.

-Tendrás que salir del país.- subí la mirada hacia sus ojos marrones intensos y negué.

-No tengo nada.- alcé mis manos con desgano.

-Yo tengo mis ahorros de la universidad.- musitó, lo miré y negué inmediatamente. Me rehúso.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now