The tyrant with the brown eyes [HopeGa]

Osado

Me tomé una ducha larga y me puse el conjunto rápidamente, colocandolo realmente mal, no comprendía estos conjuntos, el short era realmente pegado y la playera parecía un poco holgada, el cinturón no parecía ayudar en como podría arreglar el conjunto, no consigo la forma de arreglarlo y que quedaran bien y en su sitio, la puerta se abrió y me dejó ver al Omega del presidente junto con una sonrisa de burla en su rostro, me rendí al verlo y agradecí al cielo que haya aparecido.

-¿Nunca ha usado un conjunto así? - caminó hacia mi riendo.

-no de este tipo- refunfuñé tratando de ponerlo correctamente, pero me fue imposible hacerlo

Solo bastó con los dedos del Omega para que el conjunto se acomodara en mi cuerpo, arregló mi cabello de manera en que se vieran mis ojos, me miró y asintió.

-Ahora si esta bien puesto- sonrió- tienes que verte- me miró a los ojos y me haló fuera del baño hasta ponerme frente de un espejo alto, con decoraciones onduladas doradas por fuera del espejo, hermoso , me miré y me quedé mudo, de verdad que me gustaba como me veía, parecía otra persona o como si fuera al alto rango de la sociedad, esto sus ventajas, pero no quiero ser rico, prefiero vivir mi vida barriendo mi vieja casa de campo y con una familia feliz, siendo la pareja de Taehyung y futura mente con unos cuantos cachorros de él, que estar secándome las lagrimas con billetes de 100 dolares por mi soledad, o estar con un maldito Alfa o Beta que no sienta nada por mi, no se ustedes.

La puerta se abrió y nos dio la vista de uno de los guarda-espaldas del presidente, parecía ser un Beta por que no encontré ningún olor, esto no olía bien, mi lobo gruñó en mi interior.

-Máximo Señor, su excelencia desea ver al joven Omega- nos miramos por dos segundos y luego miramos al fortachon de dos metros de alto, gruñí en voz baja y murmuré varios insultos hacia el presidente que al otro Omega parecía divertirle.

¿Es que era enserio?, apenas ayer lo había apuñalado, por lo menos esperaba verlo en unos 100 años, si su suerte no lo abandonaba.

Me sentí desdichado y mire mi situación amargándome más de lo que estaba ya, no sabia que tramaba el presidente conmigo, aunque lo había descubierto ayer, cuando por esa razón lo había apuñalado, recordé que no vaya a otra estupidez por que se arrepentirá

Como que soy un Min.

-En un segundo sale-dijo con firmeza el Omega, este solo asintió cerrando la puerta detrás de él, me observó sin poder objetar ante su inepto esposo.

-Enfrentalo como solo tú sabes hacerlo- murmuró

Lo miré extrañado pero no dije nada, no quise ponerme los Tenis para ir a ver al imbécil del presidente a su habitación, preferí usar pantuflas o andar descalza, pero el Omega no me lo permitió diciendo que el piso tiene químicos gracias a la limpieza de esta casa que pueden ocasionarle daños graves a los pies, le hice caso, es mejor prevenir que lamentar, seguí al Beta, pero me di cuenta de que alguien me seguía, otro detrás de mi.

Tienen miedo de que intente algo, me tienen miedo, sonreí ante el pensamiento pero solo me inmuté a seguir a los tipos hacia la habitación del presidente, a través de estos pasillos kilométricos.

La puerta grande de caoba con adornos de pino se me puso enfrente, yo solo rodé los ojos y giré la perilla, abriéndola, miré hacia dentro y el cuerpo del famoso presidente estaba encima de la cama, al parecer durmiendo, su aroma de madera y pino estaba impregnado por toda la habitación, no había rastro de otro olor, parecía que no compartía habitación con su Omega, caminé lentamente por la habitación oscura, sintiendo como la puerta la cerraban lentamente detrás de mi, miré hacia atrás, pero miré hacia delante ojeando la ventana, se veía tan tentadora en estos momentos.