Patético

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Las risas eran un poco exageradas, pero de verdad me había reído con las locuras de Jimin, era un Omega muy lindo y un poco tosco con la realidad, lo que lo hacía muy gracioso para mi.

La puerta se abrió dejando ver a un Hoseok con cara de pocos amigos pues su aroma era fuerte lo que se hacía ya costumbre y peor, yo era la que tenía que lidiar con él, mínimo, el Omega Jung, nos miramos un segundo mientras Hoseok entraba y caminaba por la alfombra rojo vino del piso. Blanqueo los ojos al verlo y sabiendo que me vendrá a fastidiar.

-fuera- demandó, Jimin me ojeó y asintió no muy convencido, después de todo era su Omega ya que portaba su marca y le debe de obedecer, estupideces,  pero luego de unos segundos de dudar se levantó, me sonrió y recogió la ya vacía y las copas. 

-me encantó estar contigo Yoon.- sonreí y asentí dándole entender que yo también.

-a mi también.- musité con suavidad a pesar de que le respondí con la cabeza, junto a una sonrisa, éste se volteó y camino hacia la puerta, abriéndola y cerrándola detrás suyo sin esperar a ojear y mirar a su Alfa como si se encontrara advirtiéndole de algo.

Miré al piso un poco triste, era con la única persona que podía hablar como si fuera un amigo y ni siquiera tengo privacidad de algunas horas extras. 

Contuve un gruñido y subí la mirada mientras buscaba las sábanas con mis manos, miré sus manos y luego fui subiendo, tenía una tela colgando de su brazo, lo miré a los ojos y éste sólo me arrojó la prenda.

-póntela.- la miré y comprobé que era un traje de baño y una chispa de felicidad se encendió dentro de mi. ¿Tendrá piscina? .

Lo miré e intenté ocultar mi sonrisa lo cual funcionó, me levanté y comencé a caminar hacia el baño con alegría pero una voz me paró.

-pero aquí.-demandó, volteé mi cara lentamente y lo miré mal sin agrandarme mucho la idea. 

-ni lo sueñes.- murmuré de mala gana volteándome para seguir caminando pero éste siguió hablando.

-ya te he visto desnudo cariño, eso ya no importa- me volteé y éste me sonrió.

-claro que si importa, por eso no lo haré.- mis ojos se cerraron un poco añadiendo firmeza a mis palabras.

-No te atrevas a desafiarme- murmuró con grave voz, lo miré mal.-Sabes lo que puedo hacer.-mi cara se suavizó y gruñí por dentro. 


Es un idiota.

Lo sé


-¿Acaso me vas a tener amenazado con eso de por vida? - pregunté de mala gana caminando hacia la cama y maldiciendo por debajo mientras éste sonreía como un niño pequeño.

-si es necesario, si.- asintió, lo miré cansado y luego comencé a hacer lo que me ordenó. Que castigo. Subí la camisa por mi cuerpo y la saqué por mis brazos, luego proseguí a quitarme el pantalón dejándome semi-desnudo ante él.

Alzó su ceja divertido. -prosigue.- sonrió, yo rodé los ojos pidiendo a la Madre Luna que me mate ahí mismo, no podía creer que se aprovechara de mi así.

Con mis pezones al aire frente a él, parecía estar disfrutando la escena y yo que me moría de la pena y la vergüenza, seguramente mi rostro estaba más que sonrojado y proseguí con el bóxer.

Madre Luna, mátame ahora.

Bajé el bóxer por mis piernas y lo dejé en el suelo, recogiendo el otro bóxer y lo coloqué donde iba, me quedaba muy bien aunque me apretaba un poco el trasero.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now