Dicen por Ahí... [Rumores parte 2]

Capítulo 34: Los planes del demonio.

-Hum...- jadeó la sirena al sentir las caricias de Riven sobre su cuerpo.

Desde hacía varios meses que la luchadora se había vuelto mucho más posesiva y violenta en la cama, gozaba que así fuera. En especial porque parte de ella encontraba en ello un respiro, un descanso que extrañaba.

Por mucho que lo negara, extrañaba a Akali. Extrañaba el sentirse en sus brazos, el sabor de su labios, la profundidad de sus ojos, el sonido de su voz ya sea jadeando o susurrándole lo mucho que la amaba, las manos firmes de esta agarrando con tanta fuerza su cuerpo que parecía que deseaba romperlo. La marca completa, por un lado, calmaba los impulsos, pero por el otro, generaba esa sensación de vacío de que algo le faltaba. 

Riven, actualmente, cubría esa necesidad. Siempre desearía que la luchadora fuera su adorada y venerada ninja pero era suficiente por ahora. 

-Evelynn... estas hirviendo...- murmuró sensualmente y jadeante la luchadora al sentir el cálido y mojado interior con sus dedos. Ahora que la diva tenía el cabello lila y largo, era incluso más bella. Sonrió antes de buscar sus labios pensando para sí lo mucho que adoraría verle la cara a la estúpida de su novia si la viera en sus brazos. Esto solo alimentaba su deseo y su morbo, la excitaba de pensar que cada día que pasaban juntas una parte de la diva era suyo arrebatándoselo a esa Akali quien no sabía cuidar de su propiedad. Usurparía hasta el ultimo lugar de esta, se juró, al momento que mordía el cuello de su patrocinadora y aceleraba el movimiento de sus dedos logrando que la abrazara. 

La sirena gimió mirando al techo al sentir como su cuerpo recibía el máximo placer y por un instante pudo divisar aquellos ojos azules, pronunció su nombre en silencio y agua comenzó a juntarse en sus ojos. 

La luchadora no detuvo sus movimientos y pretendía no hacerlo hasta que la vio que estaba llorando, se detuvo pensando que la había lastimado. 

-Continúa.- le ordenó secamente con la voz quebrada la diva al sentir que se había detenido.- No pares.

Riven obedeció y continuó mirándola directamente a la cara, una de las manos de la sirena se posaba en su mejilla mientras que su pulgar acariciaba sus labios. Entreabrió la boca y comenzó a chuparlo mientras jugaba con su lengua. 

-Ah... ah... ah... eso es... ahí... justo ahí...- jadeó con los ojos cerrados, hoy la ninja estaba más presente en su mente que nunca, su cuerpo la extrañaba de sobre manera. No había forma que Riven la reemplazara esa noche. Apretando los ojos le permitió a su cuerpo que se perdiera en la fantasía de que la luchadora era su amada Akali que cuando terminara y abriera los ojos aquellos ojos azules la esperarían y le recordarían lo mucho que la amaba con un beso profundo y un abrazo estrecho.

Una sensación de vacío total la invadió cuando eso nunca sucedió. Se sentía sola, extrañaba a Akali. Deseaba con todas sus fuerzas poder consumar su amor con ella. La llamaba en silencio todas las noches de soledad. 

Una semana luego de esto, le pidió a Riven que se convirtiera en su pareja algo que puso a la luchadora por demás contenta. Desde ese día, ganó todas sus peleas por KO y su nombre se pronunciaba fuerte para competir por el título de Asia.

***

Ahri se había enterado de que se había puesto en pareja con la luchadora que patrocinaba algo que lo único que hizo fue traerle dolores de cabeza. Estaba cansada, todo el mundo cuestionaba sus acciones. Su novia lo hizo, su mejor amiga lo hizo. Estaba harta de que todos cuestionaran sus decisiones, por lo que terminó por ignorar a todo el mundo en lo que respectaba a sus decisiones sentimentales.

-Y a ti te afecta que salga con Riven porque...?- le preguntaba con un dedo en la cien y los ojos cerrados mostrando realmente el cansancio mental que le generaban los estridentes reproches de Ahri.