La inseguridad del Omega

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Miré atentamente a través del gran ventanal que tenía mi habitación a la ambulancia llevarse a Taehyung, por lo que veía el personal era muy profesional así que supuse que eran uno de esos hospitales ricos.

No había pasado ni media hora del suceso, pero me aterra ver a Taehyung en ese estado, no puedo, me parte el corazón saber que por una parte fue mi culpa que él este así. Taehyung se veía tan lastimado que las lágrimas amenazaban con salirse de mis ojos, esto no hubiera ocurrido si le hubiera dicho antes a Hoseok o hubiera convencido a Taehyung de irse. Joder.

Sentí la puerta abrirse lentamente y ni siquiera volteé, porque sabía quién aguardaba detrás de mí, su aroma no era totalmente de mi agrado así que mi lobo gruñía cada vez que lo detectaba. No quería, pero lo hice, miré a Seokjin lentamente.

- Aún no puedo creerlo. - mostró enojo y rabia al mismo tiempo, tenía unas lágrimas aguantando en sus ojos, que al momento salieron como cascadas por sus mejillas. - no entiendo cuál es su obsesión contigo. - alzó sus manos y negó. Su aroma se volvió totalmente amargo, muestra de cuan enojado estaba, pero exactamente me valía una mierda como se encontraba.

- Deberías de dejarlo en paz, Seokjin, ya supéralo. - hablé suavemente tratando de hacerlo entrar en razón.

Este me miró como si pensara algo, como si algo le rodeara la mente una y otra vez.

- Yo no pude entrar en su corazón, ¿por qué tú sí? - se preguntó. - hice todo, siempre me ponía bonito para él, compraba de esas sales que potencian tu aroma y se vuelva más cautivador, siempre aprendía nuevas tácticas para él, aprendí a cocinar por él, porqué pensaba que algún día iba a ser el Omega de Jung Hoseok. - sollozó y por un momento me dio mucha pena. - tenía la esperanza de que eso fuera así, pues era el Omega más agraciado y no estaba entre cuatro paredes de una celda, lo consideraba un gran paso para mí, me consideraba afortunado por ello. - juntó sus cejas y limpió bruscamente una lágrima que salía de su ojo izquierdo. – no era como Jimin, yo si estuve dispuesto a hacer todo lo que él quería, he hecho cosas malas, ¡SÓLO POR ÉL! - me gritó.

Su amor es tan fuerte que se podría considerar una obsesión grave. Si a mí no me quisieran yo me iría, porqué de alguna forma, eso no sería para mí entonces.

El entender que ese no es tu lugar lleva algo de tiempo y puede causar dolor, pero me parece mejor que seguir en una sucia mentira e ilusión donde nada de eso verdad.

- Pero desde que llegaste tú, fue como el holocausto nuclear, pero en vez de que fuera en la tierra, fue en una persona. - pausó. – y por, sobre todo, fue por un Omega. - la rabia se podía filtrar perfectamente por sobre sus palabras. - cambió de la noche a la mañana, ya no visitaba a los Omegas reclusos, ya no me tocaba e incluso les sacó del hoyo en el que estaban. Todo el día era Min Yoongi, Yoongi, Yoonie, Gigi, ¡todo el santo día!

Lo miré alzando una ceja y suspiré lentamente ante lo que él decía.

¿Por qué Gigi?

Ni idea. Ni idea.

- Te sacó de viaje, te mudo de casa, te compró de todo, a un Omega que solo tiene casi tres meses aquí y yo, que llevo casi cinco años detrás de Hoseok ni me voltea a saludar ya, ¡por tu maldita culpa! - me gritó y yo me sobresalté ante el grito desgarrador que había lanzado, pobre de su garganta. – conociste a Jeon y esperaba que fueras de zorra a hacer algo, pero no, me saliste muy fiel. Te volviste el mejor amigo de Jimin e incluso paseaste con él en Londres. – supongo que eso tampoco le agradó. - pero quiero que sepas que haré todo lo que tenga en mis manos, para alejarte de Hoseok y que él sea solo mío.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now