El lunes después de la salida, Aries y Cancer habían terminado de pintar la sala de detención, por lo que nuevamente esa sería el aula que usarían para el castigo.
Ella estaba confundida con Aries. Él actuaba igual que siempre, la molestaba, se peleaban, se reía y seguía haciendo lo suyo.
No sabía qué significaba todo eso.
—Hoy no estudiaremos, ¿cierto?
Ella preguntó mientras salían del salón.
—¿Tienes hora de llegada, huérfanita?
Ella lo empujó.
—Sí.
—¿Enserio?
—¡Por supuesto! Es una casa cuna, ¿crees que puedo hacer lo que quiera? Si no llego a casa a dormir o a cierta hora le pueden ceder mi lugar a otra persona.
—No te alteres. - él rió. —¿A qué hora debes llegar?
—A las nueve como mucho.
—Es suficiente. Vamos a estudiar.
Ella soltó un gemido de queja.
—Y nada de quejas si quieres aprobar.
Ella rodó los ojos.
—Te odio.
—Yo te odio más.
[...]
Así pasó el resto de la semana prácticamente. Entre Cancer esforzándose muchísimo para no golpear la cara de Géminis contra el escritorio cada vez que le dirigía la palabra y estudiando todos los días después de clases.
Cancer seguía sin comprender mucho a Aries. Aún peleaban por la mínima cosa pero en cuánto estaban solos, él se relajaba bastante.
Además que fingía no haberla besado en absoluto.
Como si fuera lo más normal.
Era sábado.
Se encontraban en la cafetería tratando de estudiar pero Cancer quería un descanso.
Aries suspiró y la miró sin mucha paciencia.
—Vamos a mi casa.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, sorda.
—Nope.
—Vamos, muévete. ¿Viste el cielo? Va a llover. Además, el director no estará en casa, tiene una estúpida junta hasta la noche.
Ella desvió la mirada.
Él empezó a recoger sus cosas.
—Vamoooos. - él presionó exhausto.
Ella lo miró avergonzada. Aries la miró de vuelta.
—No es como si fuera diferente a estar aquí.
—Entonces ¿por qué te quieres ir?
—¿No estás cansada de estar aquí? Anda, muévete huerfanita. Aún nos quedan muchas horas de estudio.
Él se levantó y se colgó la mochila de un hombro.
Ella suspiró y recogió sus cosas.
—Bien.
[...]
Él abrió la puerta y ella quedó algo sorprendida. La casa no era tan grande, pero lo era. Estaba bien decorada y ordenada.