Correcto

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- ¡Quiero helado de pistache, Hoseok! – grité de nueva manera mientras jalaba a un Hoseok que apenas se estaba despertando debido a que eran más o menos las dos de la mañana.

Hoseok se restregó un ojo mientras soltaba un gran bostezo en tanto intentaba no cerrar los ojos por mucho tiempo para no quedarse dormido de nuevo. Inflé mis mejillas de descontento nuevamente y le aventé la almohada que tenía en el rostro para que despertara mejor.

- Quiero helado de pistache. – gruñí y volví a decir mientras él asentía, pero cuando creí que se levantaría se dio media vuelta mientras susurraba "en la nevera lo encontrarás cariño" dándome la espalda para volver a dormir, gruñí sintiendo como mis colmillos salían, tomé la almohada totalmente enojado y se la volví a aventar importándome poco si esto le llegase a doler. – Jung Hoseok. - amenacé viendo cómo se levantaba de la cama gruñendo por lo bajo y tomaba mi mano para que yo lo hiciera también para caminar fuera de la habitación. Rumbo a la cocina los pasillos estaban en ocasiones oscuros ya que unas lámparas estaban apagadas, pero a él no parecía importarle ya que conocía muy bien el lugar yo sin embargo todavía podía perderme con facilidad si era de noche.

Cuando llegamos a la cocina me sentó en uno de los taburetes que tenía la barra y buscó en el refrigerador mi repentino antojo en medio de la noche.

Un gran bote de helado de pistache con galletas de mantequilla y chocolates se posaron frente a mi campo de visión haciendo que sonriera.

- Gracias. – susurré mientras tomaba una gran cucharada de helado y lo llevaba a mi boca para saborearlo como si no lo hubiera probado en un largo tiempo.

- Mi cachorro tiene muchos antojos estos días. – sonreí ante su comentario. Su cabello se encontraba despeinado y sus ojos luchaban por permanecer abiertos y no sucumbir al sueño que abarcaba completamente su cuerpo. – más en la madrugada cuando se supone que debe de dormir. – gruñó y encogí los hombros.

- Será un cachorro muy tragón. – confirmé.

- Todo lo que deseo es que esté sano o sana.

– Yo también deseo eso. - dije una vez terminé de tragar la galleta de chocolate con helado. - lamento haberte levantado, pero no quería venir solito. Sé que estás muy cansado porque hoy tuviste demasiado trabajo y sé que a veces es molesto que te despierte cada vez que me da hambre pero es que... – mis ojos se comenzaron a nublar de las lágrimas que intentaban salir. – ¡Agh!, odio estos cambios de humor. – un puchero se formó en mis labios y volví a meter una nueva cucharada de helado a mi boca.

Hoseok sonrió y me acercó a sus brazos haciéndome sentir más sensible.

- Mi Omega es todo un llorón. – soltó burlesco y negué.

- No soy llorón, el embarazo me hizo así.

- Ajá.

Su barbilla se posó sobre mi cabeza mientras la recostaba en su firme pecho oyendo sus latidos que sonaban como música para mis oídos llevándome otra cucharada de helado a la boca y saborearlo al máximo; el calor que Hoseok me proporcionaba era reconfortante aunque mis lagrimas seguían saliendo.

- No me molesta tener días largos, las citas repentinas o las reuniones aburridas, no me importa tener que lidiar con asuntos del país, no me importan en absoluto, porque siempre habrá noches como estas cuando solamente somos nosotros dos. - siento como sus labios presionan sobre mi cabeza antes de volver a murmurar. - no me importa nada de todas aquellas cosas molestas porque sé que cuando llegue a esta casa inmensa tú estás en ella. Nada de esas cosas son importantes, sólo tú eres importante para mí, tú y mi cachorro.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now