—¡Cancer!
Capricornio abrió su puerta y la vio trabajando en su computadora.
—Sé que estás ocupada. Pero necesito que interrogues a un sospechoso.
—Yo no hago eso. - ella contestó sin levantar la mirada de la pantalla.
—Vamos, por favor. El tipo se niega a hablar.
—¿Y por qué crees que cooperará conmigo?
—Porque eres buena interrogando.
—Estoy ocupada con un caso, no puedo.
—Vamos por favor. Serán cinco minutos.
Ella suspiró y por fin lo miró a los ojos. Capricornio juntó sus dos manos. —Por favor.
—Bien. Pero si el jefe se molesta conmigo te echaré la culpa.
Él sonrió.
—Ponme al tanto. - ella ordenó mientras se levantaba de su asiento.
—¿Te acuerdas del caso del casino?
Ella asintió. Salieron de la oficina y empezaron a caminar por la estación mientras hablaban.
—Bueno, este tipo llamado Acuario es el jefe de seguridad. Él debe de saber algo sobre la venta de drogas y el lavado de dinero.
—Entonces quieres que le saque cualquier información respecto al casino.
—Exacto.
Ella rodó los ojos. Llegaron a la sala de interrogación y antes de abrir la puerta Cancer se giró y detuvo a Capricornio. —Lo haré sola.
Ella entró a la sala y cerró la puerta. Él suspiró mientras se acercaba al vidrio para observar la interrogación. Pantallas y altavoces estaban arriba, así que podía escuchar todo con claridad.
Cuando ella pisó el cuarto, Acuario levantó la mirada de la mesa y sonrió inmensamente.
—¡Al fin una chica! Moría por que me interrogara una.
Ella tomó asiento frente a él y lo miró fijamente.
—Soy Cancer, ¿cuál era tu nombre?
Ella sabía su nombre pero quería verlo presentarse.
—Acuario. - él le guiñó un ojo y sonrió de lado.
—¿Es cierto que no has dicho absolutamente nada valioso desde que estás aquí?
—Muy cierto. ¿Piensas que vas a cambiar algo?
Él se inclinó en la mesa, la veía de forma burlona.
—¿No has dicho nada porque te han amenazado, tienes miedo o porque no sabes nada útil?
Él frunció el ceño un poco.
—¿Cuál es tu puesto en el casino?
Cancer siguió preguntando.
Él suspiró y se echó para atrás en la silla. —Yo no trabajo en el casino.
—¿No? ¿Entonces me estás diciendo que no eres Acuario?
—Sí soy Acuario, pero yo no trabajo en el casino, cariño.
—¿Dices que mis compañeros agarraron a la persona equivocada? ¿Es eso?
Él no contestó.
—Vamos, contesta. Porque si no eres la persona que buscan no deberías estar aquí.