Capítulo 4: Despertando a la bestia

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El timbre de su casa sonaba insistentemente, pero ella había decidido ignorarlo pensando que eventualmente se cansarían y se irían dejándola sola. Luego de varios minutos el sonido se detuvo y pensó que se había desecho de la molestia anónima.

En el silencio de la casa escuchó el sonido de la puerta principal, abrió los ojos rápidamente, se colocó su bata de salida de ducha que era mas larga que su bata de seda y salió al pasillo, por supuesto no sin antes haberse puesto sus garras de metal. No tenía guardias en su casa, porque en sí ella no los necesitaba, pobre de aquel incauto que osara entrar a sus dominios sin llamar a la puerta. 

Al escuchar pasos se ocultó en las sombras de una de los cuartos vacíos que antes usaban las chicas y esperó, cuando la silueta del desaventurado llegó a su alcance le arañó la espalda.

-¡AUCH! ¡¿Qué rayos?!

No tuvo mucho tiempo de reacción porque la diva volvió a arañarlo esta vez en la cara.

-¡AGGGHHH! ¡Tiempo tiempo!- exclamó la voz de un hombre al caer al suelo.- ¡Señorita, soy yo Taki! ¡No me mate! - Le imploró este sin poder ver pero cubriéndose con los brazos.

-¿Taki? ¿Qué haces aquí y como entraste a mi casa...?- Le indagó reconociéndolo ahora en la oscuridad, al principio de la trifulca no había prestado atención al rostro del intruso, solo se había decidido a masacrar primero y a preguntar después a los despojos.

-A... Akali me entregó la llave de su casa, porque sabía que estaría sola y me pidió que la cuidara... como hoy no vino al trabajo, decidí pasar a ver si se encontraba bien...- le explicó con algo de miedo, no era la forma exacta en que esperaba ser recibido.

-¿Por  qué Akali te daría la llave de mi casa...? 

-Soy uno de sus descendientes, me ordenó que la cuidara mientras ella se encontraba afuera, solo trato de cumplir con mi deber impuesto... - Continuó este sin quitar sus manos de su cara esperando en cualquier momento otro ataque.- Perdón la intromisión, pero como no me atendía el timbre, pensé que le había pasado algo... 

Escuchó los pasos de la sirena y tuvo miedo, se tensó pensando que volvería a ser atacado, sin embargo, las luces se prendieron. Intentó abrir los ojos pero el párpado de su ojo izquierdo estaba cortado y la sangre caía y le impedía ver.

-Hum... - Evelynn se arrodilló ante él, cuando quiso colocarle la mano en la cabeza este se tensó y trató de alejarse de ella. De alguna manera esa reacción le dio satisfacción, no recordaba la última vez que alguien había sentido miedo en su presencia. Apoyó su mano en la cabeza del chico y le acarició la mejilla con sus garras de metal suavemente para poder ver los daños ocasionados. Sonrió, no recordaba la ultima vez que de verdad había rasguñado a alguien con la intención de matarlo. - te he hecho mucho daño, cariño...

-N. No se preocupe... es. Estaré bien... se lo aseguro... - dijo este aún asustado, jamás pensó que una mujer pudiera hacerle sentir tanto temor. Era algo más que solo miedo, se sentía como si estuviera en presencia de una criatura sin remordimientos que si realizaba algún movimiento en falso lo mataría. 

La diva sonrió de costado.- Pobre cosita... - dijo en un tono burlón, la forma en que Taki le respondía con miedo le daba cierta satisfacción insana.- Pero ya vez que me encuentro bien, así que puedes retirarte de mi casa...

-S. Sí, Sí... me iré ahora...- Taki empezó a arrastrarse y puso una de sus manos en la pared manchándola de sangre.

-¿Qué haces, idiota? - le preguntó Evelynn viendo la pintura roja algo enojada.- no te apoyes en las paredes que las mancharás con tu sangre...

Dicen por Ahí... [Rumores parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora