Parte 16 A mi oficina

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Llego tarde a la oficina, me siento en mi silla  y escucho los tacones de Sofia viniendo hasta mí y su rostro no refleja buenas noticias.

-Melody, el señor Moore dice que vayas de inmediato a su oficina, esta enojado porque has faltado a la reunión- trago salida y Sofia me mira nerviosa.

-Dile que en momento voy-digo examinando unos papeles y me dirijo a la oficina de mi jefe.

  Toco a la puerta y mi mano esta temblorosa, no se que esperarme de un hombre como el.

-Adelante- grita él  desde adentro.

-Permiso- digo mientras entro. El está sentado sobre su escritorio mirando por el vidrio que funciona de ventana, dándome la espalda.

-¿Para que me necesita?-pregunto nerviosa.

-Las preguntas las hago yo -dice arrogante  mientras se da vuelta y me mira con rabia.

Parece una fiera!...¡Maldito soberbio! Al verlo de esta manera se me hace un nudo en el estómago.

Levanto una ceja y nos miramos por un tiempo indefinido.

-¿Porque no llegaste a la reunión? Odio que no avises y se produzcan faltas que son inadmisibles  - dice.

¡Es tan controlador!

-Problemas con el auto-miento. El problema fue que puse mal la alarma y me dormí, pero jamás le diría que soy una despistada.

-Tienes teléfono, llama y avisa-dice mirándome a los ojos fijamente. Puede ser que note una pizca de preocupación en ellos.

-Disculpe no volverá a ocurrir, algo más-digo con soberbia.

- No, solo tenedme los resúmenes de venta a las diez-lo miro abriendo los ojos.

-Pero no voy...-no puedo termina porque el pega un golpe sobre su escritorio, se para y camina hacia mi. Cuando esta a solo unos centímetros de mi rostro dice cortante:

-A las diez-.

Yo me paro derecha, me alejo dos paso y declaró:

-Creo que es  imposible señor- digo, ya que tal pedido es una completa locura, no puede pedirme algo tan descabellado.

-Nada es imposible y ahora retírate  que tengo una reunión que atender - se gira y camina a su escritorio.

Me quedo echando humo por los oídos, lo fulmino con la mirada pero el no lo nota ya que esta dado vuelta, me giro y abro la puerta.

-Mentecato- susurro y dudo que me haya oído.

Pego un portazo y me encamino a mi oficina, frustrada ya que la tarea que me ha pedido dudo poder realizarla, es demasiado, como mínimo necesito un día entero para realizarlo, no solo dos míseras horas.
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¡Ese es mi Jefe! (Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora