Desamparado

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Sonrió con alegría y me abrió la puerta para que pasara primero.

Había sido un día largo de caminatas y recorridos por la zona y los pies me estaban matando. Fue un día de risas y muchos juegos. Mickey era muy lindo y juguetón y había dejado toda su baba en mi mano. Pero había sido un día perfecto, clima perfecto y la compañía perfecta.

Había disfrutado mucho de su compañía, la verdad había que decirla. No me sentí incómodo y es que como si pudiéramos hacer cualquier cosa sin tener restricciones. Nos habíamos escabullido a la cocina y comimos ahí mismo sin necesidad de que nos llevaran al gran comedor.

Reímos mucho conversando y entendí un poco de que no era mal Alfa.

Suspiré mientras me sentaba de golpe y comenzaba a quitarme un zapato, lo dejé a un lado e iba a comenzar a quitarme el segundo, cuando unas manos se toparon con mi campo de visión.

Hoseok se había arrodillado y me quitaba lentamente los cordones de los zapatos, sacándolo de mis pies y procedió a hacer lo mismo con mis calcetines. Miró mis piernas y luego conectó su mirada con la mía. Pasó sus manos por mis piernas lentamente acariciándolas, subió por los muslos, desabotonando primero y bajando el cierre de la prenda y metió las manos entre el pantalón.

Contuve la respiración y sentí como este dibujaba círculos imaginarios dentro del pantalón. La piel de mi cuello se erizó y ahogué un gemido al sentir como agarraba mis bóxers de cada lado y los bajaba lentamente junto con el pantalón, sacó sus manos y bajó los bóxers hasta mis tobillos, sacándolos por mis pies.

Agarró la tela entre sus manos y frente a mí, se llevó los bóxers hasta su rostro, aspirando mientras cerraba los ojos. Lanzó un gemido ahogado que terminó en un gruñido.

-huele exquisito. - murmuro, mientras metía la tela en uno de los bolsillos de su saco, sus ojos se oscurecieron y se levantó para mirarme a los ojos y agarrar mi rostro entre sus manos para besarme profundamente, metiendo su lengua hasta lo más recóndito de mi boca. Gemí ante la profundidad y le regresé el beso con fiereza atrayéndolo hacia mí, poniendo mis manos en su nuca.

Joder, esto me está gustando.

Yoongi...

El beso se hizo rudo y tan profundo que me iba a atragantar con su lengua, era muy salvaje y eso me encantaba. Digno de un Alfa de rango uno. Nuestros aromas se comenzaban a combinar nuevamente y suspiré durante el duro beso pues el olor era sumamente refrescante y muy bueno.

Se subió conmigo a la cama y acarició mi cabello, mientras bajaba por mi cuello y daba besos mojados y tentadores, chupando, lamiendo y mordiendo todo a su paso. Mi cuerpo tembló y gemí en su oído haciendo que gruñiera mi nombre. Para ese entonces yo ya sentía mi entrada llena de lubricante que poco a poco salía de ella. Se quitó sus zapatos y se quitó el botón del pantalón, para luego quitarse el saco y luego con agilidad se sacó la camisa quedando solo con su pantalón. Con su mano bajó lentamente su pantalón mientras lo dejaba atrás y subíamos a la cama como si de peldaños se tratase. Acaricié su cuerpo y me aventuré a tocar su virilidad sobre la tela del bóxer, quien estaba más que dura en ese momento.

Levantó la tela del suéter y lo deslizó por mi cabeza dejándome completamente desnudo ante él. Hizo un camino de besos hasta mis pezones y luego los lamió y mordió con paciencia, sacándome de mis casillas. Gemí alto al sentir su mano en mi entrada, acarició mis nalgas y llevó un dedo hacia mi entrada, tentando primero, pero lo introdujo y este entró fácilmente debido a mi humedad.

-estás listo para mí. – dijo cuando ya tenía tres dedos entrando y saliendo de mi apretado agujero, su voz era ronca y lenta, seductora hizo que lubricara de más, lo atraje hacía mi boca y lo besé profundamente con ansiedad. Esto me estaba encantando.

The tyrant with the brown eyes [HopeGa]Where stories live. Discover now