—Papá.
Ella murmuró.
Su padre la miró con dolor en sus ojos. —Lo lamento, cariño. Pero... No puedo impedirlo.
—Sí puedes.
Ella lo miró suplicante.
—No puedo casarme. No estoy lista para ser reina.
—No estás entendiendo Cancer. En un inicio propuse volver rey al que te trajera a mi lado, no lo iba a cumplir. Era una trampa. Pero no sabía que el rey del sur te iba a encontrar. No lo sabía.
—Pero si es rey significa que ya tuvo reina. No puede casarse de nuevo.
—No, él nunca tuvo reina. En el sur es diferente.
—Escuché que es un asesino. Papá, no me puedes dejar casarme.
—Hija, créeme que no quiero. - él acarició su mejilla. —Pero amenazó con atacar al reino, si lo mataba. Su ejército tenía órdenes de atacarnos. Su ejército es el más grande. Prometió no hacerte daño.
—Papá. - ella empezó a llorar.
—Shh. No llores. Arruinaras el maquillaje. - él le limpió las lágrimas y la abrazó. —Nada cambiará, solo serás reina y él rey. Yo seguiré estando a tu lado y te protegeré de todo.
La música empezó a sonar por todo el palacio.
—Este es tu momento. - él la alejó de él y acomodó su velo en su rostro. —Todo estará bien.
Él sonrió. Cancer asintió.
—Tienes que ser fuerte por los dos, y por todo el reino.
Ella sonrió.
—Vamos.
Ella lo tomó del brazo y caminaron juntos hasta la entrada. Al puro final de la alfombra estaba Escorpio, bien arreglado viéndole fijamente, esperándola.
Ella afirmó su agarre en su padre.
Todos la miraban asombrados. Ella se veía espectacular en aquel bello vestido blanco. Había pasado un par de semanas, ella había ganado el peso perdido. Sus heridas ya no existían. Solo quedaban algunas cicatrices.
El pueblo de Escorpio estaba entre la gente, presenciando la gran boda. Ella no lo entendía. Si él ya era rey, ¿para qué casarse?
Llegó al final, su padre la entregó en el altar y ella bajó la mirada. No quería ver a Escorpio. Se sentía demasiado usada.
Mierda, tenía ganas de llorar.
Escorpio tomó su mano. Ella levantó la mirada y él le puso el anillo con cuidado. Ella lo miró a los ojos. Era su turno de hacer lo mismo. Tomó la mano de él y le colocó el anillo. Trató de hacerlo rápido. Quería acabar con esta farsa cuánto antes.
Y luego llegó el momento del beso.
Mierda. Cancer empezó a sentirse nerviosa.
Escorpio se acercó más a ella, le levantó el velo con cuidado haciéndolo hacia atrás. La tomó del mentón y se acercó.
Cancer cerró los ojos, nerviosa. Nunca había besado a alguien, al menos no por voluntad. Y esta no sería la primera vez.
Escorpio posó sus labios suavemente en los de ella e hizo presión. Solo eso. Ese fue todo el beso.
Al separarse todos aplaudieron y gritaron. Al menos todo el pueblo de Escorpio porque el reino de Cancer estaba sumergido en miedo. Tener un nuevo rey era aterrador, ¿pero uno que ya tiene la fama de asesino, de sangre fría, de malo?